Capítulo 9

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Me miro en el espejo y suspiro

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Me miro en el espejo y suspiro.

Mi cuerpo parece el de una niña de siete años

Salgo de mi habitación a paso lento. Había llegado a mi casa a darme un largo y relajante baño. Necesitaba dejar de pensar en lo que había pasado hoy.

La verdad es que no sé por qué me afectó tanto que Marlon se haya ido con una chica. Yo sé que es alguien que tiene bastantes admiradoras, pero aún así me dolió saber que se iba a juntar con alguien en una sala a la que nadie va a la hora de almuerzo.

Todos sabemos qué iban a hacer. Además, la mirada cómplice que se dio con Matt y Bryant nos lo dejó a todos más que claro.

—Necesito ir a la tienda, se me acabaron algunos ingredientes —mamá se quitó el delantal con rapidez.

—¿Quieres que vaya yo?

—¿Te puedo pedir que hagas el merengue por mientras? Prefiero ir yo porque sé de qué marcas son los ingredientes que necesito. Si vas tú tal vez te demorarás un poco en buscar todo y la verdad es que estoy contra el tiempo.

—Claro, no hay problema.

—Muchas gracias. Vuelvo en unos minutos —me dejó un beso en la mejilla para luego salir casi corriendo de la casa.

Desde pequeña que suelo ayudar a mi madre a hacer sus pasteles. Sin duda es algo que disfruto hacer cuando tengo tiempo libre.

Me puse el delantal de mi madre y recogí mi cabello en una coleta usando la goma negra que adornaba mi muñeca.

—¿Y mamá? —preguntó Max al llegar a la cocina. Tomó una manzana de la mesa y se la llevó a la boca.

—Fue a la tienda —respondí mientras rompía los huevos y separaba las claras de las yemas—. ¿Necesitas algo?

—No, solo preguntaba.

—¿Ya terminaste tu tarea? —tuve que hablar fuerte debido al sonido de la batidora eléctrica.

—Sí, no me demoré nada.

Max siempre ha sido un niño muy inteligente. Nunca pide ayuda a la hora de hacer trabajos, pero siempre nos pide nuestra opinión cuando los termina.

Mi hermano es igual o hasta más perfeccionista que yo

—Creo que le gusto a Chelsea —soltó de repente.

Alcé mis cejas.

—¿Por qué?

Chelsea es su mejor amiga desde que tienen cinco años. Es una niña bastante agradable, muy dulce y educada.

Me cae muy bien. Amaría tenerla como cuñada.

Cuñada...

Estoy empezando a odiar esa palabra. La he escuchado demasiado desde que llegó Jayden a la escuela.

Atrapada en el Encanto KingwellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora