Meh

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   Poco a poco los días pasan y me siento cada vez más agotada de mi relación con Nick, siento que todos sus intentos por convencerme para mantener este pseudo noviazgo se derrumban y a cada segundo me doy cuenta de lo inútil e infructuoso que es mantenerme entre los brazos de una sombra que no es capaz de decir que me ama, porque estoy segura de que ya no es más que una cárcel que me agobia, que presiona contra mí, quemándome como acero al rojo vivo, ansioso por desahogarse en mí, pero sin la más mínima intención de quedarse cuando amanece.

   Siento que las muestras de amor y valentía que le di se han ido a la basura y poco a poco comienzo a imaginarme, yéndome, lejos desde donde estamos y, estoy segura que Nick no figura en este viaje. Me ahogo en el humo de una ilusión, estoy segura de que por más que lo intente, esto debe ser definitivo. A veces pienso en decirle a Marc todo y que él se encargue, pero no soy una desgraciada, aunque me encantaría ver a Nick desplomándose aunque fuera un poco, sin embargo, ya no estoy para esas cosas. 

   Pienso en todo y pienso que tal vez le he dado demasiada importancia y tiempo y, cuando menos lo espero, dejo de garabatear el cuaderno y me levanto para ir a la oficina de Nick. Tomo de mi bolso un poco de maquillaje que siempre traigo para arreglar mi rostro cuando he dormido poco o bien, llorado mucho; lo tomo y comienzo a arreglarme en el baño de la facultad. Me encantaría llamar a Derek por teléfono, pero me ha dicho que estará en clases hasta muy tarde. Ni modo, me miro al espejo y sonrío al ver el reflejo de picardía de mis ojos en el espejo, me siento animada, sensual si cabe y, más aún porque definitivamente algo cambiará hoy, puedo sentirlo en mis entrañas y ya no hay vuelta atrás.

    Camino resuelta para tomar el vehículo que me llevará al imponente y metálico edificio donde Nick trabaja. Llevo el cabello suelto ondeando por el viento que se levanta y siento la delicia de las miradas que se posan en mí, me siento admirada y comienzo a respirar con delicia este momento. Creo que jamás en la vida estuve tan segura de algo y, de verdad, deseo no arrepentirme jamás de esta decisión. Camino y respiro una confianza que no poseo, pero que definitivamente desearía expirar por cada poro de mi cuerpo. 

   No es problema ingresar a la oficina, veo que los empleados comienzan a irse y, no hace falta mucho para llegar a la oficina donde Nick trabaja, definitivamente es fácil ubicar a alguien como él. Entonces me detengo un momento quieta en el umbral de la puerta, los ojos bien abiertos, al igual que las piernas de la chica que él presiona contra su escritorio, de acuerdo, está claro. 

-Oh, creo que te has adelantado a lo planificado- Digo con la voz lo más firme que puedo.

-Jane- Dice mientras ambos me miran atónitos.  

-¿Quién es ella? ¿Tu prima pequeña o algo?- Se atreve a decir la mujer desde el escritorio.

   Sonrío, Creo que esto ha tomado un camino extraño. Puedo verla con sus voluptuosos senos desnudos y sus piernas perfectamente depiladas y si, huele a perfume barato. Tal como lo había imaginado. De pronto, lágrimas tibias corren por mis mejillas frías y me doy cuenta de que quizás y solo quizás aún me quedaba un poco de amor por este individuo. Y entonces me doy cuenta de una incómoda verdad, no soy lo suficientemente importante para él ni siquiera para mantener una pseudorelación, no soy algo serio, soy un pasatiempo, aburrido y soso. 

   Nick no dice nada, si que soy capaz de correr a través del pasillo y salir lo antes posible del edificio. Entonces y solo entonces tengo tiempo de pensar ¿Acaso no es lo que yo quería? ¿Terminar? Quizás, pero no de esta manera, tal vez solo deseaba darle un susto, algo que le permitiera conocer mis necesidades y recapacitar en su actuar, bueno, debiera estar aliviada, pero me siento peor que nunca. 

   Corro a casa con la misma mirada perdida que llevaba trayendo incontables días, no sabía qué era lo que me dolía, pero definitivamente no me esperaba esto. Mamá pregunta por mi día y solo puedo decirle que todo está bien, paso días agobiada, pensando, manteniendo el teléfono apagado y reduciendo mis actividades solo a lo justo y necesario.

   Creo que sigo en shock, no puedo sentir nada y poco o nada logro pensar. Quiero pensar que si me mantengo ocupada podré pensar con claridad pero funciona de forma contraria, cada día parece acumularse la presión en mi cráneo. Los días de clases pasan rápido hasta que al llegar al viernes siento un deja vu, rememoro todo y creo que explotaré, necesito llamar a alguien, desahogarme de esto que me está comenzando a apretar el cuello tan fuerte que siento que me estoy ahogando con mi propia saliva.  Derek está en época de exámenes y no me atrevo a molestarlo, entonces mi única opción es Joan. 

-Joan, necesito salir de mi casa-Digo mientras mantengo la voz clara y libre de sollozos. 

-Estoy cerca de tu casa, voy por ti y duermes conmigo.

   Sonrío, amo esta disponibilidad inmediata que tiene Joan para conmigo, la quiero mucho y estoy algo hiperventilada, respiro dificultosamente y creo que podría tener un ataque de pánico, sin embargo, me levanto y, con buena cara, le aviso a mi familia que esta noche dormiré afuera. No se sorprenden, han visto a Joan un par de veces y parecen hasta contentos por esta nueva amistad. En todo caso, sigo sin sentirme devastada, por algún motivo siento como si todo siguiera tal cual como estaban las cosas antes y es eso lo que más me preocupa.

Huye ConmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora