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—Si quieres que me mude, solo dímelo. ¿Estoy estorbando?

—¡Jimin, pero qué cosas dices!

Park Jimin rodó los ojos observando con recelo a Jeon Jungkook y recibiendo a su vez miradas de advertencia de su mejor amigo. Sonrió de lado y le guiñó un ojo.

—Hyung solo me está curando. Yeontanie se me tiró encima.

—Jimin-ssi, ¿Yeontan se está portando mal? Taehyung no ha querido contarme.

—Es un cachorro —rodó los ojos—. Por supuesto que se va a tirar encima de cualquiera.

—Pero no puede estar arañándolos así, se acostumbrará. Aigoo.

Taehyung guardó silencio y trató de no reír o Jungkook rechistaría, tal y como lo había hecho algunos segundos atrás cuando se movió mientras le echaba el alcohol desinfectante.

—Aigoo, aigoo. Es un bebé —Contradijo una vez más Jimin, regresando de la cocina con un vaso de jugo de naranja en la mano—. No se puede enojar con un bebé, ahjussi.

—¡¿A-Ahjussi?!

—¡A-Ay, ay! ¡Hyung! —exclamó Taehyung cuando la crema que le aplicaba el escritor tuvo contacto con su ojo.

—¡Taehyung! ¿Estás bien? ¡Agua, agua!

Jimin negó rodando los ojos con gracia una vez más al verlos ir entre tropiezos hacia el baño. Se encaminó con pereza hacia Yeontan y se recostó a su lado en la alfombra para que el can se acercara a lamerle el rostro.

—Son unos niños, ¿no lo crees? Son tan románticos que los detesto de a ratos —Se quejó a solas rascándole en las orejitas al más chico—. Hmm, ¿y si me muerdes? Para probar si se da el tiempo de curarme así. Qué insoportables, ¿verdad? Yo soy tu papi, Yeontan, no ese viejo, ¿de acuerdo?

Observó a los ojos del cachorro y soltó un suspiro. Diablos, Jimin empezaba a sentirse un poco solo. ¿La edad comenzaba a cobrarle cuentas? Negó, espantando esas ideas absurdas; no le daría la razón a sus viejas vecinas anticuadas, esas que se desvivían hablando de cualquiera que pasara frente a sus ojos. No existe edad para el amor ni es obligatorio tener a alguien al lado para ser feliz. Cuando llegara el día en que Taehyung hiciera su propio camino, él... él podría quedarse con Yeontan, ¿no? Le pelearía la custodia a Kim por su hijito de cuatro patas.

Conseguiría un buen trabajo y tendría mucho dinero, podría viajar y conocer a muchas personas. Tendría amigos extranjeros, de todo el mundo, porque hacer amigos en todos lados es lo suyo. La soltería es su vida, no necesitaba a nadie más que a sí mismo. ¿Para qué atarse a una persona?

—Vivo muy feliz estando solo sentimentalmente. Muchos de mis amigos están preocupados pensando en su futuro y yendo a citas a ciegas cada vez que pueden, pero... yo no tengo esa necesidad. Por momentos quiero estar con alguien y al otro segundo lo pienso mejor y me desanimo. Así que, a veces es complicado verme al lado de alguien. Aun así, en ocasiones muy contadas llego a pensar: ¿es que no he madurado? ¿Estoy mal de la cabeza?

—¿Por qué lo estarías? —preguntó Hoseok. El rubio hizo una mueca, frustrado por no poder aclarar su mente. Removió el líquido en su vaso antes de dar un trago—. Los tiempos han cambiado, Jimin, antes era muy común que a esta edad ya tengas hijos y, específicamente, una esposa, pero, ¿de cuántos años atrás estamos hablando?

All of my LifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora