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Cuando Jungkook se encuentra frente a las puertas automáticas de la clínica, no pensó que su mente le haría otra mala jugada. O en realidad sí, pero creyó que prepararse y tener una conversación consigo mismo esa tarde habría sido de más ayuda antes de aceptar acompañar a Jin. Por un segundo, las luces blancas que alumbraban el interior le golpearon los ojos como flashes, pero, en ese mismo instante, decidió que su mente no le ganaría a su voluntad.

Su temor a los hospitales podía esperarse un rato. Él ahora tenía un amigo al cual visitar.

Taehyung había sido siempre muy amable con él y, con increíble facilidad, había logrado entrar en aquella coraza que Jungkook había creado a su alrededor para protegerse. Durante mucho tiempo había evitado contacto con personas que no estuviesen en su círculo más cercano y ni hablar de conocer nueva gente... y si era coincidencia o destino conocer a Taehyung, no lo sabía, pero su pecho se llenaba de calor al tener cerca a una persona tan cálida como él. Tal vez era lo que le había hecho falta desde hace algún tiempo.

Kim Taehyung le había hecho conocer a Yeontan, le hacía reír y olvidarse de algunas penas que aún le apretaban el corazón. Era un buen amigo y él también quería ser uno que esté a su altura, así que debía dejar sus miedos fuera de esa clínica y entrar de una vez por todas.

Con las manos sudorosas, puso un pie adentro y se acercó a la recepción. Sin embargo, fue interceptado antes de poder decir algo.

—Jungkook.

Se dio la vuelta y se encontró con el mejor amigo de Taehyung, Jimin. Casi soltó un suspiro de alivio, porque se estaba muriendo de nervios de solo pensar en hablarle a la enfermera para pedir información.

—Jimin-ssi. M-me enteré que Taehyung tuvo un accidente. ¿Se encuentra bien?

Jimin selló sus labios y miró hacia un lado, intentando no reírse del tartamudeo y timidez de Jungkook. Si Taehyung supiera quién había venido a preguntar por él, se desmayaría.

—Sí, se encuentra mejor, por suerte. ¿Has venido a verlo? —alzó una ceja.

Jungkook se limpió con disimulo la mano en el pantalón y asintió. Cielos, ¿Por qué se sentía tan inquieto bajo la mirada de Park Jimin? Le había hecho una pregunta muy simple, pero se sentía como estuviese siendo interrogado por la policía.

—Sí, yo... uhm. ¿Se puede? Hace poco llegué de viaje, no tenía idea de lo que había pasado. Yoongi no me quiso contar, pero igual me he enterado.

—Todavía puede recibir visitas, pero hay alguien adentro ahora. ¿Le esperas un rato en el pasillo?

Jungkook asintió sin dudarlo. Pensó que Jimin iba a ser una barrera más grande (no por el tamaño, claro) por lo protector que era con su amigo, pero fue un respiro que le haya dado la luz verde. Uff, qué calor hacía de repente.

—Ve al cuarto piso, está en la habitación 13. Yo... voy un rato a tomar aire, vuelvo rápido. Te lo encargo, ¿eh?

Jimin se echó a reír cuando Jungkook desapareció por el pasillo. Pobrecillo, parecía un soldadito que solo acataba órdenes. ¿De verdad era mayor que él? Uhm, a Jimin le gustaban así de obedientes, pero Jungkook no terminaba de ser su tipo y no pensaba mirar demás al galán de novela de su mejor amigo.

Asegurándose de que Jungkook haya desaparecido, caminó sin prisa hacia el ingreso del lugar, sin apurar el paso porque, definitivamente, no es que estuviese emocionado por ver a nadie. Claro que no. Había visto por la ventana a Yoongi cuando el taxi lo dejó afuera, así que le daría el alcance para invitarle un café aprovechando que Jungkook se había aparecido por ahí y Bogum también estaba cuidando de Tae.

All of my LifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora