Capítulo 43

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- Noruega -

- ERES UN MALDITO, UN ASQUEROSO, UN ENFERMO - le grite, ya me tenía harto de que me encerrara en una choza.

- Continua - abrió más las piernas acomodándose.

- ME CAES MUY MAL, MALDITO ESTUPIDO COME HAMBURGUESAS.... CAPITALISTA - seguí gritando.

- Me estoy emocionando - saltó en su silla con una sonrisa pícara - Si ya sabes a lo que me refiero.

Me aleje con asco, no podía creer lo absolutamente pervertido que era, esa era toda su personalidad.

Todavía que fui amable con él, SOLO UNA VEZ, y ya me estaba acosando por todos lados.
Ese fue mi error, darle una mini sonrisa cuando me lo presentó el gringo.

Se supone que existe para protegernos, no para que ande como un asqueroso detrás mío.

- Siento que me asfixio el espacio es muy chico me está dando claustrofobia - sacudí mis manos para tener un poco de aire.

- Me vi todos tus blogs, tus entrevistas y autobiografías, no intentes engañarme, a ti no te da claustrofobia - se cruzó de brazos.

De verdad que a este hombre no lo puedes engañar, que horror.

- ¿Por que verías todos mis blogs?, eso es muy raro.

- Estoy aburrido y me encanta ver tu carita preciosa - sacó otro cigarro - Acomódate princeso, estarás aquí un buen rato.

- ¿Que le está haciendo Estados Unidos a Suecia? - llegue a la conclusión más aterradora.

- Nada - susurro mirando su celular.

- Entonces no estoy aquí por que él te lo ordeno - apunte victorioso.

- Tienes razón, no estás aquí por qué él me lo pidió - me sonrió - Estas aquí por que yo te quiero aquí, por que te necesito aquí.

- Estoy empezando a creer que actúas por voluntad propia la mitad de las veces y le echas toda la responsabilidad a Estados Unidos.

- Ya estás empezando a conectar los puntos - se levantó de su asiento haciendo que me tambalee hacia atrás - Ademas de lindo, inteligente, ¿que más puedo pedir?.

- ¡Ja!, lo dices como si pudieras tenerme - me burle de él.

- Pues tendré que tenerte a la fuerza - susurro sacando otras sogas de su espalda.

- ¿Perdona?.

- URSS-

El silencio se hizo más incómodo que antes, se me había salido la palabra accidentalmente y Azteca no lo estaba tomando bien.

- ¿Novia? - pregunto sin creerlo.

- Bueno, depende de si tu respuesta es buena o mala - sonreí temeroso.

Bufó mirando a todos lados, no sabía si estaba decepcionada o molesta

- Por Dios está pasando todo de nuevo - se tomó la cabeza nerviosa - Primero Romano, luego Tú.

- Espera espera espera - intente tranquilizarla.

- Te quiero URSS pero no puedo dejar que me manipules emocionalmente - puso sus manos enfrente de ella para que no me acerque.

- No te manipulare te lo juro, yo te quiero igual, demasiado, no te haría daño de verdad me importas - le tome las manos con delicadeza.

Se apoyó contra la pared con los ojos llenos de lágrimas, era la segunda vez que la veía con tanto miedo en sus ojos, primero cuando mencionaba a Romano y ahora... conmigo.

No te vuelvo a perder Donde viven las historias. Descúbrelo ahora