Capítulo 38

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-México-

La campaña política fue un ÉXITO a mi parecer. La gente estaba muy participativa, hacia festejos, hasta mi discurso fue noticia internacional.
Sabía que ganaría, el pueblo me ama y quiere algo distinto, y yo sabía lo que necesitaba el pueblo.

Un hombre que los entienda y que los apoye.

Las votaciones habían finalizado, solo estaban haciendo los recuentos para ver quién ganaba.

- Sofía está en la feria con FBI - Rusia me mostró una selfie que le mando Sofi con un algodón de azúcar en los hombros de FBI.

- Awwww que tiernos - susurre acomodando mi cabeza en su hombro.

- Estoy más nervioso que tú, no te mentiré - Me revolvió el cabello.

- ¿Por que lo dices? La gente me ama.

- No se, creo que no sería un buen ambiente para Sofi.

- ¿De verdad crees que me traería a Sofi aquí? - pregunte jalándole las orejas - Claro que no, mamadas nada más.

Soltó una carcajada, hundiendo su cabeza en mi hombro.

- Te amo - le susurre.

- Yo más.

La puerta del camerino se abrió, me levante listo para defenderme de cualquiera, cuando estoy aquí siempre tengo que estar alerta.

- Hola pequeños - URSS entró triunfante - Traje un paquete especial.

Me saqué dos sustos, pero mi terror pronto pasó a felicidad máxima cuando mi mamá entró.

- MAMIIIII - la abrace casi tumbándola.

Rusia se levantó estrechando la mano de su padre, muy serio y refinado el estimado.

- Hola mi pequeño polluelo - Mi mami me apretó las mejillas dándome muchos besitos en la frente.

- Te extrañe, mucho mucho - Casi me pongo a chillar de la emoción.

- Yo más, mucho más.

- Rusia-

Era muy incómodo estar a lado de mi padre, ni siquiera sabía que decirle, ¿hola?, ¿que has hecho con tu vida?.

Abrí la boca para hablar pero el me rodeo con su brazo en mis hombros

- Te ves genial hijo, ¿has hecho ejercicio? - me pregunto sonriendo.

- Eh... yo... si...

- Pásame la rutina, yo quiero estar igual que tú - estaba esforzándose demasiado para tener una buena interacción conmigo, y lo apreciaba.

- Papá tú ya estás bien - quise sonar amable.

- Podría estar mejor - me guiño el ojo juguetón.

Hace mucho no lo veía así, tan lleno de vida y sonriente, me parecía extraño pero nostálgico.
No sabía de donde venía tanta felicidad hasta que se giró a ver a Imperio Azteca y sus ojos se iluminaron aguantándose la risa de ver a Azteca jalándole el cabello a México mientras lo regañaba por no llamarle.

- PERDÓN MAMITA NO LO VUELVO A HACER - gritó adolorido.

- MÁS TE VALE.

Mire a mi padre de reojo con una sonrisa burlona, y creo que me leyó la mente por que se apartó volviendo a estar serio

- Ya no me digas nada - susurro.

Me reí en toda su cara, no podía creer que ahora quisiera engañarme.

No te vuelvo a perder Donde viven las historias. Descúbrelo ahora