Capítulo 42

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-Noruega-

FBI es la persona más doble cara del mundo. Y lo digo yo, que en parte tengo que serlo.

Con los más pequeños es tierno, amable y una persona decente, con las otras personas quizás hasta político y serio, pero conmigo... ni hablarles, esta enfermo.

- Sabes leí en una de tus autobiografías que tu punto débil son tus cinturas - se acabo su cigarro tirándolo al suelo - Pero yo creo que es tu ombligo, ¿lo intentamos?.

- No te atrevas a tocarme con tus asquerosas manos infelices - le advertí sacudiendo mis pies.

- ¿Quien dijo que lo haría con las manos? - sacó la lengua que le llegaba hasta la barbilla.

Seguro mi cara de asco y miedo le dio mucha risa por que soltó una carcajada ahogada, estaba en una posición humillante y él todavía se burla de mi.

- Eres muy tierno princeso - sacudió su mano sacando su teléfono.

- Soy un príncipe, no un princeso, ademas la palabra princeso no existe realmente - me cruce de brazos - Ya estoy sintiendo la sangre irse a mi cerebro ¿puedes bajarme?.

- La palabra si existe y te dire su definición - se aclaró la garganta - Princeso es un hombre sumamente femenino que debe ser tratado con delicadeza por que si no llora, ósea tú.

- ¿Y que si tengo aspecto femenino? - me sacudí hasta que sentí la cuerda romperse un poco - No tiene nada de malo.

- Jamas dije que fuera malo, al contrario - se levantó y con su cuchillo corto la soga, haciendo que cayera de cabeza - Me encanta.

Me senté en el suelo mirando sus pies rodear mis caderas sin dejarme levantarme, típico de él, intentando intimidarme.

- Eres muy lindo cuando me ves con cara de puchero - movió su cuchillo de lado a lado con una sonrisa maniática.

- ¿Por que me odias? - No podía parar de ver cómo jugaba con el cuchillo - Jamas te he tratado mal.

- No te odio - sacudió su cabeza, hincándose enfrente mío en una extraña posición - Créeme, si te odiará, ya no estarías vivo.

Me aleje poco a poco, pero para mi mala suerte tope con la pared, ya no había a donde irme.

- Mira como te alejas como un pequeño conejito temeroso - me tomo de las rodillas, jalándome hacia él - No huyas del zorro.

- ¡BASTA! - grite colocando mis manos enfrente de mi cara apretando los ojos para no verlo - Por favor no me lastimes, te daré lo que sea, dinero, riquezas, pero por favor no me hagas daño.

Mi pulso se elevó, tenia tanto miedo de este hombre maniático que no podía pensar correctamente, seguramente ya había pensando mil maneras de matarme. Es igual o peor que el gringo.

Sentí sus manos tomar mis muñecas, quitándolas de mi cara.

Abrí un ojo para verlo encima mío mirándome con una mueca

- Pobre Noruega, ¿has sufrido mucho no es así? - susurro de tal manera que no sabía si lo decía de burla o en serio.

- N-no - tartamudee nervioso.

- Siempre aparentando ser el hermano responsable, el Perfecto, y vaya que lo eres, eres jodidamente perfecto - me apretó las muñecas colocándolas a los lados de mi cabeza - con tu familia perfecta, tu vida perfecta, tus amigos, con tu carita de príncipe, tus ojos... tu maldito rostro Perfecto COMO LO ODIO.

No te vuelvo a perder Donde viven las historias. Descúbrelo ahora