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Jimin miró con una mueca a Taehyung, dudando entre irse o no. Posó la mano en la frente de su amigo para tomarle la temperatura.

—Te ha bajado la fiebre.

—Se te hará más tarde, Minie. Es mejor que vayas ya.

—Pero mírate, si estás temblando más que un chihuahua en la lluvia, Tae. ¿Crees que puedo irme tranquilo?

—Estaré bien —le aseguró—. Ya, ve ya. Llegarás muy tarde.

Jimin batalló un poco más pero terminó yéndose a la universidad bajo la promesa de que Taehyung no saldría de la cama. Le dejó sopa hecha y un tecito en el escritorio.

—Seúl, ¿qué mal te he hecho yo?

Taehyung había pescado un resfrío por salir con poca ropa a botar la basura, no uno ni dos días, sino más de una semana entera. Y aunque Jimin le había dicho incontables veces que se abrigue, Kim creyó que era inmune y más listo que el frío, así que no obedeció y ahora estaba enfermo.

—Jimin, jodido brujo —le echó la culpa de su mal.

Pasó algunas un par de minutos más tendido en la cama pero no pudo soportarlo más. Se encontraba temblando como si estuviese en medio de la nieve, pero la infusión y la manta le estaban provocando mucho calor también. Recordaba con tristeza la semana anterior a esa cuando no estaba en tal estado y se preguntó cómo no disfrutó más esos momentos.

Diablos, se la había pasado casi todo el día en casa antes debido a los trabajos grupales que consumían su tiempo, y ahora que estaba desocupado, no podía salir por el malestar. Ni siquiera a dar una vuelta y ver si por allí se le aparecía de nuevo el hombre guapo.

Se quedó dormido aquel día y los dos siguientes no fueron mejor. Jimin lo acompañó a una posta médica donde le recetaron un par de analgésicos.

—Aunque yo recomendaría una inyección —le dijo el médico. Taehyung abrió los ojos en grande.

Lo siguiente fue un Taehyung lloriqueando de dolor durante el trayecto a casa. Cojeando, como si le hubiesen golpeado.

—Es por tu bien, te vas a recuperar más rápido —Jimin rodó los ojos.

—Lo dices así con calma porque no es a ti a quien le han metido una aguja más gruesa que una pierna en el trasero.

—Era eso o que sigas enfermo. Mira, para que dejes de quejarte —Rebuscó en su mochila y retiró dulces y cartas. Taehyung miró con atención.

—¿Qué es eso?

—Los chicos me dieron esto para ti. Querían venir pero, no tenemos espacio y probablemente ellos hubiesen enfermado también. Bogum envió medicamentos también, ¿no es un amor?

Taehyung sonrió conmovido con todos sus amigos. Les escribiría para agradecerles.

—Sí, ha sido muy amable de su parte.

—Ah, y te tengo otra noticia. Sé que te va a gustar —sonrió Jimin antes de escapar a la cocina, dejando con hambre al monstruo de la curiosidad que Taehyung llevaba dentro.

—¡Oye! ¡No puedes dejarme así! —lloriqueó desde su sitio en la cama, sin ser capaz de moverse. Realmente había sentido esa aguja hasta el alma. Su rubio amigo regresó unos minutos después con dos platos de ramen humeante—. Cuéntame.

—Hoy fui a visitar la tienda del señor Hwang, donde me dijiste que habías visto a Jungkook.

Con la boca llena de fideos, Taehyung le prestaba atención a cada palabra saliendo de la boca de Jimin.

—Me dio información de primera mano. Muy buen hombre, hay que comprarle seguido —comentó—. Se llama Jungkook, sin hijos, y casi siempre lo ha visto solo, muy pocas veces con un par de amigos. Lo conoce hace mucho así que le creo.

—¿Entonces está confirmado que es soltero?

—Pues... al menos soltero en un 99%. Para cerciorarnos por completo de que no tenga un pretendiente, tendríamos que hablarle —Taehyung tosió—. Ya, ya. Si el señor Hwang lo conoce, es que vive por aquí cerca. Hay oportunidad.

—¿Tú crees? —dudó el menor, aunque tenía sentido—. Sí, suena lógico que esté soltero. Puede que ese niño haya sido un sobrino, ¿no?

—Lo es. Busqué entre sus seguidores y encontré que es hijo de dos de sus amigos. Papá y papá. Sí, escuchaste bien.

Al FBI le hace falta un Park Jimin.

—¿Debería tener fe?

—Hombre o mujer, caería ante ti —le guiñó. Taehyung soltó una risita.

—No me des tantas esperanzas.

—Serás totalmente su tipo. Mira —mostró su teléfono con el Instagram de Jungkook—. Le gustan los libros, la música, parece un artista. Y ha visitado lugares interesantes. ¡Uy! Mira esto, es de Busan. Tae, cásate.

—Es mucho más perfecto de lo que imaginé, Jimin —negó, sin poder creer que el hombre guapo estaba soltero—. ¿Y... si es alguien tóxico? Quizás por eso está soltero.

—Buen punto —resaltó el contrario, pensativo—. Pero no hay que correr antes de tiempo. Dame estos días. Lo averiguaré. Ahora termina esa sopa o me siento en tu espalda. Y le contaré a la abuela.

—¡Ni se te ocurra!

Al día siguiente Taehyung aún sigue con un poco de tos pero ha despertado mejor, había valido la pena resistir esa gigante aguja en su cuerpecito. Ahora podía ir a la universidad sin sufrir tanto, y si bien faltó solo un par de días, sus escandalosos amigos lo abrazaron al final de la clase como si se hubiese ido una larga temporada.

Era increíble haberlos conocido hace tan poco y no sabía cómo agradecer tanto afecto. Su abuela había tenido razón cuando le aseguró que le iba a ir muy bien en su traslado.

—Taehyung-ah, te extrañamos mucho. Nos hacía falta tu resplandor —le tomó del brazo uno de sus noonas, quien le regaló también una chocolatina—. ¿Ya te sientes mejor?

—Jimin nos contó que tuvieron que inyectarte en todos lados. ¿Te dolió mucho? Dijo que lloraste mucho.

Taehyung se volteó a mirar a Jimin, quien miró hacia otro lado.

—Sí, me hincaron —contestó. Se oyó un coro triste—. Pero ya me siento mejor. Muchas gracias por todos sus regalos.

—Taehyung oppa es tan noble —lloriqueó una de las chicas—. Bogum oppa, ¿no dirás nada?

—Taehyung seguro necesita descansar, no hay que agotarlo —Los demás asintieron de acuerdo—. Es bueno verte, Tae, en verdad te hiciste extrañar —le sonrió con dulzura.

Taehyung le sonrió de vuelta con un leve sonrojo y se inclinó en una reverencia de agradecimiento.

—Muchas gracias por su preocupación, hyung. Lo aprecio mucho.

—Ya que el pequeño Tae está más recuperado... —comenzó uno de los mayores, abrazando a Bogum por el cuello, mientras éste no quitaba la mirada de sobre Taehyung—. ¡Celebremos con pollo frito!

—¡Sí!


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