-México-
La fiesta terminó a las cinco de la mañana, todos se fueron a turistear o al aeropuerto para regresar a sus respectivos países.
- Eso fue agotador - me senté en las escaleras de afuera de la casa mirando al mar.
- Si que lo fue, dichosa de La Niña, se quedó dormida - Rusia se sentó a mi lado.
- Pero fue una buena fiesta ¿cierto? - pregunte viendo arriba.
- Si omitimos la parte en la que le pegaste a URSS... si, lo fue - me abrazo de lado.
La puerta de atrás de nosotros se abrió, saliendo mi madre y URSS con cara de muertos por dormir una hora.
- Escuche eso, y no estuvo divertido - URSS suspiro estirándose.
- A mi si me divertido - Mi mami sonrió.
- Sabía que eras Masoquista - le respondió con un gruñido cubriéndose la cara.
Nos levantamos, platicando sobre cuáles eran sus planes después de esto.
Mi mamá regresaría a México, se inspiró demasiado en los cómics para ser una justiciera. Lo cual apoyaba al cien por qué se necesitaba a alguien que cuide a mi gente ahí. URSS se iría de regreso a su castillo en Rusia, para vivir cómodamente alejado de todos .
Se fueron al aeropuerto a las doce de la mañana, y esta vez le di un teléfono a mi mamá para llamarme cuando me necesite.
- Ahora somos tú y yo - Rusia me abrazó colocando su cabeza en mi hombro.
- Finalmente - suspire con una sonrisa - Seremos felices, por unos instantes.
- Aprovechémoslos - susurro, colocando sus manos en mis mejillas y besándome tiernamente.
-URSS-
- Bueno aquí es donde nuestros caminos se separan - mire a mi avión privado.
- Lamentablemente, todo tiene un final - miro a su avión con una sonrisa suave.
Quise ocultar mi tristeza con una mueca sería, pero era incapaz, le tome la mano, besando sus nudillos.
- ¿Te volveré a ver? - con mi pulgar le sobe los dedos sin separar su mano de mi barbilla - Dime que si, por favor.
- Eres un tonto enamorado - se burló de mi - ¿Tu crees que te vas a deshacer de mi tan fácilmente?.
- Quizás - susurre.
Quito su mano, acercándose a mi y dándome un beso en la mejilla, dejándome petrificado en mi lugar.
- Hasta luego, soldado - se apartó de mi alejándose a su avión.
- Hasta pronto, guerrera - me despedí, dándome la media vuelta.
De la nada sentí un fuerte jalón de mi camiseta, me giré viendo a Azteca, tomando mi cara con su mano apretando mis mejillas y acercándome, dándome un beso.
Me alejo, con una sonrisa tonta, como la que pone una adolescente después de dar su primer beso.
- Miau - susurre sorprendido.
- Mira quien es la gatita ahora - se burló de mi, soltando una carcajada y corriendo a su avión.
Wow, me tiene loco esa mujer. No la vuelvo a perder.
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No te vuelvo a perder
General FictionMéxico por fin tiene la vida que siempre busco con su novio Rusia y su hija adoptiva Sofi. Pero los problemas resurgen cuando Imperio Azteca desaparece sin dejar rastros junto con Imperio Romano. México deberá ir en busca de su madre sin saber si e...