36.

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-No podemos dormir aquí. Es... Es horrible, Ulric. Seguro que aquí viven bestias.
-No hay otro sitio, Nora.
-No voy a dormir aquí. Es peligroso.
Salí de aquellas ruinas y seguí andando.
-Nora. No seas testaruda, se hace de noche.
-No podemos estar ahí. Vamos. Encontraremos algún coche en la carretera.
-Prefieres dormir en un coche.
-Te digo que es más seguro, lo he hecho antes.
Viajar solos era más duro que lo que pensé. Estaba lleno de silencios, éramos nuestra única compañía, y aunque nos gustabamos, a veces era demasiado.
Demasiado tiempo juntos, demasiado tiempo solos.
-Maldita sea, Nora. Espera. Yo haré guardia toda la noche si hace falta.
-Dará igual la guardia que hagas. Si nos encuentran, nos matan.
Salí a la carretera.
Mire a ambos lados. Decidí ir por la derecha, siguiendo nuestro camino.
Seguimos andando. Cada vez estaba más oscuro.
-Mira allá. Te he dicho que encontraríamos algo.
-Quieres dormir en ese sitio?
-Ulric, es un autobús. Si hay un autobús habrá un pueblo cerca.
-No sé...
Acabamos encontrando una gasolinera.
Entre los dos revisamos todo el local. Vacío.
-Me trae recuerdos este sitio.
Estabamos escondidos tras el mostrador.
Ulric rio un poco.
Sonreí.
Estábamos sentados el uno frente al otro, con la comida entre nosotros.
-Te odie durante días.-confesé en voz baja.
-Si?
-Pensaba que me habías tendido una trampa.
-Yo no pensé que fueras a hacerme caso. De todas formas hubieras llegado a la Comunidad por aquella carretera.
Nos quedamos un rato callados.
-No tuviste nunca nada con nadie en la Comunidad?
-Hubo un par de chicas. Pero nada serio.
Asentí.
Me dio un golpecito con el pie.
-Que?
-Celosa?
-No, claro que no. Es que... Me parece raro. Quiero decir. Mirate.
Soltó una carcajada.
-Ulric! Shh.
Se cubrió la boca.
-Duérmete, idiota.-dije riendo.
No tardo en darme sueño. Él había insistido en vigilar.
Cerré los ojos y me acomodé.

Llegue al callejón, mataron a Klaus y se escucho una explosión.
Otra vez.
Me levante y salí, envuelta en humo y oscuridad. No veía.
Y alguien me tapó la boca y dijo mi nombre. Intenté liberarme.
Desperté.
Ulric me cubría la boca mientras miraba discretamente por encima del mostrador.
Me agarré con fuerza a su mano.
-Shh. Están ahí fuera. - susurró.
Despacio apartó su mano.
Estaba temblando. Me aferre a su brazo con fuerza. Tenía los ojos llenos de lágrimas.
Me mordí el labio para no llorar.
No es el momento, Nora.
Ulric me miró un segundo, se acomodo mejor y me rodeo con su brazo.
Me escondí en su cuello.
La tensión en aquel momento se podía cortar con un cuchillo.
Se les podía oír. Seguramente hubieran matado a algún ciervo o jabali.
Seguía viendo en mi mente aquella calle y el cuerpo de Alison.
Esas bestias habían aparecido en el momento menos oportuno.
Se escucho un golpe, muy cerca.
Ulric se encogió un poco.
Sentí su mejilla contra la mía.
-Están justo en la puerta.
Apreté los ojos.
Otro golpe y después un gruñido.
Aguante la respiración. Sentía el cuerpo de Ulric tenso alrededor del mío. Estaba asustado también.
Pasaron los minutos y el silencio nos rodeo de nuevo.
Sólo podía escuchar la respiración del hombre.
Se estiró un poco y se asomo.
-Se han ido.
Dejo la pistola en el suelo y cogió mi cara con ambas manos.
-Estas bien?
-Estaba... Tenía una pesadilla.
Me dio un beso en la frente y me estrechó entre sus brazos.
-Siento despertarte así, no quería que hicieras ruido.
-No pasa nada.
Me acarició las mejillas.
-Otra vez lo mismo?
Había sido algo impactante. El miedo de aquel mal sueño mezclado con el miedo por que aquellos seres nos atacaran.
-Si.
Me dio otro beso, esta vez en la sien, y se sentó a mi lado.
Me deje caer contra su cuerpo y me abrace a su costado.
-Quiero llegar ya. - susurre.
-Yo también.

Después del Fin. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora