-Mini Méx-
Caminamos por una parte del castillo que no sabía que existía. Estaba apartada de todo, literal no había ni un alma, ni guardias, pero todo se veía perfectamente limpio.
- Sabes México, me da mucha pena que esto tenga que acabar así - Calderón hablo.
No quise contestar, solo camine mientras los militares me escoltaban.
- Tenias un futuro prometedor, mejor que el del puto joto del anterior - se siguió quejando - Ese era una molestia.
- Fue un buen representante, pero tu egocentrismo no te permite aceptarlo - le vocifere.
- Él hacia las cosas como se le pegaran la gana, era obstinado y terco - se detuvo enfrente de una puerta - ¿Y sabes que les pasa a esos que no nos escuchan?.
- ¿Que? - mire la puerta confundido.
- ¿Por que no checas por ti mismo? - me abrió la puerta a un cuarto secreto.
Entre sin poder ver algo por la oscuridad. Calderon se acercó al centro, prendiendo la luz.
Mi corazón se detuvo a ver a Valentina, mi secretaria, tumbada en el suelo con tres heridas de bala en el suelo.- ¿¡VALENTINA?! - grite tirándome al suelo checando sus signos vitales - ¿¡VALENTINA ME ESCUCHAS?!.
- Lleva muerta horas - Calderón me sonrió sádicamente - Gritó tu nombre incontables veces con la esperanza de que la rescataras, pero no fue así.
Le toque la mejilla sin poder creerlo, estaba fría, sin color. Quería abrazarla hasta revivirla, no podía irse, aún no.
- ¿Por que? - me levante furioso.
- Oh Méx, eres más ingenuo de lo que creí - Calderón me tomo de los hombros, tumbándome al suelo de un empujón - De verdad te lo creíste todo.
- ¿De que hablas? - me giré a verlo, viendo la planta de su pie cayendo en mi pecho.
- Todas nuestras charlas motivacionales para levantarte el autoestima de mierda que tienes, ¿tú crees que lo decía enserio? - se burló de mi - "Tu eres superior Mini Méx", "Todos te la pelan", ¿De verdad creíste que lo decía enserio?.
- Yo... si... supongo - tartamudee.
- Sabes Mini México - le metió presión al pie, tumbándome al suelo aporreando mi cabeza contra el concreto - Cuando me dijeron que otro maldito representante iba a llegar a reemplazar a México, no dude en mandarte a matar antes de tu llegada, un accidente en carro hubiera sido fácil, pero en cuanto pusiste pie en el castillo, supe que me saldría de a gratis manipular tu pequeña cabecita.
Quise quitar su pie de mi pecho, rasguñando su zapato, a lo que él respondió pateando mi cara contra el suelo.
- De verdad que al pobre sin educación se le puede comprar con pan y circo - me piso el cuello.
- Tu me dijiste que era útil, que era superior - quise respirar pero me costaba trabajo.
- Claro, útil cuando tu cerebrito no pensaba más allá de hacerse un manicure y pintarte el cabello - me piso la pierna - Pero ahora que te has dado cuenta de cómo son las cosas en realidad, no nos conviene tener aquí, al igual que no nos convenía tener al otro cabron.
Salto en mi pierna, haciendo que sonara un crujido, me retorcí de dolor, intentando quitármelo de encima.
- Tu mismo té saboteaste, tenias una oportunidad de oro, pudiste tener a Alemania de tu lado - se limpio el sudor de la frente - Carajo que difícil hubiera sido si ese hijo de puta fuera tu amigo, pero que satisfactorio es saber que estas solo completamente, a nadie le importas, vas a desaparecer y nadie te va a buscar.
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No te vuelvo a perder
Ficción GeneralMéxico por fin tiene la vida que siempre busco con su novio Rusia y su hija adoptiva Sofi. Pero los problemas resurgen cuando Imperio Azteca desaparece sin dejar rastros junto con Imperio Romano. México deberá ir en busca de su madre sin saber si e...