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—Vaya, esos cuadros se ven muy bien, JK —comentó Yoongi con asombro—. Es en serio. Podría comprártelos —le aseguró cuando Jungkook negó incrédulo.

—Pues hazlo, pero espera que les pongo etiqueta —bromeó el contrario mientras iba a la cocina—. Estaba preparando unas galletas, ¿quieres probarlas? No te llevarán al baño, lo prometo, he seguido la receta paso a paso. Y son bajos en azúcar.

Yoongi aceptó riendo un poco mientras se acomodaba en el sofá. Notaba que su menor había estado en movimiento, de hecho, al parecer demasiado. Cuadros, cocina, y había cambiado el orden de algunas cosas en el departamento también.

Había seguido sus consejos al pie de la letra, lo que estaba bien, pero... sentía que algo no cuadraba.

—¿Cómo has estado avanzando con la editorial? La vez pasada casualmente vi la cuenta de Namjoon y al parecer se están preparando varios nuevos escritores, ¿no es así?

—Sí, creo que son bastante populares —se encogió de hombros—. Ay, ay —rechistó cuando las galletas le quemaron los dedos—. Tengo una reunión con ellos el lunes. Creo que los informes no los han dejado satisfechos, así que tengo un día más para inventarme algo o la sala de creativos me quemará vivo —vaciló.

—¿Un día más? Es domingo, así que te quedan solo unas horas —le recordó Yoongi.

Jungkook abrió los ojos muy grande.

—¿Domingo? ¡A-Ay! —Soltó el plato que llevaba en las manos, haciendo que las galletas impactaran contra la mesa y se rompiesen algunas.

—Kook, ¿estás bien? —se apresuró en acercarse el mayor—. ¿Qué ocurre? —preguntó al ver a Jungkook en pánico. El menor se alejó en búsqueda de su teléfono—. Oye, Kook-

—Mi teléfono —murmuró, ansioso, mirando a su alrededor—. No, no, no.

Yoongi frunció el ceño, ahora preocupado.

—Jungkook.

Jeon tomó su teléfono y revisó la fecha. Tal y como había dicho su mayor: era domingo. Jungkook se llevó una mano a la frente, sin poder creérselo. ¿En qué momento se le había ido el viernes y el sábado? Demonios, eso no podía estar pasándole.

Yoongi mantuvo distancia con Jungkook al verlo quedarse estático. El contrario intentaba hacer memoria de cómo se le había pasado por completo haberle respondido a Kim Taehyung, de haberle dejado plantado en su día libre, cuando fue él mismo quien le pidió que le avisara para ir por un café.

No le había respondido el mensaje en toda una semana.

Lo cierto era que había confundido la fecha porque se quedó dormido demasiado tiempo. Pensó que había despertado en la madrugada del viernes, cuando en realidad despertó en la madrugada del domingo.

No debió tomar esas pastillas. No debió consumir nada, mucho menos en su deplorable estado. ¿Cómo había retrocedido? ¡Yoongi le dijo que no consumiera nada!

—Jungkook, ven aquí. Siéntate y toma un poco de agua —le indicó el mayor y, aún tratando de asimilar la realidad, obedeció. Yoongi se sentó a su lado y se aseguró de que bebiera—. Dime, ¿qué hiciste? —preguntó con paciencia, y Jungkook se sintió culpable.

Su hyung lo estaba ayudando tanto y él estaba ayudando tan poco...

—¿Hay algún problema con la editorial? ¿Te están presionando mucho de nuevo?

All of my LifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora