Perdida. Parte ll

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Wow! Hola... ya hace mucho no pasaba por este album. Realmente extraño esta historia tanto como uds, no se imaginan... Sigo pasando por un duelo difícil pero intentaré retomar lo que me apasiona. No quería dejar nada inconcluso y de verdad lamento haberme ausentado tanto; sé que algunas se fueron y otras siguen aquí... Gracias por estar al pendiente.

No puedo decir que subiré la novela de una manera rápida, pero si me tomare el tiempo de retomarla con calma... y que uds la lean de nuevo para que entren de nuevo aquí, al mundo de Alexz. 

Gracias.

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» Capítulo 26 «

Perdida. Parte ll

La cabeza de Demon era una mezcla de sentimientos y emociones encontradas empuñó sus manos tensando tanto sus nudillos que se tornaron blancos — ¡Perra! dijo entre dientes estrellando tan fuerte la puerta de su habitación que retumbo en toda la casa. Quiso gritar, pero prefirió destruir todo a su paso — Cuando te encuentre Alexz, cuando logre tenerte aquí de vuelta vas a conocer lo que es vivir realmente en un infierno. — Escupió con ira lanzando el cuadro que enmarcaba la foto de Alexz directo contra la pared.

Clay estaba angustiado odiaba creer que Alexz se había ido, pero de algún modo estaba feliz por ella era libre ahora, pero por otro sabía que Demon agotaría su vida encontrándola y si no la hallaba la mierda en la que él vivía lo consumiría era tal vez el único que sabía que sin Alex él no funcionaba. Negó con la cabeza y camino un poco alejándose de la casa, se sentó en una solitaria roca fijo su mirada al horizonte para rebuscar en sus bolsillos algo que calmara su ansiedad —Aquí estás — susurró encendiendo su cigarro y dándole una calada, relajo su cuerpo esperando órdenes.

....

La muñeca de Alexz dolía y sus lágrimas no paraban de salir, — ¿Qué hice? Se repetía en su mente una y otra vez, apenas llevaban unas horas navegando y no sabía a qué se estaba enfrentando ni quería descubrirlo. La puerta se abrió provocando que todas trataran de distinguir quien estaba frente a ellas, pero habían estado tanto tiempo en la oscuridad que no podían identificar nada — ¡Vamos! Ordenó agarrando a Alexz del brazo obligándola a levantarse, ella no opuso resistencia solo quería despertar de esa pesadilla. Al salir del lugar caminaron por un pasillo todo era metalizado podía escuchar sus pisadas rechinar y poco a poco su visión se acostumbró a la luz — Estás muy callada.

— Ni siquiera importa lo que diga. Respondió ella reconociendo a Conor.

— ¿No quieres saber a dónde te llevo? Alexz lo miro de soslayo haciendo una mueca con su boca — Me da igual. Escupió.

Se detuvieron frente a una puerta roja que custodiaban dos hombres, Conor hizo un movimiento de cabeza y abrieron la puerta de inmediato — Aquí está jefe. — Anunció Conor. Deyken levanto la mirada y sonrió bebió un trago de su cristal para ponerlo sobre el buró — Mi querida Alexz. Dijo calmadamente sin levantarse de la cama donde estaba cómodamente sentado con su espalda finamente recostada en una almohada — Déjanos a solas. Conor desapareció al instante.

Alexz seguía allí de pie delante de él sin pronunciar palabra — Ven aquí. Pidió Deyken estirando su mano para que ella la tomara, pero ella solo se negó rechazándolo — No pienso hacerte daño Alexz, solo no me mires así. Un par de lágrimas se deslizaron por las mejillas de Alexz — No llores cariño. Ella solo mordía su labio intentando reprimir su confusión. Deyken se dirigió hasta ella y la trajo hasta la cama — ¿Qué quieres de mí? Cuestionó Alexz rompiendo en llanto.

— Quiero que seas libre Alexz, que encuentres en mí la felicidad.

— ¿Libertad?, acabas de privarme de ella y no quiero ser feliz solo quiero estar tranquila sin nada de esta mierda a mi alrededor ¿entiendes? Expresó con un dejo de tristeza que la superaba.

— Sé que ahora mismo estás alterada, confundida y hasta me odias, pero mi intención no es esa. Tómalo de esta manera, vas a empezar de nuevo... conmigo.

Conor llamo a la puerta, — ¿Qué pasa? Las puertas se abrieron y Conor entro — Todo está listo. Deyken asintió — Dame unos segundos. Alexz no entendía nada pero tampoco pretendía hacerlo, — Tenemos que salir de aquí; un helicóptero nos espera en la cubierta. Ella asintió — ¿A dónde vamos?

— Lejos. Respondió sacándola del buque.

....

Las horas pasaban y su cajetilla de cigarros estaba completamente vacía. Clay empezó a preocuparse, eso no era normal en Demon. Camino hasta la casa, y antes de pisar el umbral le dio la última calada a su alargado cigarrillo y arrojo la colilla lejos; todo estaba en un siniestro silencio. Toco la puerta y no pasó nada — ¿Demon? Le llamo y nadie respondió — Viejo no me hagas entrar. Pero de nuevo todo era silencio. Abrió la puerta lentamente y todo estaba oscuro, camino a tientas y tropezó con algo haciendo que casi cayera al suelo — ¡Mierda! Gruñó enciendo la luz — pero que carajos. Exclamo al ver el caos que lo rodeaba y entonces lo vio en aquel rincón con una botella de alcohol bebiendo desaforadamente — Pensé que odiabas los malos vicios. Le recrimino burlándose mientras alejaba la botella de su alcance, pero esta vez no recibió ninguna respuesta de Dominic

—Tendré que anotar esto en mi calendario, este día no puede pasar desapercibido. Rió observándolo hasta que Dominic levanto su rostro y Clay pudo ver algo que él jamás mostraba.... fragilidad esa que se hacía palpable en sus ojos encharcados de lágrimas. — Demon levanta tu culo de aquí, vamos a buscarla.

Él negó con la cabeza mientras Clay hacia un gran esfuerzo por levantarlo para lograr ponerlo sobre la cama. — ¿No?, estás malditamente podrido en dinero puedes pagarle al FBI para que la encuentre si se te da la gana y dices que no ¿Qué mierda pasa contigo?

Demon suspiró, — Si la encuentro... la asesinaré. Confesó.  


» Bajo el ojo del diablo «Donde viven las historias. Descúbrelo ahora