38.

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Levante una de las moras y Ulric la cogió con sus dientes.
Caminábamos por una pequeña senda.
Según el mapa no nos quedaba mucho. Unos días hasta llegar.
Me ponía nerviosa de pensarlo.
Rose había dicho que era un buen lugar, pero éramos gente nueva y me creaba cierta inseguridad.
-Me ha caído una gota.
-Otra vez lluvia? - pregunté exasperada mirando al cielo.
Ulric rió.
Hoy teníamos un día bastante bueno. Habíamos estado casi todo el camino hablando y bromeando.
-Solo es lluvia.
-Cuando tengas las botas llenas de agua me dices.
Me empujó un poco.
Unos segundos después, las gotas empezaban a caer sobre nosotros.
Ulric se puso la capucha.
-No quieres que se te mojen los rizos.
Rodó los ojos.
Estaba muy guapo.
Le estaba creciendo la barba y su piel tenía algo más de color por el sol.
Hice lo mismo.
Se empezaban a escuchar truenos.
-Tenemos que refugiarnos. - dijo.
Reí.
-Ahora si?
Seguimos caminando un rato más, la lluvia cada vez era más densa.
También se escuchaban bestias a lo lejos.
-Coches!
Ulric y yo echamos a correr hacia ellos.
Buscábamos uno abierto y con las lunas en condiciones.
-Nora!
Lo vi asomarse por encima de un coche oscuro.
Corrí hacia él.
Notaba el agua caer por mi nariz.
Abrí la puerta contraria a Ulric y entre, dejándome caer en los asientos traseros.
Había algo de polvo dentro del coche, pero no estaba muy sucio.
-Joder. Como puede llover tanto en tan poco tiempo.
Intentaba secarme la cara, pero estaba completamente mojada.
Sentí la mano de Ulric en mi hombro y cuando giré, me besó. Sonreí en medio del beso.
Ulric se apartó un poco.
-Que ha sido eso? - susurre sonriendo.
-No lo sé. Quería hacerlo.
Le sujeté las mejillas y le di otro beso.
-Estás helada. - dijo sobre mis labios. - Vamos a quitarnos esto mojado.
Cómo era evidente, cambiarnos de ropa en la parte de atrás de aquel viejo coche no fue fácil.
Mientras intentaba arreglar mi ropa empapada en el asiento de delante, Ulric me tocó la espalda.
-Que?
-Es tu cuaderno?
Me deje caer a su lado. Aquella libreta asomaba un poco en mi mochila.
-Si.
-Puedo.
-Em. Si. Si claro.
Había un dibujo suyo que había pintado mientras dormía. Ahora era el momento en el que pensaba que estoy loca y se iba.
También había otro, uno que dibuje hacia ya tiempo. Pero ese estaba pegado a otra hoja con cinta adhesiva. Lo hice para desahogarme y no había vuelto a verlo.
Ulric con cuidado abrió el cuaderno por la primera página.
-Wow, es bonito.
Era un paisaje. La mayoría de los dibujos que había en ese libro lo eran.
-Son increíbles, Nora.
Me recogí el pelo y observé. Pasaba sus dedos por encima de las formas dibujadas en el papel, prestaba atención a cualquier detalle y pasaba cuidadosamente las hojas.
Hasta que llegó a aquella, estaba pegada y no se podía ver.
Me miró.
-Es... No me gusta. Odio verlo. No lo he visto desde que lo dibuje.
Bajo la mirada al cuaderno.
-Por qué?
-Tenía una imagen en la cabeza. No dejaba de verla una y otra vez. Y la tuve que dibujar. Lo odio.
-Puedo verlo?
Solté una respiración temblorosa.
-No se si...
-No hace falta.
-Es que... No es bonito.
Ulric me cogió la mano.
-No pasa nada.
Me dio un beso en los nudillos.
Tomé una respiración profunda.
-Ulric.
-Si?
-Puedes verlo. Confío en ti. No me importa que tu lo veas.
-Y tú? Quieres verlo?
-No lo sé. No sé si estoy lista.
Me aparte un poco.
Ulric con mucho cuidado despegó la cinta adhesiva.
Lo escuche jadear.
Ya lo había visto.
Lo mire intentando no ver aquel dibujo.
-Es...Alison?
Asentí.
-Cielos.
Vi como tenía su ceño fruncido, el horror de sus ojos y su mandíbula tensa.
Me acerque un poco.
Estaba teniendo una batalla interna. Quería mirar. Pero al mismo tiempo no.
-Quieres verlo?
-No lo sé.
Me cogió la mano.
-Estoy contigo.
Me acerque.
Lo iba a ver.
Me asome despacio, y conforme pasaban los segundos, los ojos se me llenaban de lágrimas. Me temblaba el labio y sentía presión en el pecho.
Aquel dibujo oscuro y rojizo, en el que destacaban las heridas que destrozaban su precioso rostro.
Toque el dibujo con cuidado. Era lo mejor que había hecho. Tal cual y como lo vi, lo dibuje.
-Era preciosa, Ulric...
El hombre me rodeo por los hombros y me pego a su cuerpo.
Me dio un beso en la frente.
-La destrozaron. Estaba casi irreconocible. Mirala...
Las lágrimas ya caían por mis mejillas.
Ulric cerró el libro y lo dejó a un lado.
Me abrazo con cuidado. Me recoste en su pecho.
No dijo nada en mucho rato, pero me fue suficiente. Había descubierto que me encantaba que me abrazara. Él era más alto y corpulento que yo, por lo que sus abrazos se sentían como un refugio.
-Hay un dibujo tuyo...-dije un rato después.
-Mío?
-Si. Te dibuje una noche mientras dormías.
-Eso es raro. - dijo riendo.
-Puedes verlo. Es el último.
Con cuidado y sin dejar de abrazarme lo busco.
-Wow. Vaya. Es... Es clavadito a mi.
-Eres tú, tonto.
-Tienes mucho talento.
Sonrei acomodando me mejor en su pecho.
Levante la mirada.
-Realmente tienes la nariz más recta. - dije repasandola con mi dedo.
Baje a sus labios y los toque con cuidado. Los había dibujado perfectos.
Él me miraba con ternura mientras yo comparaba su rostro y el dibujo.
Me robo un par de besos.
-Nora.
-Dime.
-Te quiero.
Sonreí con las mejillas sonrojadas y le di un beso en la mejilla.
No me sentía preparada para decírselo también, pero me abrace más a él y me escondí en su cuello.
Ulric lo entendió. Nos cubrio con su camisa, seca gracias al chubasquero, y se apoyo sobre mí cabeza.
Nos quedamos ahí dormidos, abrazados en la parte trasera de un coche que llevaba años abandonado en medio de una carretera.

Después del Fin. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora