Era nuestro tercer día en la granja. Melissa y yo volvíamos del bosque de buscar moras. La niña corría contenta entre la hierba.
-Se te van a caer.
-A Ulric le gustan mucho, sabes? Me lo dijo una vez en la Comunidad. Nos contó que las frutas tienen semillas de las que salen las plantas.
-Oh. - aún seguía sin saber nada de la antigua vida de Ulric. Seguía siendo un cofre cerrado. Pero claro. Yo tampoco había contado mucho. Entendía que no quisiera exponerse.
-También me contó que tenía un perro, pero era muy viejo.
Llegamos al porche, donde Ulric se encontraba sentado, con los ojos cerrados y la boca abierta.
Se había dormido.
En estos días había mejorado bastante. Las vendas le habían ayudado a moverse menos, y como no cargaba peso y no tenía que pasar horas caminando, el golpe estaba sanando.
-Shh. - dijo Melissa mirándome.
Sonreí al verla acercarse con cuidado.
-Buh.
Solté una carcajada al ver a Ulric despertarse asustado.
Melissa reía mientras intentaba escapar de las manos del hombre, que quería hacerle cosquillas.
-Para, para, hemos traído moras!
Ulric paró, pero mantenía sus manos amenazantes.
-Moras?
-Si. Moras. Las tiene Nora.
Ulric me miró y yo le enseñe la bolsa que habíamos hecho con un trapo.
-Tenemos muchas. - dije sonriendo un poco.
Ulric sonrió también.
-Podemos comerlas?
-Y si esperamos al postre?-dijo Ulric.
-Solo una.
Melissa acabo convenciendolo. Mientras preparaba una lata, diferente a la del día anterior, ellos reían en la calle.
-Volverás a darme clase?
Clase...
-No lo sé.
-En la Zona Segura también habrá niños. Podrás tener una escuela, como en la Comunidad.
Me asome un poco por la puerta.
Los dos estaban sentados, uno al lado del otro, comiendo moras.
-No se como es la Zona Segura.
-Nora lo sabe?
-Creo que no.
La lata empezó a hervir.
La serví en los platos metálicos que habíamos cogido en la comunidad y salí.
-Ya está la comida.
-Vamos, Ulric!
Melissa entro corriendo a la cocina. Vi a Ulric levantándose despacio.
-Te duele?
-Estoy mejor.
Asentí. Tenía mejor cara.
-Vamos a comer.
Aquel día, más tarde cuando ya se empezaba a poner el sol, Ulric me llamó para que le ayudara a cambiar las vendas.
Cuando entre al cuarto de baño ya se encontraba sin camiseta, soltando el vendaje.
Cuando pude ver el hematoma, ya estaba mucho más pequeño.
-Tiene mejor pinta. Mañana podríamos seguir si te encuentras bien.
-Si. Estoy mejor.
Lo mire en el reflejo del espejo, mi cara apenas viéndose un poco por encima de su hombro.
Me dio el bote de crema y como había estado haciendo estos días, se la puse, masajeando despacio e intentando no hacerle daño.
Cerró los ojos.
Seguí en silencio, pasando después a la venda, asegurándola bien alrededor de su cuerpo, pero sin apretar demasiado.
-Eras profesor?
Giró su rostro hacia mi.
Cielos, es guapísimo.
-Si. Nos has oído?
-Mhm.
Aparte la mirada para centrarme en la venda, atandola bien para que no se soltara.
-Había 15 niños. Todos de edades distintas.
Levante la midada.
Ulric se giró, quedándonos cara a cara.
-Vi como dos de ellos morían. Tan... Indefensos.
No me miraba a mi, miraba el trozo de suelo entre nosotros. Su labio inferior temblaba y su ceño estaba fruncido.
No sabia que decir.
-Había otro muerto en las escaleras. Por eso me caí. Me quedé ahí parado y alguien me embistió.
Instintivamente acaricié su brazo, cruzado sobre su pecho.
-Joder... No se que decir.
-Nada. No digas nada. Lo prefiero.
Asentí despacio.
Quería saber que pasó con los demás. Con Victoria. Con Helena. Si realmente los padres de Melissa esperarian en la Zona Segura.
-Que piensas?-dijo en voz baja.
-Los padres de...
-Salieron de la Comunidad. Espero que estén vivos. Les dije que siguieran las señales.
-Espero... La pobre...
-Siente demasiado las cosas. Era distinta a los demás en la escuela.
Mire mis dedos en su brazo.
-Estáis muy unidos.
-Bueno... Era mi favorita. - dijo riendo.
Sonreí. Era la primera vez que reía conmigo, y me sentía bien.
-Será mejor que vayamos con ella, o empezará a gritar.
-Si, si. Claro.
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Después del Fin.
Science FictionEl 7 de septiembre se acabó el mundo. No sabían muy bien de dónde, pero una serie de acontecimientos llevó a la aparición de esos extraños seres que empezaron a extenderse como una plaga. Casi desde el primero momento, Nora vagó sola. Encontró gente...