Sabine está enamorada de Marlon Kingwell hace años, pero él jamás se ha fijado en ella. Todo cambiará cuando Jayden, el hermano de su crush, llegue a la escuela.
Él la ayudará a conquistarlo sin saber que más tarde podría arrepentirse completamente...
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—Vas a llegar tarde a la escuela, Sabine.
—¡Ya voy, papá! —grité mientras terminaba de hacerme la coleta para luego bajar las escaleras encontrándome con mi padre sosteniendo mi mochila y la bolsa con los materiales. Tomé todo y me fui a despedir de mamá.
—Que tengas un buen día, hija.
—Gracias, te amo.
Caminé con rapidez hacia el auto, donde me esperaba Max y mi padre dentro.
—Mujeres... —murmuró mi hermano.
Lo miré con la ceja alzada y hablé.
—¿Qué pasa, hermanito?
—Siempre se demoran horas en arreglarse y se siguen viendo igual que como despertaron.
—¿Igual de guapas? —pregunté con una sonrisa falsa—. Ay, gracias. Que lindo eres —puso los ojos en blanco y bufó. Miré por el espejo a papá y fruncí el ceño al recordar que ayer no usó el auto—. ¿Cómo fuiste ayer al trabajo?
—Me vino a buscar un compañero —respondió—. Tu madre necesitaba el coche para ir a dejar unos pasteles a domicilio.
—Verdad, que tonta soy. Se me había olvidado —dije mientras me ponía el cinturón. Papá rió.
—Mario me dijo que te sacaste un 10 en Matemáticas. Te felicito.
—Dile a Mario que no haga el próximo examen tan extenso, por favor —bromeé.
El profesor de matemáticas, Mario, es el responsable de que yo haya podido entrar a Herbert High School, una de las escuelas más prestigiosas de San Diego.
Claramente mis padres no podían pagar una escuela así, pero Mario, el amigo de mi padre hace años e hijo del director, pudo hacer que nos bajaran considerablemente el monto del pago mensual para que yo pudiera ser parte de la escuela.
—¿Y qué si son extensos? ¡Te sacaste un 10 de todas formas! —hizo un baile extraño sin despegar su mirada de la carretera—. Estoy orgulloso de tener unos hijos tan inteligentes. Definitivamente no salieron a mí.
—Yo también pienso lo mismo.
Golpeé despacio el hombro de Max y reí mientras sacaba el celular para leer el mensaje que acababa de llegarme.
India: Al parecer llega hoy!
Yo: ¿El chico nuevo?
India: No tonta, mi abuela
Yo: Jajaja :) Me cuentas cuando llegue
—¿Cuándo es el cumpleaños de Maika? —preguntó mi padre cuando ya estábamos por llegar al colegio.
—En dos semanas. Creo que hará una fiesta —le contesté a mi padre viendo por el espejo retrovisor cómo fruncía el ceño—. Tú sabes que no soy de fiestas, pero no puedo faltar al cumpleaños de mi amiga.