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—¿Qué sería de mí en un mundo sin ti?

Entrada la noche, muchas ideas solían recorrer la cabeza de Song Younghoon, y también cuestiones que solían escapar de entre sus labios y se hacían eco en voz alta. Jungkook, su novio, giró la cabeza y lo observó extrañado.

—¿Qué hay en esa cabecita tuya esta vez, eh? —murmuró el menor con flojera, acercándose para envolverlo en un abrazo—. No digas esas cosas, Younie.

—Solo pensaba en lo duro que debe haber sido para Dongheon haber perdido a Hyeoseop, ya sabes. Era... era su héroe, Kook.

—No pienses mucho en eso, amor.

—¿Acaso yo cree ese final? —Le hincó con un dedo en el pecho y Jungkook rio—. Debo ser yo quien pregunte qué hay en esa cabecita tuya como para haber acabado la saga de esa manera. Namjoon hyung dijo que encontró llorando a Jin hyung por eso. ¡Oye, no te rías!

—¿Jin hyung llorando por Hyeoseop?

—¡No es gracioso! —Jungkook continuó carcajeándose—. Kookie, yo también sigo triste. Casi puedo sentir el dolor de Dongheon... Ah, cielos, creo que voy a enojarme contigo. Mi corazón, ah, mi corazón duele mucho.

—Son situaciones que suceden en la vida real, amor —negó, dándole un beso en el cabello después de calmar su risa—. ¿Te había dicho que recordé a papá al escribir esa parte?

Younghoon levantó la mirada y soltó un leve jadeo.

—Jungkook... Jungkookie.

—No, no, mi vida. No llores, Younie, hey —Younghoon soltó un sollozo y se aferró a su menor con brazos y piernas, ocultando su rostro en el cuello de su amor. Jungkook sonrió acariciándole la espalda—. Ya, ya...

—Te amo demasiado, ¿lo sabes? Jungkookie, te amo, te amo. Papá Jeon estaría muy orgulloso de ti.

—¿Ya no odias que haya dejado solito a Dongheon?

—Mientras no me dejes tú nunca a mí, no importa nada más. Absolutamente nada. Te quiero por siempre a mi lado, Jungkookie.

Yoongi lo observó en silencio, tal y como Jungkook había permanecido algunos minutos al perderse en un par de recuerdos, sin querer interrumpirlo. El escritor parpadeó y volvió a mirar al psicólogo, quien le ofreció una cálida sonrisa.

—¿Cómo te has sentido estos últimos días?

—No... no he tenido pesadillas. Creo que he logrado distraerme un poco más con otras cosas. Aun así, hay veces en que lo recuerdo de la nada. De... de manera muy repentina.

—Por supuesto, es normal. Naturalmente habrán situaciones en las que tu inconsciente recordará momentos con ciertas acciones que pueden haber estado relacionadas a él. Por otro lado, es un gran avance que hayas estado descansando mejor, Kook. ¿Cómo te va con el cachorro?

—Cada vez crece más, hyung —sonrió con repentino entusiasmo, como si Yoongi hubiese presionado el botón correcto. Se sentó en el sofá—. Es muy pequeñito, de verdad, pero crece por lo menos un centímetro entre días. ¿Por qué no viene a verlo? Taehyung me deja quedarme con él.

—Iré un día de estos, a ver cómo es ese enano del que tanto has hablado —Jungkook rio—. ¿Y dices que Taehyung te deja quedarte con él?

—Sí. No está obligado a darme tiempo con Tanie, pero trata de que mantengamos contacto. Yeontanie... es muy lindo, me hace compañía y Taehyung... es una gran persona. Es demasiado bueno —murmuró. De pronto, sus dedos parecían muy interesantes—. A veces todavía me siento culpable por haber huido de Taehyung, pero él... es como si no me guardara rencor a pesar de cómo me comporté las primeras veces que lo vi.

All of my LifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora