Los días siguientes fueron raros.
Seguí con ellos, pero me aparte. Necesitaba tiempo. Necesitaba pensar y aclararme.
El día que perdí a Alison me prometí que no volvería a pasar por aquello. Pero en unos días con ellos se me había desmoronado el plan.
Los veía andar unos metros por delante de mi.
Como siempre, Ulric se había dado cuenta y lo respetaba.
Pero también había descubierto que tenía pesadillas. Estos días eran más intensas, más reales. Despertaba agitada, sudando, temblando, incluso llorando.
Normalmente dibujaba para calmarme, pero no era capaz. Intentaba hacerlo cuando ellos dormían, alumbrando con una linterna. Las líneas no salían. No podía dibujar.
Había noches en las que permanecía despierta solo para evitar las pesadillas.
Ulric me había visto un par de veces. Me escusaba siempre diciendo que no tenía sueño, cuando realmente tenia que hacer fuerza para cerrar los ojos.
También había cogido la costumbre de venir conmigo cuanto tenía pesadillas.
No decía nada, solo se sentaba a mi lado y esperaba a que me durmiera.
Lo agradecía. En el fondo odiaba estar sola.
Más de una mañana me había despertado en su hombro, con mi mano en la suya.
Detestaba que me hiciera sentir tan bien y segura. Que fuera tan atento y respetuosos. Era como si lo hiciera a propósito. Como si supiera que no quería quererlo...
Pero era imposible no hacerlo.
Cada vez mi corazón latía más rápido cuando lo tenía cerca. Cada vez queria estar más tiempo a su lado.
Por eso mantenía las distancias.
Aún quedaba mucho camino hasta la Zona Segura y podían pasar muchas cosas.
Aún no era el momento.
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Después del Fin.
Science FictionEl 7 de septiembre se acabó el mundo. No sabían muy bien de dónde, pero una serie de acontecimientos llevó a la aparición de esos extraños seres que empezaron a extenderse como una plaga. Casi desde el primero momento, Nora vagó sola. Encontró gente...