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—Vengo más tarde, Taehyung-ah —dijo Jimin, tomando su billetera y echándose perfume—. Hay kimchi en el refrigerador y guardé bulgogi en el microondas.

Taehyung levantó la mirada de su libreta y miró a su amigo con curiosidad.

—¿Adónde vas, Jiminie?

—A una entrevista —mintió—. No tardo —Antes de que el castaño pudiese decir algo más, salió de casa.

Soltó un suspiro pesado. Había visto los ojitos del menor y sabía que lo había dejado con la palabra en la boca, pero no iba a ceder a sus sentimientos. ¿Entrevista a las ocho de la noche un sábado? Jimin era consciente de lo falsa que había sonado la excusa y que Taehyung sabía que era una mentira; pero, ¿qué más daba? Si él le hacía lo mismo.

¿Taehyung quería mentiras? Él se las iba a dar.

El menor hizo una mueca, confundido, con diversas ideas volando por su mente acerca de la actitud que últimamente Jimin estaba teniendo con él. Podría decir incluso que estaba evitándolo. Resopló. No, se negaba a creer algo así. Qué tontería. ¿Por qué Jimin lo haría?

Sin embargo, salía muy temprano a ejercitarse y, después de la universidad, regresaba tarde con excusas poco creíbles. A veces sospechaba que el rubio ni se esforzaba por inventar algo. ¿Estaría viéndose con alguien? Pero, ya se lo habría contado... o es lo que quería creer. Taehyung sería el primero en enterarse si Jimin estaba saliendo con alguien.

Espantó con un revoloteo de manos las ideas que le estaban carcomiendo la cabeza. Dejó el cuaderno en la mesa y caminó hacia la cocina, dispuesto a calentar el plato en el microondas.

—Pero... ya han pasado unos días desde que está así, hyung —Se mordió un dedo, ansioso, caído de nuevo en la duda—. Lamento contarle todo esto, hyung. Solo que, me está comiendo el corazón este bicho de la preocupación. No sé qué hacer. ¿Él ha estado saliendo con ustedes?

—No mucho, pensé que estarían pasando más tiempo juntos —contestó Bogum—. Ah, Jimin a veces es tan misterioso —rio, tratando de alivianar un poco el peso sobre Taehyung—. Ya, no te angusties. Seguro que te contará qué pasa.

—Supongo que debo hablar con él —Apoyó su mejilla sobre mano. Bogum, al otro lado de la cámara, sonrió—. Hyung, estoy distrayéndome y si usted no me para, no voy a dejar de hablar. ¿La octava pregunta es... la B?

—Correcto —Taehyung celebró—. ¿La respuesta nueve?

—La C.

—Muy bien, Tae —lo felicitó y el menor sonrió ampliamente—. Parece que estuvo muy fácil para ti.

—Claro que no, hyung —puchereó—. Leo mucho, pero este libro me superó. ¡Habían palabras que no conocía, por todos lados! —Bogum rio—. Gracias por ayudarme, hyung. ¿Qué quiere que le lleve mañana? ¡Conseguiré lo que quiera por haberme ayudado!

—No tienes que llevarme nada, Taehyung-ah —se negó riendo—. Te dije que podías contar conmigo si necesitabas ayuda con algún tema.

—Pero usted me ha ayudado mucho, hyung. Déjeme compensarlo con algo, ¿sí? O me sentiré muy culpable —insistió. Bogum hizo como si lo pensara algunos segundos.

—¿Qué tal si vamos al PC Bang* después del examen? —Taehyung jadeó y asintió de inmediato, pegando un grito de felicidad—. Si Jimin se anima, también podría unirse.

All of my LifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora