32.

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-Seguiréis vuestro camino? - preguntó Rose.
-Si.
-Os espera alguien en la Zona Segura?
-No. - dije yo.
-La Zona Segura es un buen lugar. Son bunkers de la segunda guerra mundial. Se han construido otros nuevos, claro.
-Subterráneo?
-Si. Las casas, por así decirlo, son subterráneas. Pero la gente habita fuera. Hay edificios, hay graneros, hay huertos... Es un buen lugar.
Ulric asintió.
-Os recibirán con brazos abiertos.
Estaba sentada junto a Ulric, nuestros hombros casi tocandose, sus brazos cruzados sobre la mesa. Sus dedos acariciaban con delicadeza mi brazo.
-Cuando os iréis?
Me miró.
-Pues... No sé. Podemos descansar un par de días más, no?
-Si, si. Claro. - dijo él.
Parecía despistado.
En qué piensas, Ulric?
Estuvimos ahí cerca de una hora más, hablando de cualquier cosa, de la vida antes, de la vida ahora,...
Los ojos se me empezaban a cerrar.
-Me voy a dormir ya. - dije levantándome.
Ulric me miró con una pequeña sonrisa y asintió.
-Buenas noches. - me despedí de todos, pero en especial de él, acariciando su hombro antes de marcharme a la habitación.
Me lave un poco con agua que tenía en una cubeta. Cuando iba a ponerme el pijama escuche un golpe en la puerta.
Me cubrí con una toalla y abrí un poco.
-Ulric.
Tomó una respiración profunda y se metió las manos en los bolsillos.
-No debería estar haciendo esto, pero no te saco de mi cabeza. Lo del otro día estuvo bien. Fue increíble, pero necesito más. Te necesito a ti. Entera. Toda tú.
Jadee sorprendida. El corazón me latía con fuerza.
Me agarre fuerte a la puerta.
-Verás... Em...joder. - lo veía sonrojado. - Tengo esto.
Saco algo de su bolsillo trasero. Una caja de preservativos.
-Ulric...-dije muy bien sin creerlo.
-No están caducados, lo prometo. Si no quieres no pasa nada. Me voy a mi habitación y... No pasa nada. Lo entiendo.
-Ulric, Ulric para. Callate. - dije riendo.
Nunca lo había visto así de nervioso. Me resultaba divertido y a la vez adorable.
-Que?
Abrí más la puerta, dejándome ver. Era consciente de que aquella toalla casi no tapaba nada. Sus ojos me recorrieron entera.
-Cielos...
Me asome al pasillo para comprobar que no hubiera nadie.
Alargue mi mano hasta él, agarrando el cuello de su camisa y tirando de su cuerpo hacia mi. Nuestros labios chocaron al instante.
Me tienes, Ulric.

Después del Fin. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora