Capítulo 32

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—¡No puedes estar hablando en serio!

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—¡No puedes estar hablando en serio!

Sonrío con falsedad y asiento como si estuviera prestándole atención a lo que hablaba Marlon con Bryant, pero en realidad no podía concentrarme con el griterío que tenían Katia y Jayden.

El menor de los Kingwell había convencido a sus padres para que lo dejaran venir a la escuela. Todavía se le podían ver algunos moretones, pero gracias a Dios el accidente había sido "leve".

Miro de reojo a la pelirroja y suspiro cuando siento que mi piel se eriza por la envidia. Se me está haciendo muy difícil no mirarlos, puesto que se ven demasiado felices juntos, pero me estoy obligando a mí misma a no hacerlo.

Jayden no me ha dirigido la mirada en ningún momento, cosa que me está poniendo bastante nerviosa.

Ya, sé que ya no te caigo bien

¿Pero hacer como que no existo? ¿No será mucho?

—De verdad, me gusta la fotografía —veo que mi examigo se encoge de hombros—. Si quieres tener nuevas fotos para Instagram, me avisas y hacemos algo cool.

—¿Con maquilladora y todo? —Katia chilla emocionada.

—Ya estás pidiendo demasiado. Soy sólo un simple mortal al que le gusta tomar fotos —ríe a carcajadas—. Pero bueno, tal vez le puedes pedir a India que te maquille. A veces se hace maquillajes extraños pero que se ven realmente bien.

—Ay, sí. Hablaré con ella después —tomo un mechón de mi cabello y lo trenzo mientras sigo pendiente de la conversación de esos dos. Estoy siendo una vieja chismosa como Matt—. ¿Cuánto me vas a cobrar por la sesión de fotos? Yo estoy dispuesta a pagar lo que sea con tal de tener un Instagram que me haga ver como toda una influencer.

—Tú sabes que lo que menos necesito es dinero —eso está más que claro—. Pero me conformo con un helado de Hammond's.

Cierro los ojos con fuerza y suelto un leve bufido.

No me hagas esto, Jayden

—Vale, me parece perfecto.

Carraspeo antes de llevar mi mirada hacia la cancha de básquetbol para dejar de verlos de reojo.

En esa heladería acepté ser parte de su plan. Y no solo eso, también tuvimos la primera discusión que me hizo llorar, la que de hecho terminó en un beso después de que salí del local casi corriendo.

Puede sonar estúpido, pero siento que esa es nuestra heladería.

Pego un saltito cuando Marlon pone su mano en mi espalda baja para hacerme caminar lejos de Jayden y Katia.

¿En qué momento se fue Bryant?

—¿Me puedes explicar qué es lo que pasa? —pregunta. Frunzo mi ceño, confundida—. No me mires así, tú sabes a lo que me refiero.

Atrapada en el Encanto KingwellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora