Capítulo 2

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- México -

- Un frappe de Caramelo - grite asentándolo en la mesa.

Trabajar en una cafetería es divertido aunque no lo parezca, me gusta la idea de ganar mi dinero sin depender del gobierno mexicana, me siento mas independiente que cuando me independice de España.

Hablando de España, no he hablado con mi mamá en un buen rato, siempre que le pido a Ciudad de México que me la pase para hablar me dice que está ocupada. Ya me había dicho que iría a visitar a Sofi cuando cumpliera quince, creo que es mejor hablar con ella para que aparte fecha.

- Un Vanilla Macchiato - grite asentando el café.

- Señor quiero un café - Colombia me gritó desde la mesa.

- Ven y pídelo - le grite de regreso.

Colombia se levantó acomodándose el busto mientras se acercaba a mi

- Quiero un café.

- ¿Solo eso? - levante una ceja.

- Y la atención de cierto individuo - me hizo una mueca - Llamado Eduardo.

- Wey - me reí - Dios eres.

- Increíble, asombrosa, maravillosa, encantadora - me interrumpió - Si soy.

- ¿Donde está tu novio? - me aleje de la caja para hacerle su café.

- Esta en Corea arreglando unos asuntos y yo debería de regresar a mi territorio - apoyo su cabeza en la palma de su mano observándome.

- ¿Y por que no vas? - le di su café.

- Por que se trata de narcotraficantes y yo no quiero estar cerca de ellos - se pasó una mano en el cabello.

- Entiendo.

- No he escuchado nada de Ciudad de México - tomo su café.

- ¿Hablas con él?.

- Él me habla a mi, creo que está buscando amigos.

- No seas mala, se su amiga, pobre - me pase una mano en el cabello.

- Es que no puedo, se parece al gringo y odio al gringo - le dio otro sorbo a su café.

- I heard that - el gringo salió de la nada, haciendo que Colombia escupa su café.

- Dios me vas a matar de un susto - Colombia gruño.

- Me encantaría hacerlo - me miró - Black coffee, like my soul.

- ¿Tienes alma? - levante la ceja.

- No, pero me gustaría tenerla - sonrió levantando los lentes para vernos - Do it quick honey.

- Rusia -

Estar cerca de niños en la secundaria hacia que agradecería todos los días por tener una hija como Sofi. Son demasiado ruidosos y maleducados.

Mi puesto está en la entrada de la escuela, antes checaba las mochilas para que no metieran nada sospechoso pero después de muchas quejas de mujeres que no estaban de acuerdo con que estuviera viendo sus pertenencias solo veo a todos los que entran y les hago muecas o asiento cuando me saludan.

Algunos de los niños más grandes suelen decirme "Gran I" dándome una palmada en el hombro o me extienden la mano para que les choque los cinco o les de puñito. No me desagrada pero tampoco entiendo los apodos, ¿Gran I?, ¿Vlad?, ¿Rusito crack?.

En las tardes cuido a los chicos de teatro, viendo que entren a salvo y que salgan con sus respectivos padres.

- No puedo creer que me van a regalar un teléfono de cumpleaños - un Niño gritó mientras subía las escaleras - Es un iPhone, estará genial.

- Dicen que puedes escuchar música en ese teléfono - otro chico con el que estaba hablo, para luego girarse a verme - Espera.

Se acercó con el puño cerrado, instintivamente levante la mano para evitar que me pegara pero me dio un golpecito en la palma. Me dio vergüenza que lo hiciera mal así que cambie mi mano para dar el puño pero el abrió la mano para darme los cinco.

- Espera espera espera - lo hicimos nuevamente - ¡Listo, Hola Gran I!.

Asentí sonriendo, mientras los dos entraron corriendo.

- Es que si no me toca el papel de Julieta en la obra me voy a poner a llorar - una chica se bajo de su coche con su amiga, acercándose a la entrada.

Cuando me vieron bajaron la mirada, entrando a la escuela sin verme.

Creo que les doy miedo a la mayoría.
Todos los alumnos llegaron así que cerré la puerta para que nadie más pudiera entrar.

- ¡NO ESPERA! - un chico de los grandes gritó mientras cerraba la puerta - DIABLOS, llegue tarde.

- Pon tu despertador la próxima vez - me puse enfrente de la puerta para que no entre.

- Vamos amigo ábreme, te juro que no me vuelve a pasar - levantó las manos para tocarme los brazos.

- No somos amigos y no te atrevas a tocarme - gruñí.

- Oye tranquilo Gran I, obviamente no quiero que tu novio se ponga celoso - sonrió.

- No hables de mi vida privada - me cruce de brazos.

- Por cierto Gran I, ¿es cierto que te fuiste de Rusia por ser gay? - pregunto burlón.

- Tienes tres segundos para irte de mi vista - intente relajarme.

- Digo pobre de tu hija, la ha de pasar mal - el chico siguió.

Puse mi mano en mi cintura donde estaba mi arma, al instante se callo mirando mi mano preocupado, levantó las manos lentamente.

- Ivanov detente - el director de la escuela salió de su coche acercándose a nosotros - Henry deja de molestar al policía.

- ¿Por que contratas a homosexuales? - Henry le reclamo.

Saque mi arma cargándola, el director de acercó tomando mis manos nervioso, dándome golpes en los dedos para que suelte el gatillo.

- Henry si sigues te expulsaré de la escuela - el director le advirtió - Vete a tu clase y le dire a la maestra que te ponga retardo.

- Como sea - se acercó a la puerta con la cabeza baja.

El director se cruzó de brazos enfrente mío, se notaba enojado.

- Perdón - susurre mirando al suelo.

- No te disculpes - el director me dio una palmada en el hombro - Entiende que son niños, no saben lo que dicen, tu tienes que ser la persona madura.

- Perdón es que.. jamás he convivido con otros niños que no sean mis hermanos o mi hija - exhale tranquilizándome - Me estresa lo maleducados que son.

- Tu único trabajo es mantenerlos seguros, todo lo demás déjamelo a mi - me ordeno - ¿Entendido soldado?.

- ¿Como sabes que soy un soldado? - incline mi cabeza de lado.

Saco mis placas de debajo de mi camiseta

- Eres muy valiente - me felicito.

- Gracias, pero tú eres el doble soportando a estos niños.

Se rio dándome unas palmadas en la espalda

- Dios sería incapaz de despedirte - se rascó la nariz - Por cierto tu hija está en la dirección, creo que le pego a una compañera.

- ¿QUE ELLA HIZO QUE? - pregunte enojado.

No te vuelvo a perder Donde viven las historias. Descúbrelo ahora