-Alemania-
- ¿Por qué hay tanto tráfico? - me acerqué al conductor del taxi mirando al frente.
- Perdón señor, las ridículas feministas están haciendo su marcha - el conductor se quejó mientras sacaba un cigarro - No hacen más que chingar, nos quedaremos aquí un buen rato.
Mire a los coches, apenas avanzaban, iban a vuelta de rueda. De aquí a llegar con Ciudad de México tardaría siglos.
- Ten el dinero - le coloque unos billetes en la mano libre, saliendo del coche.
Camine entre ellos, algunos pitando enojados por verme caminando. No es mi culpa que yo tenga cosas más importantes que hacer.
CDMX no me ha hablado en días. Le mando mensajes y no responde, seguro esta ocupado, podría ayudarlo si tiene tantas cosas que hacer.Y como me dijo el conductor, si había una marcha en la calle protestando, levantando pancartas con fotos de niñas y mujeres desaparecidas. Gritaban que le exigían al gobierno que hicieran algo.
El gobierno está peor ahora que nunca. Jamás había visto una protesta tan grande.
Algunas mujeres me empujaban para poder pasar, llevándome con la corriente, logré salir y correr.
"Queremos justicia" gritaban unas, "Queremos a nuestras hermanas de regreso" gritaban otras. Era demasiado escuchar, pero si esto estaba pasando es por que CDMX no tenía las cosas bajo control.- ¿Ciudad de México? - camine por los pasillos de el castillo - ¿Estas aquí?.
A lo lejos se veía a la secretaria, mirando unos papeles
- Disculpa - la detuve de los hombros.
- ¡Ah!, señor Alemania me asustaste, no tienes una cita programada hoy - me contestó arreglándose los lentes.
- Llame a mini Méx mil veces, jamás me respondió - apunte a la ventana - ¿Estas viendo todo eso?, ¿Donde está él, por que no está haciendo nada?.
- Ahorita está en una cita con su estilista pero no tarda en llegar - apuntó a su oficina - ¿Desea esperarlo aquí?.
Asentí, entrando para poder sentarme, mire a la secretaria que ordenaba todo el papeleo. ¿Por que no parecía preocuparle lo qué pasa afuera?.
- ¿Hace cuánto trabajas aquí?.
- Unos dos o tres años - la secretaria se levantó - Perdí la cuenta sinceramente, todos los días son iguales.
- Por supuesto - mire a la ventana.
- ¿Quieres un café señor Alemania? - me pregunto tomando un vaso desechable.
- Si no es mucha molestia - extendí mi mano para agarrar el café recién hecho - Muchas gracias.
- Señor ¿Le importaría si le pregunto algo? - se sentó enfrente mío.
- Adelante, sin pena - le di un sorbo al café.
- ¿Usted piensa que México es atractivo?.
Me atraganté en el café, tosiendo debajo de la camisa para no verme asqueroso
- ¿A que viene esa pregunta? - me limpie la boca en shock - ¿Le ha dicho algo sobre mi?.
- No no, no es eso, es solo que - se tomó las manos - me preocupa su autoestima, no está del todo bien y quiero que entienda que él es Perfecto tal y como es.
- Nadie jamás ha dicho lo contrario - tome más cafe - La belleza es subjetiva pero no es mal parecido.
- ¿Puedes ayudarlo por favor?, creo que necesita a una figura como tú que lo guíe y le de la confianza que necesita para ser un líder.
- Por supuesto - asentí sonriendo - ¿Para que soy bueno?.
La puerta de la oficina se abrió, mire de reojo al que entró, que al principio no reconocí, hasta que se dio la vuelta y me quede atónito ante la persona que tenía enfrente.
Era Ciudad de México, completamente cambiado de pies a cabeza, con bronceado en la piel, cabello oscuro y ojos cafés.
Me levante de mi asiento en shock. ¿Que demonios se hizo?.
- Alemania - Ciudad de México me sonrió - Qué gusto que estes aquí, perdón por no responder tus llamadas estaba ocupado con la estilista y con la persona que me pone el spray bronceador.
- ¿Que? - fue lo único que salió de mi boca.
- Oh, creo que debes estar un poco sorprendido con mi cambio de look - se dio una vuelta.
- Ah, si, demasiado - mire sus ojos - ¿Te cambiaste los ojos?.
- Son pupilentes - asintió.
- ¿Por que? - le toque el cabello, se veía tan hermoso el cabello rubio que tenía antes.
- Supuse que si me parecía más al México anterior, la gente me tomaría en serio y me harían caso, creo que me veo mejor que antes - se miro en el espejo orgulloso.
Me quede pensando, todo esto me recordaba a mi.
- ¿Por que no te invito a cenar? - me acerqué - Para charlar un poco.
Se giró sonriendo de oreja a oreja, casi saltando hacia mi
- Si me encantaría - miró a su secretaria - Aparta fecha y hora, tengo un lugar delicioso al que podría llevarte.
- ¿No harás nada sobre eso? - apunte a las marchas.
- Me dijeron los de más arriba que no me molestara, las mujeres son muy quejumbrosas y siempre piden demasiado, ellos se encargarán, yo solo soy la cara bonita del país - agito las manos como si no fuera la gran cosa.
Mire de reojo a la secretaria, a la que parecía que no le sentó bien el comentario, solo anotó lo que le pidió y azoto la tableta a la mesa.
- ¿Se te antoja sushi? - me pregunto.
- Bueno, ¿Por que no algo más tradicional? - sugerí - Apenas estoy empezando a probar los tacos de canasta, están muy buenos.
- Oh no, no me gustaría que te enfermaras por esos tacos, el presidente me dijo que siempre lleve a mis invitados a lugares finos.
Sabía que lo decía con buena intención pero había algo raro.
- ¿Te gustaría ir a pasear ahora? - Mini Méx preguntó entusiasmado.
- Claro, te espero afuera - No podía decirle que no, se veía muy contento.
Me salí de la oficina, quedándome desde afuera a escuchar.
- TE DIJE QUE FUNCIONARIA - Mini Méx le dijo a su secretaria felizmente - A la gente no le gustaba el otro yo, este es mucho mejor, más cercano a un mexicano.
- Pero señor, no deberías de cambiar para satisfacer a los demás - su secretaria lo alentó.
- Tonterías - le respondió - Si sigo así, me ganaré el corazón del pueblo como México lo hizo, ya no seré la burla de la República ni de las mañaneras.
- Pero señor.
- Ya no digas nada princesa - la interrumpió - Estoy tomando buenos pasos, ya Alemania me invitó a comer y eso está Perfecto.
Me sentía mal por él. Ahora veo por que me pregunto si lo consideraba atractivo. Me rasque la barbilla pensando cómo ayudarlo sin verme forzado o que no se sienta mal.
- Ya estoy - Mini Méx salió.
- Después de ti - señale al frente, dejando que pasara para mirar a su secretaria que me rogaba con los ojos que lo ayude,
Levante el pulgar en señal de que lo intentaría y camine detrás de él.
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No te vuelvo a perder
General FictionMéxico por fin tiene la vida que siempre busco con su novio Rusia y su hija adoptiva Sofi. Pero los problemas resurgen cuando Imperio Azteca desaparece sin dejar rastros junto con Imperio Romano. México deberá ir en busca de su madre sin saber si e...