Capítulo 33

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—Me trata súper lindo y es súper atento conmigo.— Mary describía a Anthony. Era la primera vez que veíamos a Mary hablar tan enamorada.

—Los otros días andaban en una cita y el
actuaba de lo más tierno con ella.—chismorreo.

—¿Cómo lo sabes?— pregunta y su cara está completamente roja.

—Ya que no nos cuentas nada, tuve que espiarlos yo misma.—digo.

—Andaba ese mismo día con Alex.— dice Lia dañando la magia.

—También.—confieso.—¿Y ustedes como van con los chicos?—les pregunto a todas cambiando ligeramente el tema.

—Hablo en nombre de todas que necesitamos hacer otra fiesta con ellos.—exige Natalia.

—¿Para?—pregunto, sabiendo muy bien la respuesta.

—Tu sabes Lore. Besos, conocernos, disfrutar, besos.—responde Lía y todas asienten dándole la razón.

—Bueno hablaré con Alex, pero yo espero que lo hagan sus novios.— les exijo. Tocan el timbre y bajamos todas a la cafetería. Hago la fila y me encuentro con Pedro, ex de Eli.

—Hey Lore.—me saluda. Trato de fingir agrado pero no puedo, trato muy mal a Eli.

—Hola.— digo y trato de fingir una sonrisa.

—Que lindos hoyuelos, me encantan las personas con hoyuelos.—realmente no me importa. A continuación, Pedro decide tocarme las mejillas y lo miro extrañada. Veo que es mi turno para pedir, pido y me alejo de ahí.

Me acerco a Alex, quien está sentado a los lados de la cancha de basket. Me siento a su lado y se asusta al instante pero sigue desayunando, así que comienzo yo también a comer.

Había terminado su desayuno y no me dirige la palabra. Algo raro porque siempre me comienza a decir estupideces. Pongo mi pierna sobre su pierna para tratar de llamarle la atención pero sigue con su mirada fija en el juego. Coloco mi otra pierna y me apego más hacia él. Cuando doy mi último bocado me preparo para lo que voy a decir.

—¿Entonces yo soy nadie?— digo y comienzo a beber una soda.

—¿Por qué lo dices?—ni siquiera se digna a mirarme.

—Porque no me hablas.—pongo un tono suave.

—Habla con Pedro.— de un instante me separo de él y comienzo a reírme de las cosas tan estúpidas que me cela. Él rueda los ojos. Me levanto del asiento decidida para irme donde mis amigas.—¿Te vas a ir así sin más?

—No voy a perder mi tiempo en algo tan estúpido.— respondo y me alejo de ahí. No iba a perder mi tiempo explicándole cada detalle que sucedió en ese diminuto momento, sino confía pues se puede ir por ahí mismo.

Durante todo el día no me volvió a hablar y a mi se me fueron las ganas de insistirle así que hice como si no existiera. Todos en el aula sintieron cierta tensión entre nosotros y más cuando casi discutimos en la hora de Inglés.

—¿Te puedes mover del medio, Lorena?— exige Alex con cierta voz. Lo dice porque estaba terminando algo de copiar y al no ver bien desde mi pupitre tuve que pararme frente al pizarrón.

—Teacher, dígale a Alexander que me de dos minutos.— dije tranquila y comenzaron los murmullos de ¿Alex y Lorena peleados?¿Hoy lloverá hacia arriba?¿Cuál es la fecha de hoy para ver si me saco la lotería?. Yo me dediqué a ignorarlos y seguí escribiendo.

No pasaron un minuto bien cuando Alexander dijo—¿Te puedes apresurar? No tenemos todo el día.—Me dedique a respirar profundo y pensar lo que iba a decir sin soltar ninguna grosería.

Un Amor Joven.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora