Jayden no volvió a la casa de la playa. Al parecer, fue a buscar su auto mientras estábamos durmiendo, así que ninguno tuvo la posibilidad de verlo.
Yo decidí irme el jueves, puesto que no estaba con el mejor ánimo para compartir con tantas personas. Maika decidió irse conmigo, y aunque habíamos pensado irnos en autobús, Marlon me obligó a aceptar que él nos pagara un Uber hasta mi casa.
—¿De verdad no le molesta que me quede acá otra vez? —Maika mira a mamá y ella niega.
—Claro que no, cariño. Puedes quedarte hasta el domingo si así lo deseas —responde con una sonrisa amable—. Así pasan sus últimos días de minivacaciones juntas, ya que se vinieron antes de la playa por una razón que todavía desconozco...
—Mamá... —suspiro. Había estado desde ayer intentando sacarnos información, pero no lo había logrado.
—Todavía no entiendo qué pudo haber pasado como para que se hayan querido venir —se sienta en la cama y le da palmaditas a mi rodilla izquierda—. Estabas muy feliz de ir a la playa con tus amigos, pero llegaste muy rara y sin ganas de comer, y eso me preocupa.
Juego con mis dedos antes de mirarla avergonzada.
—Estoy pasando por mi primera pena amorosa, mamá —admito bajito.
—¿Por Marlon? —pregunta con el ceño fruncido. Yo niego y ella alza sus cejas—. Por Jayden... —susurra impresionada—. Ya decía yo. Se me hacía muy raro que estuvieras sufriendo por Marlon cuando claramente el que te gusta es el menor de los Kingwell, y hasta tu abuela se dio cuenta de eso.
—Le dije que me gustaba justo después de enterarme de que Marlon era gay, así que...
—¡¿Cómo?! ¡¿Marlon es gay?! —grita sorprendida. Hago una mueca y me tapo los oídos—. Perdón, eso no me lo veía venir —dice, esta vez en un tono más prudente.
—Eso no importa. El problema acá es que Jayden cree que quiero estar con él sólo porque ahora sé que su hermano es homosexual.
—¿Es en serio? Me parece raro que piense que tú serías capaz de hacer algo así. Él te conoce, sabe que no eres una mala chica.
—Sinceramente, yo creo que está confundido —Maika habla—. Supo lo de Marlon justo cuando tú por fin le dijiste lo que sentías por él, así que debe haber sido difícil asimilar esas dos cosas al mismo tiempo.
—¿No has pensado en ir a su casa? Tal vez ahora puedas explicarle mejor cómo son las cosas.
—Le hablé por Facebook a la mujer que trabaja en casa de los Kingwell y me dijo que no ha tenido la oportunidad de hablar con Jayden, puesto que no ha pasado mucho tiempo en casa
—¿Y si lo llamas? —mamá insiste—. Yo sé que te quiere. Todavía no puedo creer que no haya confiado en ti y en lo que admitíste sentir por él. Estoy segura de que simplemente está confundido.
—No quiero parecer una desesperada. Creo que debo dejar que se tome su tiempo para procesar todo lo que pasó ese día —digo. Mamá asiente con un mohín en los labios—. No quiero que se sienta agobiado. Eso podría empeorar todo.
—Vale, entiendo tu punto —mamá asiente—. Estoy orgullosa de la madurez con la que estás tomando tu primera pena amorosa. Eso me pone muy sentimental —acaricia mi mejilla y sonríe con pena.
—Tengo la suerte de tenerte a ti y a Maika —le devuelvo la sonrisa—. Aunque bueno, los demás chicos también han sido muy buenos conmigo, eso tengo que dejarlo claro.
—Yo fui la primera de nuestro grupito original en darme cuenta de que ustedes tenían una conexión más fuerte de la que tendrían unos simples cuñados, así que siento que soy la indicada para acompañarte en estos momentos —mi amiga habla. Mis ojos se cristalizan y asiento totalmente agradecida.
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Atrapada en el Encanto Kingwell
Ficção AdolescenteSabine está enamorada de Marlon Kingwell hace años, pero él jamás se ha fijado en ella. Todo cambiará cuando Jayden, el hermano de su crush, llegue a la escuela. Él la ayudará a conquistarlo sin saber que más tarde podría arrepentirse completamente...