¿Perdón?

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   ¿Cómo podía ser que aún con todo lo que había sucedido pudiera perdonarle? Juzguenme, no le tengo miedo a las críticas. Sin duda ahora mismo estoy desvariando entre sus brazos, pero sigo pensando en que Nick debería ponerse los pantalones y dejar en claro lo que somos, ¿No?

   Una vez que nos quedamos mirando el techo me quedé dando largos suspiros con la sensación de haber perdido algo importante, quizás era mi dignidad.

-Nick, entiendes lo que sigue ¿Verdad?-Murmuré.

-¿A qué te refieres, princesa?

-Ya lo sabes, todos tendrán que saber de tí y de mí.

   Nick se me quedó mirando como si hubiera contado una broma, una pesada broma que no le hizo ninguna gracia.

-Aún no puedo hacer eso , pequeña

-¿Por qué no?

   Mi corazón comenzó a latir con fuerza a medida que comenzaba a desesperarme este estado de informalidad que no me dejaba ver la claridad ni la naturaleza de nuestra relación.

-No puedo hasta que solucione unos asuntos, debo hablar con Marc y, estoy seguro de que me golpeará antes de poder contarle la historia entera...

   Así quedó todo en el aire, me levanté furiosa y me volteé hacia él.

-Eres un cobarde Nick, no eres capaz de darle la cara a tu mejor amigo, pero sí de acostarte con su hermanita menor.

-Eso es injusto, pequeña.

-Claro que no, lo que es injusto es tratar de ocultarme, mientras yo caigo en tus juegos una y otra vez.

-¿Ahora me vas a decir que no lo disfrutaste?

-¿Perdón?

   Esto ya era el colmo, que me hablara así después del gran problema que habíamos tenido a penas ayer, sin duda, esto estaba descontrolándose. Mis sentimientos se revolvieron y sentí una furia enorme que me obligó a empujar a Nick fuera de la cama.

-Oye, ¿Qué te sucede?

-Quiero que te vayas, toma tu ropa y vete.

   Me miró un momento como si no pudiera entender lo que acababa de decirle, sin embargo, algo debió haber visto en mi rostro que solo se levantó, se vistió y se fue...Creo que es el fin de la conversación. Adiós reconciliación.

   Lloré por unas horas lamentando la decisión tomada, pero luego recordaba todo lo que había sucedido y me sentía sucia, sucia por saber que su amor se reducía a unos cuantos metros cuadrados que servían para esconderme entre sus paredes, nada más que para sentirme sola y caer en sus brazos cuando él deseara tenerme. Creo que merezco un poco más que eso.

   Pasaron varios días hasta que por fin decidí abrirme el camino a una vida social más movida, no podía pasarme la vida sola, ¿No es así? Más aún cuando cada vez que me encontraba sola lloraba amargamente por cada imagen de Nick que se me venía a la cabeza, haciéndome dudar de mis propias decisiones.

   Entonces, luego de casi un mes desde aquel día fatídico, decidí tomar el teléfono que, por cierto estaba repleto de llamadas y mensajes de Nick, para llamar a Derek.

Huye ConmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora