Capítulo 5: Jayden

16.7K 1.7K 2.5K
                                    

Había estado toda la noche pensando en el estúpido plan que se me había ocurrido mientras iba a dejar a Sabine a su casa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Había estado toda la noche pensando en el estúpido plan que se me había ocurrido mientras iba a dejar a Sabine a su casa. En realidad, no creía que fuese del todo estúpido. Pero si nos ponemos a pensar en que ayudaré a una chica que no conozco a enamorar a mi hermano... Bueno, suena peor de lo que realmente es.

¿O no?

Cuando estaba intentando dormir, me di cuenta de que lo más beneficioso para ambos era hacernos pasar por amigos y quizás más adelante actuar como mejores amigos. Así, Sabine podrá acercarse más a Marlon y yo podré hacer que mis padres estén felices por la "amistad" que creé con una chica que para ellos sería una buena influencia.

Ahora lo importante era que Sabine acepte mi propuesta, lo que creo que será difícil ahora que sé lo cabezota que es esa chica.

—Llega tarde, señor Kingwell —la profesora de deporte me miró con mala cara al llegar cinco minutos después de que sonara el timbre.

—Lo siento —dije sin darle demasiada importancia. Lo único que me interesaba en este momento era acercarme a Sabine, quien corría por alrededor de la cancha de césped sintético junto a una chica rubia.

Esperé a que pasaran por mi lado para unirme a ellas.

—Hey, ¿qué tal? —los hombros de Sabine se pusieron rígidos de inmediato al notar mi presencia—. Quería hablar de algo contigo.

—¿Es necesario que sea justo ahora? Como podrás ver, estamos bastante ocupados —habló entre dientes mientras miraba hacia en frente.

—Si quieren los dejo solos... —dijo la rubia con un tono extraño.

—Claro que no —gruñó Sabine mientras secaba con la manga de su polerón una gota de sudor que caía por su frente—. Estamos en clases, no es momento para conversar. Además, no creo que sea algo urgente como para tener que hablar justo ahora.

—¿Por qué carajos estás otra vez con polerón? —pregunté sin prestarle atención a lo que me acababa de decir—. Mujer, hay más de treinta grados y estás haciendo deporte...

—Preocúpate de tu vida, Kingwell—intentó aumentar la velocidad para alejarse de mí, pero le seguí el paso—. ¿Te parece si hablamos en el receso?

—Tengo un plan que nos conviene a ambos —no hizo ni el más mínimo gesto, sólo siguió corriendo mientras me ignoraba por completo—. Desde ahora tú y yo tendremos que ser amigos.

—¿Cómo que tendremos que ser amigos? —preguntó atónita. Su amiga rió

—¿Ella es de confianza? ¿Sabe que te gusta tú-sabes-quien? —apunté con mis labios a la rubia.

—Sí, es de confianza —puso los ojos en blanco—. Me está cansando demasiado hablar mientras corro, así que por favor explícame esto rápido.

—Bueno, tenemos que hacernos pasar por amigos para que tú puedas acercarte a Marlon y para que mis padres me dejen tranquilo con eso de que tengo que hacerme amigo de personas que sean una buena influencia para mí —solté con tranquilidad.

Atrapada en el Encanto KingwellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora