-URSS-
- ¡Gracias por el ride señor! - Venezuela se despidió mientras el coche avanzaba.
- ¿De verdad tenemos que esperar un camión? - pregunte tirándome al suelo de la parada de autobús.
- Pues si tuviéramos un JEEP - Venezuela me gritó.
- Ya entendimos - Iraq le dio palmadas en la espalda.
- Si me dolió, ya le había puesto nombre - se limpió una lágrima - Lagartija el jeep.
- Que bueno que lo destruí - susurre.
Imperio de acercó a la máquina dispensadora de comida en la parada. Mirando los botones y la comida.
Me levante para acercarme a ella- ¿Se te antoja algo? - pregunte murándola de reojo.
- Lo que sea, muero de hambre - suspire.
Le di un puñetazo a la máquina, haciendo que tire dos papas, unas galletas, agua y un refresco.
- Señorita aquí le vengo a traer variedad - me apoye en la máquina sonriendo victorioso.
- Gracias - sonrió, agachándose para tomar las cosas.
A lo lejos pude escuchar a las ratas susurrar
- Dicen que del amor al odio solo hay un paso - Venezuela se acercó a Iraq.
- Pero nosotros no nos odiamos - Iraq lo miro confundido,
- Pues nos saltamos todo ese paso nene - le guiño el ojo.
Me confunden esos dos, que se consigan un cuarto.
- URSS - Azteca me llamo, haciendo que mi atención se dirija nuevamente a ella.
- ¿Que pasa princesa? - me hinqué a su nivel.
- Mira, un catarina - me mostró en su dedo meñique al pequeño bicho sonriendo.
- Para ser una mujer poderosa, me sorprende que un bicho te emocione tanto - tome su mano.
- ¿Uno no puede apreciar la naturaleza sin verse débil? - me gruño.
- Nunca dije eso - me levante del suelo para ver a los dos tórtolos - ¿Y el autobús?.
- Ya viene - Venezuela gritó - No se cuando por qué no tengo reloj por que mi único reloj era la radio del jeep.
- SI QUIERES YO TE COMPRO EL JEEP DESPUÉS PERO CÁLLATE YA - Iraq le ordeno harto.
- Ay ¿serías mi sugar daddy? - Venezuela se estampó contra él - También quiero un avión privado, un pony y un dragón de Komodo.
- ¿Para que quieres un dragón de Komodo? - pregunte con un poco de interés.
- Son geniales esas cosas - Venezuela sonrió.
Sentí que alguien me tocaba el hombro, me giré lentamente, viendo a Azteca colocándome dos catarinas en el hombro gentilmente, solo sus dedos tocando mi camiseta.
- ¿Que haces?.
- Dos son de buena suerte - sonrió - Son bellísimas.
- Claro, tan Bellas como la persona que tengo enfrente - sonreí mirándola.
Su cara reflejó sorpresa por el cumplido, dio una risa a medias y me pegó en la espalda alejándose de mi.
Ya por fin me agarraba confianza nuevamente.
Quizás así ya podría hablar con ella y me tomaría en cuenta.El camión llegó y no era nada de lo que me esperaba. Era una camioneta blanca con tres asientos largos atrás. Por fin podría acostarme a dormir cómodamente.
Nos llevarían a la estación más cercana para tomar otra estación y así sucesivamente hasta salir del país.
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No te vuelvo a perder
General FictionMéxico por fin tiene la vida que siempre busco con su novio Rusia y su hija adoptiva Sofi. Pero los problemas resurgen cuando Imperio Azteca desaparece sin dejar rastros junto con Imperio Romano. México deberá ir en busca de su madre sin saber si e...