Capítulo 39

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Presente.


Roger llevaba la cuenta de todas las noches en las cuales había llorado hasta caer rendido.
Brian, por su parte, llevaba la cuenta de todas las veces en las que tuvo que entrar a la habitación del rubio para chequear que siguiera respirando. Recordaba las largas charlas en las que siempre le rogaba a Roger para que siguiera adelante, que se aferre a algo que le diera un hilo de vida.

Los años habían pasado y la vida tenía qué continuar, pero ya nada se sentía igual. Roger había dejado de ser él mismo hace mucho, y Brian lo sabía. Sin embargo, por capricho del destino, algo había dado un pequeñísimo giro esa noche.
Rufus había traído consigo dudas y preguntas que habían logrado revivirle toda clase de sentimientos a un Roger que caminaba sobre una cuerda floja desde 1976.
El más joven había visto toda clase de reacciones por parte de su padre aquella noche. Por primera vez lo había visto llorar, reír, recordar momentos que por más que se viera como estos le quemaban el pecho, había decidido compartirlos con su segundo hijo varón. Pero, algo había quedado grabado en la memoria de Rufus, algo que jamás se borraría. Aquella fotografía, la sonrisa de Roger al lado de Ciara, una sonrisa pura y radiante. Una sonrisa que Rufus jamás pudo ver por parte de su padre.

El mayor se había tomado un pequeño descanso de todo ese torbellino de emociones. Había optado por levantarse de su asiento para prepara una nueva ronda de café, hace menos de cinco minutos.
Rufus se quedó en el lugar en compañía de su tío Brian, el cual se mostrado callado y pensativo desde hace un rato.
El chico seguía siendo consumido por las dudas, ya que no lograba comprender cómo es que no habían terminado juntos si se tenían tanto amor. Ignorando que el mundo no es un lugar feliz, que la vida no es igual de justa para todos.
Siendo ingenuo de que las personas que más se aman, son las que más sufren.

El joven baterista, se estiró ligeramente hasta poder tomar la caja que Roger había mantenido a su lado todo el rato. Éste hurgaría un poco más hasta que su padre continúe contando la historia.

Ya no le interesaban tanto los objetos que Roger mantenía guardados allí, esto se debía a que luego de saber casi todo, lograba reconocer algunos de ellos. Pero su atención seguía puesta en lo que no le pertenecía a Ciara, sino a un bebé, solo había tres conjuntos de ropa y luego lo demás se perdía entre ecografías y fotografías, las cuales mostraban todo y a la vez nada.

Brian levantó la vista, observando al hijo de su amigo. Éste se dejaba ver curioso mientras sacaba todas las fotografías que se escondían en un sobre.
Cada una de ellas eran divididas por una flor seca. El rizado sonrió ante aquello, porque sabía muy bien de dónde Roger las había sacado. Aquellos pequeños detalles que el hombre tenía cuando se trataba de Ciara, hacían que sienta como la angustia lo tomaba entre sus brazos, para luego comenzar a sobre analizar cómo la vida había conspirado en contra de Roger.

- Papá no exagera. - Murmuró Rufus. El de cabello abundante alzó ligeramente la vista para toparse con el joven, el cual sostenía una fotografía entre sus dedos mientras leía la nota que se encontraba detrás.
Brian sonrió ante el recuerdo de cómo Ciara solía escribir cada una de las fotografías.
En el hogar que compartió la castaña con el baterista, no existía ni una sola foto que no tenga alguna dedicatoria al voltearla.
- Realmente era muy bonita. - Prosiguió el joven, para momentos más tarde extenderle lo que tenía entre las manos a su tío.

Brian tomó el papel entre sus manos y lo volteó, dejando que su memoria viajara a través del tiempo mientras que su vista se perdía entre los trazos delicados que Ciara se había encargado de plasmar en una fotografía que, si mal no recordaba, había sido tomada por el doctor con el que la mujer solía hacer los controles prenatales.

Hold On (Roger Taylor) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora