Capítulo 46

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Christian

Por suerte hago rápido para ir al encuentro de Ale, pero cuando llego al dormitorio la descubro profundamente dormida. Hoy fue un día con muchas emociones para ella que la dejaron agotada. Me cambio raudo para acostarme a su lado, ya tendremos tiempo para celebrar. Algo me despierta y me doy cuenta de que estoy solo. Me sorprendo al escuchar un quejido proveniente del baño, cuando entro veo a Ale sentada en el piso hecha un ovillo sollozando quedamente. Me arrodillo a su lado para contenerla entre mis brazos.

- ¿Qué te pasa amor? Por favor no llores, me duele verte tan triste.

No dice nada, solo llora sin parar y decido alzarla para llevarla a la cama, quizás pueda tranquilizarla para que me cuente que le aflige tanto. La acuno como si fuera una niña pequeña.

-Ale necesito que me digas por qué estas así para que te pueda ayudar.

Alexandra

Se que debo contarle lo que paso aunque quizás no me crea lo que tengo que decirle. Sus caricias logran que pueda tranquilizarme un poco como para poder hablar.

-Christian sé que acepté ser tu esposa pero luego me di cuenta de que mereces algo mucho mejor y que soy poca cosa para estar a tu lado.

Deja de acariciarme y apoya su mano en mi mentón para poder mirarme directo a los ojos, su mirada parece perdida por lo que le acabo de decir.

-Ale jamás vuelvas a decir que eres poco para mí porque esa es una gran mentira. Eres todo y más para mí.

Christian

Veo el pavor en sus ojos, súbitamente se pone de pie para alejarse de mí.

-No Christian, es real que no soy nada y por eso no merezco ser feliz a tu lado. Estoy segura de que habrá una mujer que este al nivel de tu difunta esposa.

La angustia en su voz hacen que sus palabras suenen como a una despedida. Acorto la distancia entre nosotros porque me preocupa lo último que dijo ya que no tengo ninguna duda que ese no es su pensamiento.

-Se que no piensas eso y que alguien te indujo a hacerlo. Necesito que me manifiestes cuál es la verdad porque no puedo creer lo que me dices.

Agacha la cabeza y se rodea con sus brazos porque su cuerpo se estremece por el llanto.

-No se si me vas a creer lo que te voy a contar. Kate, la esposa de tu hermano, me advirtió que nunca podría ocupar el lugar de su amiga Anastasia porque ella era mucho mejor mujer que yo. También me amenazo con que iba a lograr que toda la familia me odiara, incluido vos, si no te dejaba.

La furia me corroe al escucharla. Nunca me cayo bien Katherine y si la soportaba era por su amistad con Ana. Pero esto que hiso hoy rebasa todos los límites, no entiendo porque se tomo la atribución de decirle tantas patrañas a Ale. Sin embargo en este momento esa descarada es lo que menos me importa. En este preciso instante tengo que mostrarle a Ale que es todo lo que necesito en mi vida.

-Alexandra deseo que comprendas que llegaste a mi vida cuando todo era oscuridad y desolación, la dicha se había escapado de mi lado y sentía que ya no había futuro para mí. Fue entonces que la fortuna me permitió conocerte y al hacerlo sentí que la felicidad una vez más podía ser posible. Por estas razones y muchas más no tengo dudas en decirte algo que siento hace un tiempo, se que Ana te eligió para que estés a mi lado y que junto a nuestros hijos formemos una familia con mucho amor. Alexandra solo te pido que no te des por vencida porque ya me es difícil pensar en vivir sin vos. Alexandra te amo con el alma y el corazón.

Con el dorso de sus manos seca sus lágrimas, levanta la cabeza hasta que nuestras miradas se cruzan, ya no veo temor en sus ojos que ahora tienen un brillo especial.

-Christian debo sincerarme con vos y aunque me cueste admitirlo siempre supe que no era una mujer para vos. Pero al escuchar tus palabras puedo decirte que nadie jamás me había hecho sentir que era tan importante en su vida. Asimismo tampoco puedo alejarme de tu lado porque a pesar de mis defectos me quieres, lo que me hace quererte aún más.

Antes de proseguir hablando me ofrece sus brazos abiertos.

-Christian esta soy yo, soy una mujer que solo se siente completa cuando esta con vos, que sos el dueño de mi alma y corazón. Te amo Christian.

La tomo por la cintura, ella se aferra a mi cuello y nos besamos, sin darnos cuenta terminamos en la cama. Ella queda apoyada con la espalda en el colchón y yo estoy a su lado, le acaricio el pelo y su bella cara.

-Te prometo hacer todo para que juntos tengamos una vida feliz. Para eso voy a comenzar ahora haciéndote el amor.

Voy dejando un camino de besos por su cuello mientras deslizo los breteles de su camisón para dejar sus pechos al aire. Sus pezones están erectos, tiro de ellos haciéndola gemir. Desciendo por su vientre al mismo tiempo que le subo el camisón, le retiro la braga de encaje y soplo suave sobre su sexo. Con el pulgar trazo círculos sobre su clítoris y lo muevo para dejar que mi lengua tome su lugar, la penetro con mi dedo y puedo sentir lo húmeda que esta. Se que llego al orgasmo por la tensión de su cuerpo que se arquea y como se aferra con fuerzas a las sabanas emitiendo un gemido. Me coloco sobre ella para cubrir sus labios con los míos, nuestras lenguas se unen, saboreo el dulce néctar de su boca. Me giro y ella queda encima mío.

-Christian quiero que me permitas hacer algo especial por vos.

-Ale puedes hacer conmigo lo que desees, porque te pertenezco por completo.

Pasa sus dedos por mi mejilla, mi mentón, desciende por mi cuello. Sus dedos recorren mi pecho con mucha suavidad. Percibo besos suaves sobre mis cicatrices. Con su lengua lame mis pezones y tira de ellos con delicadeza, poco a poco mi excitación va en aumento. Su mano traviesa incentiva mi pene con su atención.

-Christian quiero sentirte en mi interior, quiero hacerlo lentamente.

-Ale yo también quiero estar dentro tuyo, que ahora es mi lugar favorito y quiero deleitarme amando tu cuerpo.

Estoy en un punto que necesito estar dentro de ella, entonces le alcanzo un preservativo, ella lo toma y con mucho cuidado lo abre, la veo muy segura colocándolo. Toma mi pene con su mano haciendo que se deslice en su interior, en un principio se mueve despacio, la ayudo aferrando mis manos en sus caderas. Pausadamente sus movimientos se van incrementando, me acoplo a su ritmo empujando una y otra vez. Saboreo la sensación de la unión de nuestros cuerpos. Apoyada en mis muslos hace que su movimiento se torne salvaje. Deslizo mis manos hasta el vértice de sus muslos y presiono con mis pulgares su clítoris, llega al clímax estallando a mi alrededor impulsándome de tal manera que sucumbo a un orgasmo embriagador. La atraigo hacia mi para envolverla con mis brazos y permanecer unidos mientras nos vamos recuperando. Aunque me gustaría quedarme así la ayudo a salir de mí, en el ínterin que Ale va hasta el baño me saco el preservativo y lo tiro. Me pongo un pantalón y cuando Ale vuelve ya cambiada nos acostamos.

-Ale gracias por este gran día. Ahora descansa preciosa. Te amo Ale.

-Te amo Christian.

El agotamiento de un día tan largo y lleno de emociones hace que Ale se quede dormida, un momento después también me vence el sueño y me quedo dormido con ella entre mis brazos.

Las nuevas sombras de Christian Grey (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora