29.

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Melissa tiraba de mi mano. Quería enseñarme las gallinas.
Me había despertado bastante tarde. Todo el mundo estaba trabajando ya.
-Mira. Esa tiene pollitos.
-Son muy pequeños. - me agaché. Mis heridas se resistían un poco, pero no dolían mucho.
-Como nace un pollito de un huevo?
-Pues... No lo sé.
-Igual que va a nacer mi hermanito?
-No creo. Tu mamá no va a poner un huevo.-dije riendo.
-Y como va a nacer?
La mire sorprendida.
-Creo que eso tienes que preguntárselo a tus padres.
-Voy a preguntárselo!
La niña se puso de pie y salió del corral corriendo.
Escuche una risa a mi espalda.
Ulric estaba ahí apoyado en la valla. Llevaba una camiseta blanca de manga corta. Era un día bastante caluroso para ser primavera. Podía ver perfectamente sus brazos fuertes y sus hombros marcándose en la camiseta.
Tomé aire y salí también del corral.
-Como estás?
-Mejor.
Me abrace a mi misma.
Él me observaba con cautela. Buscaría algún signo de que estaba mintiendo en mi rostro. O de malestar.
Sonrió un poco.
-Me alegro. Has descansado?
-Mucho. - dije riendo. Había dormido casi doce horas.
Él me miró con esos ojos suyos, con adoración.
Me sonroje al instante.
-He pensado que... Bueno. No sé absolutamente nada de ti.
-Que quieres decir...
-El otro día dijiste que no te conozco. Le he dado vueltas y es verdad. No sé quién eras antes de todo esto.
-Yo tampoco sé quién eras tú.
-Y no sientes curiosidad?
En cierto punto si. Conocía esta versión de Ulric, y me encantaba. Adoraba lo protector que era, la forma que tenía de cuidar de Melissa y de mi, el respeto que me había mostrado... Eran demasiadas cosas.
-Si.
-Pues... Quieres ver el huerto que tienen arriba?
Ulric y yo estuvimos paseando por aquel lugar, hablando de nuestra vida antes de todo esto.
Me contó que tenía una hermana. No estaba seguro de lo que había pasado con ella, pero si sabía que sus padres habían muerto. Veia el dolor tras sus ojos.
También me contó que había estudiado magisterio. Antes de que empezaran los ataques trabajaba en un colegio. Los ojos le brillaban al hablar de ello.
-Adoro a los niños. En la Comunidad había varios y sugerí que podía darles clase. Enseñarles lo necesario y lo que estuviera en mi mano. Conocí a Melissa. Ella... Ya te lo dije, era mi favorita.
Sonreí.
Suspiro.
-No hay mucho más que contar...
-Tenías a alguien? Antes de todo esto. - pregunté porque yo estaba dispuesta a contarle mi historia.
-No. Bueno. Hacía poco tiempo que había roto con mi novia cuando ordenaron la evacuación. Supongo que lo hizo más sencillo.
Se apoyo en una valla en la terraza de la fábrica.
Me deje caer a su lado, nuestros hombros tocandose.
-Al principio la echaba de menos. Ni siquiera tuve la oportunidad de volver a intentarlo, sabes?
Lo observe mientras hablaba.
-No se que pasaría con ella. Ni si sigue viva.
Acaricié su antebrazo despacio.
Respiró profundamente y giro su cara hacia mi.
-Y tú? A qué te dedicabas.
-Era pintora.
Me miró sorprendido.
-Eres artista!
-Si, bueno. Algo así. Era buena. Conseguí vender algunos cuadros, exponer en galerías. Me gustaba lo que hacía.
-Ya no pintas?
Me acorde del retrato que le había hecho hacia unas noches.
-A veces. Tengo un cuaderno y unos lápices. Me suele ayudar a sacar cosas de mi cabeza. Y a dejar de pensar un rato. Solo concentrándome en el dibujo.
-Me lo enseñaras?
Sentí el calor subir a mis mejillas.
-Em. Supongo.
Sentí su dedo en mi mejilla, apartando el pelo y poniéndolo tras mi oreja.
-Tú si tenias a alguien. - dijo en voz baja. - Quieres hablarme de ella?
-No es bonito.

Después del Fin. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora