Capítulo 38

436 39 107
                                    



10 de octubre. 1974

- Buenos días a ti también. - Murmuró Roger muy cerca de los labios de la mujer. Separándose ligeramente, sintiendo el sabor dulce que aquel beso dejó en él.

Ciara le sonrió tiernamente mientras pasaba sus delgados brazos al rededor de la cintura del rubio, formando un abrazo cariñoso, el cual Roger correspondió de la misma manera, dejando que ella colocara su cabeza sobre su pecho.

- ¿No vas a dejar que pase? - Preguntó. Roger dejó salir una pequeña risita, sintiéndose completo por primera vez en tres años, sintiendo como todo a su alrededor se volvía más bello.

- Claro. - Dijo. - Sabes que ésta es nuestra casa. - Un beso en la coronilla de la mujer fue lo próximo a suceder antes de que el baterista rompiera ese abrazo para entrelazar sus largos dedos con la diminuta mano de Ciara.

La castaña ingresó a la casa sin soltar la mano de Roger, esperando alguna pregunta sobre lo ocurrido, sin embargo, eso jamás llegó.

El baterista estaba completamente anonadado ante el cambio de parecer de la mujer, pero no arruinaría el momento con preguntas que se habían respondido solas cuando Ciara lo besó.

Ella volteó levemente hasta chocar con la mirada azulada del músico, dejó que sus pulmones se llenaran de aire, y también dejó que su corazón se envolviera con la calidez de estar nuevamente en su hogar, con él.

- Siento mucho llegar aquí sin avisar.- Ella se disculpaba por algo que a Roger realmente no le importaba, nada se comparaba con volver tenerla allí, y esas disculpas estaban completamente de más. - Siento todo, mi comportamiento, mis miedos, haberte lastimado. - Roger negó, tenía tanto por decirle, tanto que demostrarle que simplemente se ahogaba con sus palabras, con sus sentimientos.

- Eso ya no tiene importancia. - Le murmuró. - Estás aquí, estamos juntos. Olvidemos todo aquello, ¿si? - El dedo meñique de Roger se estiró hasta Ciara, invitándola a formar una pequeña promesa, como si de dos infantes del tratase. La castaña imitó la acción del varón y entrelazó su meñique con el de Roger, mirándose fijamente a los ojos, prometiéndose un nuevo comienzo en donde el pasado no los afectaría.

- De acuerdo, Rog.-

Las palabras de la mujer se quedarían grabadas por siempre en el corazón del baterista.

Recordaría hasta el fin de sus días la forma en la que la felicidad había golpeado su puerta aquella mañana. Con el pasar de los años, recordaría ese día con cada clase de sentimientos, pero los que más golpearían su pecho al hacerlo serían el amor y la tristeza.

Roger tiró suavemente de la mano de Ciara, haciendo que ésta impactara delicadamente contra su pecho. Tomando el pequeño rostro de la mujer entre sus manos, sosteniendo su mundo entre ellas.

- Que hermosa eres. - Le dijo observando cada detalle del rostro de la chica, uniendo sus pequeños lunares con las constelaciones de las estrellas. Enamorado, hipnotizado por todo lo que veía y por lo que tenía.

- Deja de hablar tonterías. - Le respondió tímida, empujándolo en forma de juego.

- ¡Flacucha! - Se burló el rubio cuando el empujón que Ciara le dió, no logró moverle ni un solo pelo.
- Esto se hace así. - Dijo mientras la cargaba entre sus brazos con facilidad, apoyándola por completo sobre su hombro, dejándole a Ciara una visión completa de su espalda.

- ¡Bájame, Meddows! - Pidió la mujer mientras reía. Aquel simple sonido detuvo la lluvia que Roger tenía dentro, aquella risa bastó para curar cualquier herida.
El baterista dió unos cortos pasos hasta chocar contra el sillón, depositando a la mujer en éste, mientras que él se posicionaba sobre ella.

Hold On (Roger Taylor) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora