Alguien Como Tú

Capítulo 82

Capítulo 82

V: ¿A quién tú crees, Santi?

San: pues a papá... Porque si me parezco a ti, sería niña como Sofía...

V: no necesariamente... Ya ves que Sofy se parece a tu papá...

San: Ah, pues si... Pero yo quiero ser como mi papi...

V: y lo serás, mi amor... (Mirándolo con adoración y volteando hacia la pista de baile improvisada)

Sofía atada al cuello de Heriberto... Bailaban al son de la música que ahora era una balada en inglés pero bien lenta...

Pasadas las 9 de la noche...

Mientras caminaban por la zona turística...

Los niños caminaban un metro adelantados, degustando un helado de chocolate mientras los papás los seguían tomados de la mano, con 4 ojos sobre ellos.

H: ¿En qué piensas, mmm...? (Rodeándole la cintura y atrayéndola hacia su costado)

V: en los niños... Santi está haciendo muchas preguntas...

H: porque es muy curioso... Eso es todo...

V: pero la curiosidad que se ha despertando en él es diferente... No como la de Sofy... Me preguntó a quién se parece...

H: ¿A quién se parece???

V: Si a ti o a mi...

H: ¿Y qué le dijiste??

V: desvié la incógnita sin que lo notara...

H: Pero algún día tendremos que hablar con él...

V: está muy pequeño...

H: si mi amor, pero debemos hacerlo si es necesario...

V: solo si es necesario...

H: por supuesto... De mi parte, Santi nunca se enterará de la verdad...

Sof: ¡Papito!! ¡Entremos a esa tienda!! ¡Hay cosas para princesas!!

San: ¡Pero yo quiero una espada de piratas, pa!

H: (Girándose a mirar a Victoria que claramente le decía que no) Démosle el gusto...

V: el último por hoy...

H: vamos... (Siguiendo a los niños que entraron corriendo a dicha tienda)

Y en un momentito, Victoria se encontraba buscando regalos para sus nietos.

10pm

*Frente a los elevadores*

Heriberto con Santiago dormido en brazos, mientras que Victoria sujetaba a Sofía.

H: pero, ¿Qué le pasa a esto que no abre??

V: (Ajena a la pregunta, pues observaba con cierta nostalgia la forma en que el niño abrazaba al papá)

H: mi amor... (Descifrando aquella mirada) ¿Sigues preocupada...?

V: no puedo evitarlo... Mi situación con Max fue diferente, igual que la tuya con Nico y Natalia... Pero ahora con Santi...

H: ay mi vida... (Acercándose a abrazarla con la mano que sostenía unas bolsas) Jamás le diremos nada a nuestro hijo. Porque es nuestro. Nadie más tiene derecho sobre él. (Intentando reconfortarla un poco)