El sol calentaba mis mejillas mientras caminaba por aquel lugar. Era como si no existiera el mundo exterior. Como si esas bestias no hubieran estado nunca.
Aquellos muros altamente custodiados nos separaban de aquella realidad que parecía ya tan lejana.
En este lugar la gente cultivaba su comida, criaba a sus animales, cosía su ropa... Cada uno tenía una función esencial para mantener esto en pie. Todos eran esenciales, nadie valía más que otro, igualmente importantes, este grupo de gente basaba su forma de vivir en el respeto mutuo.
Aún pensaban dónde colocarme a mi. Ulric daría clases en la escuela, tal como Melissa había dicho.
Pensaba mucho en la niña, en que estaría haciendo en sí nos echaría de menos. Su madre tendría que haber dado a luz ya. Le encantaría este sitio, con tantas flores y gente.
Me deje caer en el suelo, observando desde la colina como la gente trabajaba en los campos. Había una suave brisa, ya era verano.
Vi un movimiento a mi derecha.
Ulric venía caminando con una sonrisa. El aire movía sus rizos. Estaba guapísimo.
Los doctores habían dicho que había mejorado mucho tras pasar cinco días en aquella cama.
-Ey. No te encontraba.
Vi lo que llevaba en mi mano. Mi cuaderno.
-Que han dicho los médicos?
-Que todo va perfecto.
Se sentó a mi lado.
-Por qué traes el cuaderno. Y un cuenco?
-He pensado bastante en lo que dijiste de empezar de nuevo. - tomó aire-Por qué no quemas el dibujo?
-El dibujo?
Asintió.
Frunci el ceño.
-Por qué?
-Porque creo que no te deja avanzar. Si tienes ese dibujo ahí... Tienes que olvidar aquello. Quémalo y pintala de nuevo. A ella como de verdad era, no en ese momento.
Me mire las manos.
No sabía que decir. Todo este tema era muy complicado.
-Si no quieres no, solo es un consejo.
Me apoye en su hombro.
-No se que hacer... Odio ese dibujo.
-Hazlo de nuevo. Pintala a ella. Tu recuerdo favorito. Saca eso de tu cabeza. Seguro que tienes mil historias bonitas para contarme y para recordar.
Sentí mi labio temblar.
-Era increíble, le encantaba salir al parque, ir a dar paseos por el monte...
Ulric me abrazo por los hombros y me dio un beso en la frente.
-Quieres hacerlo?
Asentí.
Ulric me dio el cuaderno.
Lo abrí despacio.
Ahí estaba ella.
-Lo arranco?
-Si quieres.
Con cuidado rompí la hoja y deje el cuaderno a un lado.
Ulric saco una caja de cerillas y me acerco el cuenco.
-Esto es lo más parecido a un entierro que va a tener nunca. - dije sintiendo las lagrimas en mis ojos.
Ulric me abrazó fuerte y beso mi sien.
Encendí una cerilla y la acerque al papel.
Rápidamente ardió por lo que lo solté en el cuenco.
Ulric me dio un beso en la mejilla.
Observe como iba desapareciendo aquel horrible dibujo, aquella imagen que tanto detestaba. Ulric cortó un par de flores y las dejó caer también al fuego.
Lo mire unos segundos y le di un beso. Un simple pico en los labios para agradecerle.
Ulric junto nuestras frentes.
Me dio un beso más largo y acarició mi pelo.
Vi como aquellas flores se consumian con el papel y poco a poco el fuego se apagaba, dejando únicamente cenizas.
Estuvimos callados. Ulric hacia caricias en mi pelo.
Ya no existía aquella imagen. Aún estaba en mi cabeza, no creía ser capaz de poder olvidarla nunca, pero no quedaba constancia de ella.
-Estas bien.
Tome aire y lo miré.
-Lo estaré.
Ulric acarició mi mejilla.
-Eres increíblemente valiente.
Cerré los ojos y me escondí en el hueco de su cuello.
-Gracias por estar conmigo.
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Después del Fin.
Ciencia FicciónEl 7 de septiembre se acabó el mundo. No sabían muy bien de dónde, pero una serie de acontecimientos llevó a la aparición de esos extraños seres que empezaron a extenderse como una plaga. Casi desde el primero momento, Nora vagó sola. Encontró gente...