Capítulo 34

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Viernes, justo una semana después de nuestro problema.

Para estar de pie frente a la casa de Alex, lo había pensado mucho.

En la semana completa no me escribió para disculparse e intentar arreglar las cosas. Toda notificación que sonó durante esos días la vi con emoción pensando que era él.

Y claro, me la pase fatal en esos días. No paraba de pensar en lo nuestro, no podía conciliar el sueño, no tenía tanta hambre, parecía un zombie andante. Pero mi prima llegó al rescate.

—No puedes derrumbarte así por un hombre que de seguro está riéndose con sus amigos. Se fuerte y ve a su casa a enfrentar las cosas, llévale todas las cosas que te regalo para que vea que las cosas van en serio.—Lila me aconseja. Por eso le conté todo a ella, ya que, es la única que no tendrá malas intenciones en nada de lo que me diga, así que puedo confiar en ella al cien por ciento.

Así que gracias al consejo de Lila, me tienen aquí esperando a Alex con la caja de todas las cosas que me ha regalado, fue muy difícil para mi colocar los jeans pero tuve que.

Alex sabía que venía, porque le había escrito y ni eso tuvo la dignidad de responderme con un ok. Me acerco a tocar el timbre nuevamente pero justamente ahí sale Alex. Levanto mi mirada y lo veo con los ojos cansados junto con el pelo despeinado. Seguro andaba durmiendo.

—Te vine a traer esto.— le digo y extiendo mis brazos hacia él.

—No quiero nada de lo que esta ahí. Si te lo regale es para que te lo quedes para siempre.—responde y me da la espalda adentrándose a su casa.

—No me des la espalda que estoy hablando contigo.— le reclamo enojada y entro a la casa. —Me ignoraste durante todos estos días y ahora te quieres hacer el bueno.—digo y cierro la puerta detrás de mi.

—No me quiero hacer el bueno, solo dije lo que pensaba.—dice aún dándome la espalda. Pongo la caja en el suelo y me acerco a tomarle del brazo para que me mire.

—¡Mírame y dime que ya quieres terminar las cosas!¡Ya no quiero seguir en esto!—mi plan de autocontrol se van por el desagüe cuando le reclamó nuevamente con mis lágrimas amenazando con salir.—¡Por favor!

—Lorena no quiero terminar contigo. Te lo dije en el colegio y te lo vuelvo a repetir aquí.—aún no me mira.

—Claro, porque querer estar de buenas es no escribirme durante toda una semana. Espere de ti cualquier mensaje, disculpándote o diciendo que quieres arreglar lo nuestro, y no encontré ninguno, nada.—ataco.—No me digas que ese es tu nuevo método para mantener una relación.—suelto mi agarre en su brazo.

—No sabía que decir. No quería escribir un perdón porque seguro saltarías con que con eso no se resuelve nada, no encontraba las palabras.—se gira dignándose a mirarme.—Crees que me la pase riéndome con mis amigos o en fiesta todas las noches, pero me las pase buscando toda forma de disculpas.—trata de ponerse excusa.

—Si hubieras querido, me hubieras mandado cualquier estupidez así que deja de poner excusas. Te dije que nos daríamos un tiempo para ver tu capacidad de reconocer tus errores pero luego de esta semana, lo mejor sería que terminemos.—lo digo con amargura. Se vuelve a girar dándome la espalda.

—¿Qué parte de no quiero que terminemos no entiendes? No eres la única en esta relación.

—La que no pones nada de tu parte, y te excusas por todo sin admitir que lo hiciste mal. Esa es la parte que no entiendo y entiendo a la vez.

—No estoy poniéndote excusas, te digo la verdad.

—¿Y tengo que creerte? Porque cuando yo decía la verdad tu siempre me ignorabas.— ya está sacándome de mis casillas. Su silencio me hace ver que tengo la razón.—Dejaré estas cosas en tu habitación y me iré.—levanto la caja del suelo y voy en camino a la habitación de Alex.

Un Amor Joven.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora