Sabine está enamorada de Marlon Kingwell hace años, pero él jamás se ha fijado en ella. Todo cambiará cuando Jayden, el hermano de su crush, llegue a la escuela.
Él la ayudará a conquistarlo sin saber que más tarde podría arrepentirse completamente...
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—¡Vamos Matt y Jerson! —grito eufórica mientras doy saltitos y aplauso, intentando motivarlos.
Los chicos estaban jugando volleyball con Jayden y Ezra, pero la verdad, es que el bicharraco y mi amigo les estaban dando una dura paliza.
—¡Sabine, eres una traidora! —Ezra chilla indignado.
—¡Ellos son muy malos! ¡Necesitan más apoyo que ustedes!
—¡Pero Sabine! —Matt se queja. Río a carcajadas y me siento nuevamente con las chicas, quienes estaban tomando sol.
—India, ¿cómo haces para tener un físico tan lindo? ¿Tienes una rutina de ejercicio o haces alguna dieta? —Katia apoya sus codos en la toalla para levantar un poco su cuerpo y mira a India.
—Soy la peor haciendo ejercicio y como bastante, así que sólo es genética.
—Dios, que envidia. Yo tengo que hacer bastante ejercicio para mantenerme así, y ni siquiera estoy como realmente me gustaría.
—Katia, tu cuerpo también es muy lindo —me entrometo en la conversión.
—No me desagrada, pero tampoco me encanta —hace una mueca—. Pero bueno, ¿dónde están Alfie y Marlon?
—Allá, caminando —apunto hacia donde se encontraban los dos chicos.
—Ahora que estamos solas... —Maika se saca sus lentes de sol para dejarlos sobre su cabeza—. ¿Cómo fue dormir con Marlon? Es segunda vez que lo haces, pero la primera vez no tenían una cama tan grande y cómoda —me mira curiosa.
—Dormí bien, pero porque cada uno estuvo en su propia esquina. Aunque otra vez habló dormido.
—¿No pasó nada? —la pelirroja pregunta y yo niego de inmediato—. Sabine, todavía no entiendo por qué sigues con él.
—Ni yo —India bufa.
—Yo tampoco —habla la morena.
Siento la mirada de todas sobre mí y suspiro.
—Si les soy sincera, ni yo lo entiendo —digo como un susurro apenas audible.
—¿Podemos hablar con la verdad? Estamos solas, no hay nadie escuchándonos —Maika dice. Me paso las manos por el rostro con frustración y asiento—. Tú no quieres a Marlon.
—No, no lo quiero —admito mientras juego con mis dedos nerviosa.
—Tú quieres a Jayden —Katia termina la oración. Abro mi boca impresionada por su comentario tan directo—. Tranquila, Sabine. Creo que ya todos nos hemos dado cuenta de eso.
