Capítulo 25

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-Buenas noches señor, podría hablar a solas con usted.

-Buenas noches Gail, por supuesto, vayamos a mi oficina.

Christian

Gail me acompaña a la oficina, hoy la veo particularmente preocupada por algo o por alguien.

-Gail toma asiento. Dime qué te tiene tan intranquila.

-Señor hoy recibí una llamada de la madre de Alexandra pidiéndome que fuera a verla porque la veía muy mal a su hija.

Realmente quiero saber cómo esta luego que se fuera de esa manera, la verdad no tendría que preocuparme por lo que le pasa, pero ya que Gail se tomo el tiempo para ir a verla la voy a escuchar.

-Cuando la vi se me partió el corazón, estaba en su cama y no paraba de llorar.

-Pudiste preguntarle el por qué de su renuncia.

-Fui con esa idea de poder averiguar que le había pasado pero no logre que me dijera nada. Lo que le puedo decir es que la note con mucho temor como si algo la hubiese asustado bastante. Incluso cuando le dije que la ayudaríamos dijo que no pondríamos hacerlo, además me suplico que no lo involucrara en todo esto a usted.

-Gail acabas de darme el dato que me faltaba para comprender que tenía razón en lo que estuve pensando por la mañana. Creo saber quién esta detrás de todo lo que paso estos días.

-¿En quién esta pensando señor?

-Resulta que hoy recibí un mensaje de Elena y cuando lo leí me recordó la nota que me mando Alexandra, porque utilizo casi las mismas palabras que estaban escritas. Entonces vino a mi memoria la llamada telefónica que atendí de Elena luego de recibir la renuncia de Alexandra.

-Perdón señor que le diga esto, pero la señora Lincon nunca me pareció una buena mujer. Siempre sentí que era una persona con mucha maldad y que solo trataba de separarlo a usted de su familia.

-En este punto estoy de acuerdo con vos, ahora puedo ver más claramente como es realmente Elena, si ella es la que esta detrás de todo lo que sucedió ya no podremos tener ningún tipo de relación. Mañana antes de ir a la oficina voy a ir a ver en persona a Alexandra y espero que se anime a contarme el por qué de su renuncia.

-Le deseo suerte señor y que logre averiguar cuál fue el problema. Ale es muy necesaria en esta casa para cuidar a los pequeños.

-Te aseguro Gail que de una u otra manera mañana sabremos con certeza lo que sucedió.

-Señor el auto ya esta listo.

-Gracias Taylor. Antes de ir a la oficina vamos a pasar por la casa de Alexandra. Gail me dijo que sabes donde queda.

-Si señor, la he llevado varias veces.

-Gail todavía no le comente nada a mi hermana sobre lo que voy a hacer, no quiero que sin querer le diga algo a mis hijos.

-Así lo hare señor.

Christian

Ya estamos en la puerta de la casa de Alexandra, antes de anunciar mí llegada pienso cómo puedo hacer que ella me diga realmente lo que paso.

-Taylor espérame acá, prefiero ir solo.

-Muy bien señor. Podría decirle que la extrañamos mucho en la casa.

Con un gesto le doy a entender a Taylor que se lo diré. Ya frente a la puerta toco timbre y espero, cuando se abre la puerta veo a una mujer muy parecida a Alexandra por lo que deduzco que es su madre.

-Buenos días señora. Me presento soy Christian Grey y quería ver si sería posible que hable con Alexandra.

-Buenos días señor. Encantada de conocerlo, yo soy Erika la mamá de Alexandra. Por favor pase.

-Muchas gracias señora, lo mismo digo. Tenía muchas ganas de conocer a la familia de Alexandra.

-En cambio creo que yo se bastante de usted porque mi hija me ha contado sobre su hermosa familia.

Por lo visto a pesar de que muchas veces la maltrate le hablo bien de mí a su familia. La acompaño hasta un lugar donde se encuentran unos sillones.

-Por favor tome asiento que la voy a buscar.

Hago lo que me pide y me quedo observando el lugar. La casa es sencilla, pero se la ve muy linda y ordenada, algo que me dice que son personas que trabajaron mucho para tenerla y deben ser de clase media.

-Hija el señor Grey vino a verte, baja a recibirlo que te esta esperando.

-Mamá te dije que no quiero ver a nadie y menos a él.

-No seas así, si vino hasta acá seguro es porque tiene que decirte algo importante.

-Solo dile que no lo puedo atender.

Al regresar la señora me pongo de pie, la observo muy preocupada y sobre todo parece angustiada.

-Me disculpo por mi hija por no querer recibirlo. Pero para ser justa desde el lunes no ha salido para nada de su habitación y solo vio a una amiga.

-Si usted me permite quisiera ir a hablar con ella para decirle que mis hijos están muy tristes y la extrañan mucho.

-Si usted quiere probar no tengo problemas en que lo haga. Lo llevo hasta su cuarto.

Voy detrás de la señora hasta que nos paramos frente a una puerta que se encuentra entornada. Antes de irse me mira y creo entender que de esa manera me desea suerte. Abro despacio y la veo parada mirando por la ventana, rodea su cuerpo con sus brazos. Tiene puesta una bata que hace juego con sus ojos. Sin darme cuenta hago ruido haciendo que ella se percate de mi presencia, con sus manos se limpia la cara antes de mirarme.

-Váyase señor, por favor no complique las cosas.

-Alexandra no me pienso ir hasta que me digas por qué renunciaste de la forma que lo hiciste.

-No me pida eso porque no se lo puedo decir, si lo hago se que pasaran cosas malas.

Alexandra

No entiendo porque le importa al señor saber la causa de mi renuncia, si yo no soy nadie para él. No puedo seguir mirándolo y le doy la espalda, noto que se acerca más a mí y apoya sus manos en mis hombros. El simple rose de sus manos hace que una corriente recorra todo mi cuerpo.

-Me doy cuenta que algo te esta atemorizando mucho y si me permites puedo ayudarte a alejar esos miedos.

-Nadie me puede ayudar. Además no comprendo su interés en una simple empleada como yo que apenas soporta.

Con un simple movimiento me gira, apoya su mano en mi mentón para mirarme a los ojos.

-Primero que nada no eres una simple empleada, sos la persona que cuida con mucho cariño de mis hijos, que te extrañan mucho y para ellos sos como una madre. En segundo termino quizás al comienzo no aceptaba tu presencia pero con el tiempo me di cuenta que eres una gran mujer y si no me equivoco nos empezábamos a llevar mejor. Por último quiero que confíes en mí cuando te digo que puedo ayudarte a resolver tu problema.

-Mi temor es que cuando le cuente todo alguien me quiera lastimar en venganza.

-Jamás dejaría que te hagan daño y eso es una promesa. Pero necesito qué me expliques lo que te sucedió.

Las nuevas sombras de Christian Grey (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora