14
Taehyung miraba con pena a su teléfono, el que se había esforzado por comprar hace no mucho tiempo y que ahora tenía una raya muy pequeñita al lado de la cámara. Jimin rodó los ojos al verlo tan enfurruñado tratando de quitar la imposible línea que ni se veía.
—Karma.
—Park Jimin, ya te dije que ir a tomar un café con Jungkook no es traicionarte.
—Sí lo es.
Tal y como predijo el mayor, se había enterado del por qué de la emoción de Taehyung todos esos días. Y tampoco había sido tan difícil; Tae era un libro abierto y él lo había leído incontables veces, así que lo había pillado organizando su agenda y tratando de hacer espacio para su nota adhesiva llamada: 'Café con Jungkook'.
Por supuesto que Jimin iba a desheredarlo.
A Taehyung se le cayó el teléfono días atrás tras enviarle un par de mensajes a Jungkook, en los que le daba la fecha en que estaba menos ocupado para poder salir a tomar un café, como aquel día el mayor le había propuesto para hacer las pases. Habían intercambiado números y habían quedado en que coordinarían bien sus tiempos.
Ahora le tocaba esperar la respuesta de su vecino.
—¿Ahora qué hago? —murmuró aún viendo la línea en su teléfono—. No me gusta cómo se ve. Nunca voy a acostumbrarme a tenerlo así —se lamentó.
—No se nota —rodó los ojos Jimin—. Puedes ponerle una pegatina encima. El mío se parece a Chucky*.
—Pero esta herida también está grabada en mi corazón. ¿Cómo le pongo una pegatina a eso? —soltó con drama, y aunque Jimin intentó no reír porque quería seguir en su papel de enojo, soltó una carcajada. Taehyung se acercó a él con una gran sonrisa en los labios y le abrazó—. Ya te hice reír, no puedes seguir molesto.
—¿Te estás aprovechando, Kim Taehyung? —Tae hizo un puchero.
—¿Noche de chicos? Pensaba pedir algo para comer hoy —propuso—. Sanghyuk sunbae me dio una propina por ayudarle a llevar unos archivos. ¿Quieres? ¿Sí? —insistió, moviéndole el brazo—. Hyung.
Jimin le señaló con un dedo.
—Tú sabes cuál es mi debilidad. Tú eres un peligro para la sociedad —entrecerró los ojos. Tae soltó una risita y volvió a moverle el brazo con insistencia—. Te concederé el honor de invitarme algo, solo porque soy un alma caritativa.
Taehyung no tardó más y tomó su teléfono para ordenar a domicilio. No era fin de semana pero quería conversar con su amigo después de los días ocupados que había tenido, así que aprovecharía también en distraerse para no ver el teléfono por si Jungkook le había contestado.
—Sejun está chiquito, Jimin, ¿cómo que le estás poniendo el ojo? —Jimin rechistó—. No te muevas que se cae la mascarilla —le pidió Taehyung, colocándole con cuidado la crema en el rostro.
—Mira, sé que le gusto. Así que, simplemente sería cumplirle un deseo, ¿no?
—¿Cómo que le gustas? —Tae lo miró con sorpresa—. ¿Te lo dijo?
—Tae, ¿te crees no lo he pillado observándome demasiado? No son miradas normales. Y lo entiendo, ¿sabes? Yo también he babeado antes. Eso claro, hasta que caí en cuenta de que los mayores no son lo mío.
Taehyung ladeó la cabeza, confundido. Sí, es verdad que Sejun, un chico no muy cercano con el que a veces se encontraban en algunas clases y que era menor que ellos, se había mostrado bastante nervioso cuando Jimin estaba cerca suyo, pero pensaba que eso era normal.
Jimin era... siempre muy notable en cualquier ambiente. Y no era para menos, por Dios, es Park Leyenda Jimin. Muchos chicos y chicas solían ponerse nerviosos con él, con su sola presencia.
—Y a ti te van los mayores, por lo que veo —comentó Jimin con recelo. Taehyung rodó los ojos y negó con la cabeza. Su amigo era tan terco.
—Ni siquiera se ven tan mayor —Taehyung titubeó, tratando de defenderse—. ¿Quién sabe? Quizás me hayas salado tanto que seguro después del café ni hablemos.
Jimin bufó. Tomó su plato de carne asada y se llevó un trozo a la boca.
—Tampoco así. Tae, eres mi bebé y lo sabes. ¿Cómo quieres que tenga esperanza en él después de haberte visto llorando por su culpa? Y, antes de que me cortes —le interrumpió cuando Taehyung quiso hablar—, aunque no haya sido intencional, te hizo sentir muy mal. Y si tú estás mal, yo lo estoy, Tae. Sea la situación que sea.
Taehyung sonrió y se le achicaron los ojos. Oh, su Jiminie. Se veía tan rudo y tan cruel a veces, parecía haber nacido sin corazón, pero lo cuidaba y protegía tanto...
—Si vuelve a asustarme así te prometo que no te insistiré en que no lo mires mal. Me alejaré —alzó la palma—. Promesa de alma.
—Mira lo que estás haciendo —le señaló—. Es promesa de alma, Tae. Te voy a seguir en las siguientes mil vidas y te voy a torturar con esto —Tae rió bajito.
—Entonces, ¿le darás una oportunidad? No se ve como una mala persona, Mimi. Mis ángeles y mi corazón me lo dicen —se llevó ambas manos al pecho.
Jimin suspiró y rodó los ojos. Lo pensó unos segundos para hacerse el difícil, pero terminó sonriendo.
—De acuerdo —Taehyung chilló y se le acercó para abrazarlo—. ¡Pero como salga con algo así de nuevo, Kim Taehyung...!
Tae rió. Su Mimi era un perrito rabioso y posesivo, de los que protegen a morir a aquellos que más quieren. De los caninos que ladran muy alto y sí muerden.
*Chucky: Personaje ficticio de la saga de películas de terror Child's Play. Chucky es descrito como un muñeco Good Guy que fue poseído. En una de las películas es destrozado y en la siguiente vuelven a coserlo; estas marcas de costura quedan como cicatrices.
ESTÁS LEYENDO
All of my Life
FanfictionJeon Jungkook perdió a su novio en un fatal accidente automovilístico y no ha vuelto a encontrar el amor desde entonces, hasta que conoció a Kim Taehyung una noche de fin de año bajo la lluvia de Seúl cinco años después. El increíble parecido de Tae...