28
Jungkook terminó de beber su taza de café y observó al cachorro morder su nuevo objeto favorito: una sandalia suya. Aun si tenía algunos juguetes nuevos, Yeontan los ignoraba y prefería quedarse con lo que no debía. Había dormido bastante tiempo durante el día así que, ya caída la noche, al menos le hacía buena compañía.
Sin embargo, se dijo que debía regular sus horarios para que el cachorro durmiese el tiempo adecuado, o terminaría teniendo un can vampiro y a largo tiempo le traería consecuencias.
—Yeontanie, ahora tú irás de visita —Lo tomó con cuidado en ambas manos antes de acomodarle la ropa que le había conseguido Taehyung días atrás: un divertido y adorable enterizo de osito pardo que lo protegía muy bien del frío—. Lindo —le dio un beso.
Lo dejó jugando con su calzado y caminó hacia su habitación, decidido a buscar algo más decente con lo que presentarse a la casa de su vecino. Mientras vestía una camiseta holgada, una duda le llegó a la cabeza.
¿Taehyung quería que Yeontan fuera a su departamento?
Tic, toc. Tic, toc. Calculando, calculando. Abrió los ojos.
¿Se había enterado Jimin de la existencia de Yeontan? ¿Sería eso algo bueno o malo? No podía arriesgarse a adivinar el color de la situación con solo leer un mensaje que Taehyung le había enviado, apenas se conocían... Hmm, ahora sentía mucha curiosidad. No le quedaba más opción que esperar que las cosas estuvieran bien entre los dos amigos por lo que le había contado el menor y toda su constante preocupación por Jimin en esos días... Ojalá hayan tenido tiempo de conversar con claridad sobre el cachorro si era el caso, pensó.
Tomó las llaves de su apartamento y caminó un par de pasos para llegar a la puerta vecina. Antes de tocar, checó la hora en su reloj. ¿Tarde? Si apenas eran un cuarto para las diez de la noche. Se rio en silencio, pensando con ironía en sus horas de insomnio durante las madrugadas. Quién tuviera idea alguna.
—¿Jungkook-ssi? —El mencionado casi suelta a Yeontan de la sorpresa al escuchar a Taehyung, quien le sonrió con timidez al abrir la puerta—. Yeontanie —susurró con cariño mientras llevaba una mano a la melena del can—. Pasen, pasen.
En la habitación del mismo departamento, Jimin se daba aire con las manos y se miraba al espejo intentando alivianar el sonrojo del llanto. No quería que su vecino lo viese así, tan débil, frágil. ¿Cómo iba a amenazarlo viéndose tan vulnerable?
Su teléfono sonó de nuevo. Lo tomó y luchó para no tirarlo contra la pared, solo porque no quería comprar otro. Ni tenía trabajo para darse ese lujo. Renegó. ¿Min Yoongi realmente tenía esperanza en que fuese a contestarle? Apagó el móvil sin poder creer tanto descaro.
—Jiminie.
—Taehyung, santo cielo —Se llevó una mano al pecho. El contrario hizo un mohín; ¿también había asustado a Jimin? ¿Qué ocurría con su vecino y con su mejor amigo esa noche?, se cuestionó en un berrinche—. Entraste en silencio.
—Hice mucho ruido, pero tú estás en las nubes —se acercó para abrazarlo. Jimin lo recibió—. Jungkook-ssi está en la sala.
—¿Jungkook-ssi? ¿No era tu hyung?
—Chsst —siseó. Negó, sin querer llamar a Jungkook con tanta confianza delante de su mejor amigo. Aún estaba apenado por haberle ocultado que veía a su vecino después de las clases—. ¿Estás bien? Te ves un poco pálido todavía.
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All of my Life
FanfictionJeon Jungkook perdió a su novio en un fatal accidente automovilístico y no ha vuelto a encontrar el amor desde entonces, hasta que conoció a Kim Taehyung una noche de fin de año bajo la lluvia de Seúl cinco años después. El increíble parecido de Tae...