Enredados

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Una vez que desperté en medio de la cama vacía me quedé largo tiempo mirando el techo, sin pánico, sin miedo, con un sentimiento muy parecido a la tranquilidad, pero más relajada. Pasados los minutos sentí un maullido junto a la cama, nuestro gatito me miraba con ojos enormes y, de un salto, llegó a mi lado.

- Te ha extrañado mucho-Dijo Nick mientras aparecía a través de la puerta de la habitación.

- Pues aquí estoy-Dije acariciando su cuello peludo.

Nick se acercó a la cama y se sentó a mi lado, vestía unos pantalones de pijama y el torso descubierto, me miró largamente antes de hablar.

- ¿Qué sucederá ahora con nosotros?

- Quiero pensar que podremos con esto... pero tampoco me das seguridad-Dije siendo por primera vez consciente de la forma en la que las ansias habían disminuido, pero mantenía en mi corazón cierta sensación de ternura que me llevaba a verlo con ojos de amor, pasional e intenso, pero más amor del que jamás había experimentado.

- Tu confías en mi más de lo que puedo hacerlo yo mismo, quizás has comenzado a madurar, casi imperceptiblemente.

- Supongo, quiero estar contigo, aunque sea solo a ratos, aunque solo pueda ser los ratos que tu puedas, aunque luego me duela el corazón.

- Este verano, será el último antes de que empieces la universidad.

- Y conoceré jóvenes con montones de testosterona, deseosos de estar con quien se cruce en su camino.

Me quedo un momento pensando en lo que he dicho y creo que a Nick le ha dolido un poco en el orgullo. Es la verdad y quiero restregársela en la cara, quizás así comienza a considerarme como alguien que puede perder, quiero decirle de alguna forma que también soy deseable, que tengo todo un abanico de experiencias ante mí y que si no se decide el mundo no se detendrá. Sin embargo, estoy cansada también de no aprovechar el tiempo que tenemos. Es temprano y el sol amanece por un rincón de la ciudad, me pongo una de sus camisetas y comienzo a recoger mis cosas. 

- ¿A dónde vas?

-Estoy organizando mis cosas, ¿Tienes algún plan?

-Vamos a desayunar, te llevo a donde tengas que ir después.

-Pero no tengo ropa, mi ropa está toda donde Derek.

-Ponte esta ropa deportiva, te llevaré primero a comer y te dejaré en casa de ese amigo tuyo. 

 Me visto con rapidez y acudo al baño, me quito con algo de esfuerzo el maquillaje que aún queda en mis ojos, me lavo la cara y salgo para encontrar que Nick ya se encuentra listo, es bastante rápido. Me guía hacia el automóvil y decide un lugar al cual llevarme, es un café tranquilo, parece muy acogedor y me siento contenta de venir aquí con él hoy. Siento que mis emociones me vuelven transparente a los ojos de Nick, quien me mira con cierta ternura, parece haber ganado algo y me parece incluso algo agradecido. 

Nos sentamos en una mesa y nos traen los menús, Nick me da libertad de pedir lo que quiera. Pido un mokaccino, un emparedado y un muffin, tengo hambre y no pienso disimularlo, él elige un expresso y un emparedado, me mira largo rato una vez que la señorita que nos atiende decide retirarse. 

- ¿Qué sentiste cuando llegué anoche?- Digo con voz apenas audible.

- Al inicio me sorprendí mucho, pero también me alegré. Estuve todo el día viéndote, deseándote y me volvía loco no poder tocarte ni acercarme a tí. 

- Quiero sentar el precedente, yo dí el primer paso.

Nick asiente y me habla de trivialidades mientras doy pequeños sorbos a mi café, le contesto animadamente, algo en mí se siente mejor, como si hubiera sanado de algo que no sabía que tenía. Tener una relación con Nick es como una montaña rusa, pero me siento confiada y por primera vez siento que esta vez todo podría ser diferente. 




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