Abrí los ojos al sentir un movimiento a mi lado.
-Nora?
Me incorpore asustada.
-Melissa.
-Es de día.
Frunci el ceño. No recordaba haberme quedado dormida.
-Podemos ir a buscar a mis padres?
Sentí como se me cerraba la garganta.
Casi no se oía nada. Era muy probable que hubieran muerto.
-Si, claro. Pero me tienes que prometer una cosa.
La niña asintió rápido.
-No vas a abrir los ojos. No vas a mirar hasta que yo te diga.
No sabía que podía encontrar fuera, pero no sería bonito ni agradable. La niña no tenía porque ver aquello.
Habría cadáveres. O restos de ellos. Bestias muertas. Una escena bélica, casi.
-Bien.
-Ulric dijo que volvería a por mí.
-Vamos a buscarlo también.
Las manos me temblaban. Si no había vuelto también existía la posibilidad de que hubiera muerto.
Y Helena. La había perdido de visita cuando Riley me empujo.
Me colgué el rifle al hombro, asegurándome de que era seguro, y cogí a Melissa, que se agarró a mi cuerpo como si fuera un koala.
-Prométeme que no abrirás los ojos.
-Lo prometo.
La agarre fuerte y salí, con una mano manteniendo su cara escondida en mi cuello.
Había sangre, cadáveres, miembros amputados salvajemente, bestias... Sentía nauseas al verlo.
Camine despacio, intentando no ver las caras de la gente. Me aterraba reconocer a alguien.
Se oían quejidos en algunos pasillos. Gente que se encontraría al borde de la muerte, probablemente medio destrozados por las bestias.
No veía a nadie con vida, en ninguna habitación o pasillo.
-Cuánto queda, Nora?
-Un poco.
Llegue a las escaleras.
Las baje despacio. Todo era un desastre.
Al girar en un pasillo, vi en un rincón una camisa que se me hizo conocida.
¿Ulric?
Cerré los ojos unos segundos.
No era una persona que se hubiese ganado mi aprecio. Había sido más bien neutro a mi alrededor. Aún le guardaba rencor por haberme engañado aquel día. Pero era de los pocos que conocía en este lugar. Y además, estaba cuidando de esta niña por él. Me había dicho que volvería a buscarnos.
No se movía, estaba como escondido tras armario, pero podía ver un arma en su regazo.
Me acerque despacio, intentando agudizar la vista para ver si respiraba.
Percibí un mínimo movimiento en su abdomen y suspiré tranquila. Al menos estaba vivo.
-Que pasa, Nora?
-He encontrado a Ulric.
Melissa fue a levantar la cabeza, pero la sujete.
-No. No te muevas. Me lo has prometido, recuerdas?.
Ulric estaba manchado de sangre. No creía en Dios, pero rece por que no fuera suya.
Con mi pie le di un golpecito en la pierna.
No se movió.
Me agaché, y toque su brazo.
Fruncio el ceño.
-Ulric.
Abrió los ojos asustado y agarró la pistola dispuesto a apuntarme con ella.
-Soy yo.
-Nora. - jadeo.
-Y Melissa.
Todo su cuerpo se relajo unos segundos. Dejó caer la cabeza hacia el muro.
Pude ver un hilo de sangre seca en el lado de su frente y bajo su nariz.
-Estas herido?
-No mucho.
Sentía una enorme preocupación por él en estos momentos. A penas se movía y seguía con los ojos cerrados.
-Cómo estás, Melissa?
La niña, a pesar de lo que había dicho, se giro con una sonrisa hacia él, pero esta desapareció al verlo lleno de sangre.
-B... Bien.
-Melissa... Te he dicho que...
-Ha cuidado bien de ti Nora?
-Si. - dijo mirándolo preocupada.
Ulric abrió los ojos y la miró.
-Te duele algo, Ulric?
-No, no. Estoy bien. No te preocupes. Vamos a irnos de aquí.
-Y mis padres?
-Se fueron anoche. Les dije que te llevaría con ellos.
-Donde iban? Por que no me esperaron?
Los ojos de Melissa se llenaron de lágrimas.
Sentí el impulso de abrazarla fuerte. Una niña que no tendría más de 10 años...
-Era peligroso quedarse. Ellos no sabían dónde estabas. Y yo si. No te preocupes, vale?
Ulric se acercó a nosotras y le acarició el pelo con cuidado.
Quién era Ulric?
Está versión de Ulric era completamente distinta a la que me había mostrado a mi. Callado y serio. Ahora hablaba con la niña con tanto cuidado y delicadeza...
-Vamos a recoger algunas cosas. Y nos vamos.
Asentí y me puse de pie.
-Cierra los ojos, Melissa.
La niña se volvió a esconder.
Ulric se puso de pie y se acomodo la ropa.
-Seguro que estas bien? Toda esa sangre...
-Si. No te preocupes. No es toda mía.
Me puso una mano en el hombro y me guió hasta los dormitorios.
Ahí recogimos un par de mudas de ropa y mochilas que después llenamos de comida. Ulric se lavo la cara, quitando la sangre de ella.
-Ulric. Donde vamos?
-A la Zona Segura.

Después del Fin. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora