Capítulo 17: Jayden

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Meto mis manos bajo su polera y le acaricio la cadera

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Meto mis manos bajo su polera y le acaricio la cadera.

—No, no —me separa de ella con un empujón. Está blanca como un papel y respira con dificultad—. ¿Qué haces?

Mierda

Esa es una buena pregunta.

¿Qué estoy haciendo?

—Perdón —me paso una mano por el pelo nervioso—. No sé qué me pasó.

Acerca sus manos temblorosas hasta su boca.

—Me besaste... —murmura sin poder creerlo— ¿Lo hiciste para hacerme callar? Porque creo que había otras formas...

—No sé, joder. No sé por qué lo hice —confieso con un suspiro—. Lo siento mucho, de verdad.

—Y no solo me besaste, también me acariciaste la cadera...

—¿De verdad? No me di cuenta —miento.

—Estás muy raro hoy... —me mira con un destello de sospecha en sus ojos—. ¿Te drogaste?

—¿Qué? ¡Por supuesto que no!

—¿Entonces? Porque sé que jamás besarías a alguien como yo, así que claramente algo te pasa —pongo los ojos en blanco8—. ¿Te sientes mal? ¿Tienes fiebre? —se acerca a mí y me toca la frente, pero al tenerme a solo unos centímetros de distancia, chilla y se aleja con rapidez.

—No hagas eso. Es como si ahora me tuvieras miedo —bufo molesto.

—Eres tan, pero tan raro —dice con clara frustración—. Hace unos minutos me estabas hablando mal, ¿y ahora me besas?

—Me he portado como la mierda, lo sé —suelto una exhalación de derrota—. Creo que me desperté con el pie izquierdo.

—¿Esa es tu excusa?

—No es una excusa, sólo te estoy contan...

—Es que no me interesa —me corta—. No creas que tu beso me hará olvidar que me trataste mal. Yo sólo estaba preocupada por ti, pero tus palabras fueron demasiado hirientes.

—Lo sé, Sab —suspiro apenado—. ¿Qué tengo que hacer para que olvides todo lo que pasó hoy? —me mira con los ojos entrecerrados—. Sé que la cagué. Además de tratarte mal, te besé sabiendo que estás enamorada de Marlon y...

—Deja de mencionar lo del beso. Es raro e incómodo.

—¿Acaso no te gustó mi beso? —me hago el ofendido e intenta no reír—. Está bien. No volveremos a hablar de eso.

—Espero que esto se quede entre nosotros, porque si se lo cuentas a alguien... —enarco mi ceja expectante—. Le diré a Marlon que sigues viendo a la odiosa de Lizbeth.

Abro mi boca indignado.

—¿Me estás amenazando, bicharraca?

—No me digas así después de las cosas que me dijiste. Recuerda que no soy alguien importante para ti, así que no deberías tenerme un apodo "cariñoso" —se cruza de brazos. Al parecer va a ser difícil que se olvide de lo que dije.

Atrapada en el Encanto KingwellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora