Capítulo 14 (Segunda parte)

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Ella estaba desnuda y él aún conservaba sus prendas. Ella sabía sobre sexo, pero, no sabía sobre el amor.
Había permitido que Roger la tocara, pero no dejó que la desnudara. Lo hizo sola, al igual que en el prostíbulo.

Tenía vagos recuerdos sobre la última vez que había tenido relaciones. Fue obligada, recordaba los sucios gemidos que salían de la boca de Chad, y la forma en la que sus propias lágrimas se evaporaban sobre las frías sabanas, de un colchón plagado por la esencia muerta de una pobre niña ingenua.

No conocía otra forma de intimar con un hombre, se ponía a su merced y dejaba que hicieran de su cuerpo lo que quisieran. Que la utilizaran, sin importarles su dolor físico y emocional.

Con la punta de sus pies acariciaba la alfombra al momento de dar cortos pasos, los cuáles la llevarían hacia Roger.

El rubio había dejado de entender lo que ocurría a su alrededor, cuándo Ciara lo empujó a la cama y comenzó a desnudarse por sí sola. Sí bien su instinto y sus deseos le pedían a gritos que se levantara y la follara, había optado por quedarse sentado analizando el comportamiento casi robótico que su chica tenía.

El tacto de los labios de Ciara sobre su cuello, causaron que sus pensamientos se bloquearan y dieran paso a prestar atención a los siguientes movimientos de Ciara.

Todo lo que ocurría estaba lejos de ser como él lo había imaginado.

El cuerpo desnudo de la chica se encontraba sobre sus piernas, frotándose sobre su entrepierna mientras dejaba húmedos besos sobre su cuello y pecho.

- Vamos a quitar ésto. - La escuchó murmurar mientras lo despojaba de su camiseta. Roger impulsivamente levantó los brazos para facilitar la salida de la prenda, y volvió a prestar atención a lo que la castaña hacía.

Ciara siguió repartiendo húmedos besos sobre el pecho y abdomen de Roger. El chico parpadeó rápido ante el asombro de ver las rodillas de Ciara tocar el suelo. Sus pequeñas manos viajaron hasta el cinturón del chico, pero él fue más rápido.

- ¿Qué hacés? - Preguntó. La mirada café de la chica, se transformó en una cargada de miedo y arrepentimiento. No sabía que había hecho mal, pero sí sabía que había logrado ponerlo incómodo. - Levántate, cariño. - Las manos de Roger, hicieron contacto con los fríos codos de la chica, tomándola de ellos y ayudándola a levantarse.

- Lo siento, no sé lo que te gusta. En el prostíbulo siempre funcionaba. - Por primera vez, Roger conocía los traumas que acompañaban a Ciara. Por primera vez, entendía que, Ciara no conocía lo que era el amor, de un amigo, de un novio, y en éste caso, el de un amante. - Necesito que me digas que tengo que hacer para complacerte. - El corazón del chico se rompió, descubrió de una mala manera que ella estaba profundamente herida.

- Ésto no funciona así. Estamos juntos en ésto, es mutuo. Los dos tenemos que disfrutarlo. - Ciara sólo asentía ante las palabras del baterista, estaba sumergida en un sin fin de recuerdos amargos que echaban a perder todos los buenos momentos que comenzaba a vivir. Las palabras que salían de la boca de Roger, contradecían todo lo que Chad le dijo en algún momento de su relación. Y gracias a esto, sus recuerdos comenzaban a pasarle factura.

-Sin mí no eres más que una sucia puta. Una ofrecida, una fácil. Estás marcada, eres promiscua, ningún otro hombre te querrá.- Chad solía envenenar su mente con palabras que ella había comenzado a creer. - Les dará asco tocar a una mujer como tú. Hasta yo siento asco por ti.

Pero luego, los ojos azules de Roger la traían de nuevo. Su profunda mirada le desnudaba el alma, la hacía sentirse querida y protegida.

- No sé como hacerlo. - Murmuró, su voz se vió enredada con el nudo de su garganta. Tragándose sus lágrimas, se acercó al cuerpo de Roger.
-Enséñame.

Roger le acarició el rostro con la punta de sus dedos, dejándole huellas invisibles pero imborrables. Con un delicado beso sobre los labios, le dió comienzo al final de sus desdichas.

Mientras sus brazos sostenían el cuerpo de Ciara, no podía dejar de pensar en sus sentimientos. Las veces que éstos se sintieron ajenos, las veces que besó otros labios, los cuáles le mentían y le sonrieron a la hora de decir te quiero.

Delicadamente la recostó sobre su cama, él se subió sobre ella para besarla. Despacio, transmitiéndole todo lo que sentía en ese momento, sin apuros.

Le besó la frente, los párpados, la nariz, y finalmente los labios. Se bajó y se colocó a su lado, con su mano izquierda tiró de la manta que descansaba sobre los pies de la cama y la cubrió con ella.

- ¿Qué hacés, Roger? - Preguntó curiosa cuándo él le extendió la camiseta que ella misma le había sacado hace unos minutos. Él volteó dándole un poco de privacidad. Ciara se la colocó, completamente desconcertada, pero extasiada de sentir el aroma de él que desprendía su camiseta. - Listo.- Susurró haciendo que el rubio girará, encontrándose con la mirada extraña de Ciara.

Él no dijo ni una palabra, sólo se acercó a la cama y se despojo de su jean, quedando sólo en bóxer.

- ¿Sabes? - Habló luego de unos eternos minutos, mientras dejaba caer su cuerpo a un lado de la chica.
- Hay mil maneras de hacer el amor, y esta es una de ellas. - Finalizó, para luego pasar su brazo por la cintura de Ciara, atrayéndola hacia él. Formando un abrazo. El frío había dejado de existir, las desdichas, los desencuentros, los desequilibrios, y los delirios de cada uno, habían sido enterrados en el fondo de aquél abrazo.

No se necesitaban preguntas, ni palabras para saber que desde el minuto cero, sus almas habían dejando de ser dos desconocidas para fundirse en el eterno de una pregunta que Roger aún no se animaba a formular.

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Holaaa bebés. Perdón por la tardanza, y también perdón porque sea tan corto el capítulo. Pero como es una segunda parte no iba a ser muy largo.
Ojalá les guste y me lo hagan saber.
Lxs amo ✨

Hold On (Roger Taylor) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora