Capítulo 41

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Capítulo 41

>> Los nervios, la incertidumbre... ¡Todo lo estaba consumiendo! Aún así no se despegó del teléfono y lo mantuvo pegado a la oreja aun mientras salía despavorido y lo cambiaba por el "manos libres".

Los segundos corrían y solo oía los quejidos de Victoria. Lo peor es que ella parecía no escucharlo o estar lejos del teléfono

V: Heriberto... (Hablando con dificultad)

H: ¡Gracias a Dios!! ¡Victoria! ¿Qué pasó?

V: Resbalé por las escaleras... Me golpeé... Me duele mucho... Y... No puedo levantarme... (Entre quejidos de dolor)

H: ¡Llama a alguien para que te ayude!

V: No hay... Nadie... En la casa... (Hablando con la respiración entrecortada) ¡Ayyyyy! (Con un dolor profundo en el vientre)

H: ¿Y dónde carajos están todos?? (Acelerando el coche)

V: Salieron... A... Sus tareas....

H: Cálmate mi vida, Voy para allá... ¿Cómo te sientes Victoria? (Manteniéndola despierta en conversación)

V: ¡AHHH!! (Intentando respirar) Mi amor... Es que... ¡Rompí fuente!!

Los nervios de Heriberto se aceleraron, por poco le da la vuelta entera al velocímetro. No se le ocurrió nada más que llegar a la mansión en ayuda de Victoria... Entre juramentos aseguró que despediría a todos los empleados de su casa... Coincidencias de la vida, un despido había originado todo, pero él no lo sabía.

"Rompí fuente", "Rompí fuente"... Era lo único que no salía de su cabeza. Y cuando finalmente entró a la casa como un huracán no supo qué era en ese momento ¿Padre? ¿Esposo? ¿Médico?

¡Un Hospital!

Primera reacción lógica... Pero su experiencia profesional le hacía saber que él solo no podría moverla en este caso específico y dadas las circunstancias.

V: Mi vida... ¡Nuestra hija! (Hablándole muy asustada)

H: Ya le hablé a la ambulancia pero tardarán lo mismo que yo en llegar... (Mirando alrededor) Ya no tienes nada de agua fuente... ¿Tienes contracciones?

V: ¡Sí!!... Pero... (Luego de controlar la respiración) Eso quiere decir que...

H: Vamos empezar con el parto... Haz todo lo que yo te diga ¿De acuerdo?

V: Si... ¿pero aquí???

H: Te prometo que todo saldrá bien... No podemos perder tiempo, mi amor...

Victoria no sabía que era el primer parto que atendía su marido... Quizás lo descubriría ese mismo día...

Sábanas y toallas limpias, agua caliente y los instrumentos médicos de Heriberto...

Casi lo normal de un parto casero. Y es que durante todo el tiempo del embarazo él se imaginó estar junto a Victoria, tomándole la mano, acariciándole el cabello, y no en la situación en la que ahora estaba... Y ella como esposa de un reconocido médico, se imaginó en la mejor sala de partos, con los mejores médicos y enfermeras atendiéndola.

Pero ahora, los sueños de ambos no se habían cumplido lastimosamente y debían enfrentar lo que tenían por delante.

V: Dime que ya has hecho eso antes, por favor... (Soltando un grito por otra contracción mas fuerte)

H: Mi amor, puja a la cuenta de tres... 1... 2... ¡3!!!

¿Pero quería o no salir la niña? Era lo que le preocupaba a Heriberto.

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