Pasaron los días y las visitas al departamento de Nick se hicieron menos frecuentes en la medida en que las horas se fueron llenando de obligaciones en plena mitad de año, el clima de agotamiento me ahogaba en un vaso de agua del que no lograba escapar.
Uno de aquellos días mi teléfono sonó y supe enseguida que era Nick, me revolvi en la cama y respondí.
-Hola.
-Pequeña, has estado bien? Te escuchas terrible.
-Estoy muriendo.
-No me digas, no hace falta que digas nada, mañana en la mañana te espero en el centro comercial a eso de las diez.
-Qué?
-Solo hazlo, vamos a ir a la matiné.
-Esta bien.
Pude notar que estaba sonriendo, no había duda, disfruta sacándome de mis casillas, sobresaltándome.
Eran cerca de las diez cuando llegue al centro comercial, no entendía por qué teníamos que venir a la matiné, bueno, jamas había ido e incluso estaba segura de que los cine solo tenían funciones desde la tarde.
Me volteé a ver la cartelera con la inocencia de quien no espera a nadie mientras ponía en alerta cada sensor de mi cuerpo para evitar ser sorprendida por Nick. El tiempo avanzaba y comenzaba a irritarme, no es posible que me deje esperando cuando él mismo me invitó.
Cuando el reloj marco las diez y media pensé seriamente la posibilidad de irme a casa molesta y desilusionada, cuando alguien jaló de mi brazo y me arrastró a una sala de cine, traía capucha y no pude ver su rostro pero los labios que me atraparon en la oscuridad... No cabía duda, era él.
-¿Quien te crees?- Chillé, mientras lo empujaba molesta.
-Vamos, no te enojes. Tuve que resolver unos asuntos en la oficina y no pude escabullirme antes.
En fin, me encogí de hombros y lo castigue pidiendo muchas golosinas que ni siquiera tenia planificado comer. A fin de cuentas volvimos a la sala de cine y me escabullí mientras Nick me empujaba hasta los últimos asientos de una larga hilera de butacas acolchadas. La sala estaba vacía, supongo que todos tenían enterrados los recuerdos de un función de cine a primera hora de la mañana.
La pantalla reprodujo una serie de adelantos de aburridas películas que no tenia planeado ver en el futuro, sin embargo, Nick se emocionaba con cada escena, sin duda era un cinéfilo y yo no tenía idea, claro, hasta ahora.
Luego de unos momentos la mirada penetrante de Nick se clavó en la mía y pude notar que nada había sido casualidad, había elegido el lugar y el momento con la seguridad de las circunstancias. Sentí poco a poco sus labios en mi cuello y sus manos recorriendo mi cintura, lentamente, como si sus dedos se deslizaran suave, reconociéndome, apropiándose de todo a su paso.
Quise hacer ruido pero su mano se posó en mi boca con firmeza para evitar que emitiera sonido alguno. No hace falta agregar el nerviosismo, al ver entrar tres únicos ocupantes que se acomodaban en medio de las butacas.
Estábamos en riesgo y él lo disfrutaba, cada movimiento era un paso en falso que podía dejarnos al descubierto. La película avanzaba y el deseo ardía en mi piel, no había escapatoria.
-Nick, vámonos. Amor, por favor-Murmuré intentando no hacer ruido.
-Pero estamos muy bien aquí.
-Por favor, vamos a tu departamento.
Pareció pensarlo un momento pero una sonrisa maliciosa se dibujó en sus labios.
-Tendrás que rogar...
-¿Rogar?
-Si, ruega para que nos vayamos, estamos disfrutando mucho la función.Pude notar el desafío en su voz, si así lo quería así iba a ser, no pensaba rogarle a este hombre arrogante.
-No pienso hacerlo.
-Entonces, vamos a ver qué tan silenciosa puedes ser.
Para cuando salimos del cine tomados de la mano aun no lograba asimilar lo que acababa de suceder. Lo que hicimos seguía confuso pero reír era sencillo una vez que decidimos salir de allí.
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Huye Conmigo
RomantizmJamas me molesto del todo que mis hermanos fueran mayores, siendo la menor y la unica mujer era casi hilarante la sobreproteccion. Asi mismo sus amigos eran todo un tema, obligandome a quedarme en mi habitacion para evitar que yo molestara, per...