Ojos abiertos

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Llega la primavera y ya estamos terminando el primer año de universidad, entonces Marc decide tener otra noche con los chicos, estoy tranquila porque voy a salir con Noah esta noche. Termino de arreglarme y siento un golpeteo en la puerta.
-Pase- Digo sin pensar y me arrepiento en seguida.
Nick se mantiene de pie con la puerta cerrada a sus espaldas. Me mira como quien contempla un postre, con lascivia y una horrenda expresión.
-¿Qué quieres imbécil?
-Pensé que como estaba por aquí podría visitar a mi pequeña favorita.
Río con fuerza, quiero verme fuerte. Entonces tomo mis cosas y decido que es mejor salir de ahí.
-No hables tan fuerte, tu hermano podría descubrir cómo me has seducido para que me quedara contigo en tu habitación a solas.
Por dentro tengo miedo, quiero huir de la situación pero no logro pensar con claridad, ¿Será que verdaderamente Marc podría creerle al patán de su amigo? Entonces tomo una decisión, una que definitivamente debí haber tomado hace mucho tiempo atrás ¿Acaso pretende volver y hacerse la víctima? Eso no volverá a funcionar.
Hincho mis pulmones de aire y grito con fuerza llamando a Marc. Mientras grito me doy cuenta de la verdad, Nick es un manipulador, un pedófilo sin escrúpulos que tiene el ego por las nubes, un narcicista de mierda que necesita alguien con quién compartir la cama cuando se siente solo y necesitado.
Marc entra corriendo mientras Nick intenta callarme. Entonces sucede todo en mi interior, se aclaran mis ideas y quiero llorar. Escucho que Marc grita pero no logro entender nada, siento los oídos tapados y veo todo en cámara lenta. Nick se enfada, ambos gritan hasta que Marc lo echa de la casa, sus amigos suben y se dan cuenta de la situación, hay alguien que me sostiene con amabilidad del brazo, quien empuja a Nick para que salga pronto, incluso hay quien le ofrece puños si vuelve a aparecerse por aquí. Tiemblo y pareciera que todo ha terminado, entonces quiero llorar, me falta el aire pero ahí está Marc para abrazarme, llora en mi hombro, murmura disculpas incomprensibles pero la verdad es que también soy culpable, sabía que era imposible y que estaba mal, pero quise pensar que era amor y no calentura cómo resultó siendo.
-Siempre estuve enamorada de Nick, Marc, pensé que lo estaba, estaba ciega, deslumbrada porque alguien mayor me viera con esos ojos que no me detuve a pensar.
Marc me abraza con fuerza, dice que debió darse cuenta, que debí decirle, que no es mi culpa. Sonrío con lágrimas en los ojos, estoy tan conmovida por mi hermano que no logro escuchar las voces que me envuelven, todos son amables y creo que es un asunto que puedo dar por terminado.
Entonces suena el timbre y supongo que es Noah, alguien lo hace pasar y esperar abajo mientras me siento un momento con Marc a solas.
-Te enteras algo tarde, rompimos hace meses, me engaño varias veces, sufrí mucho tiempo y siento que al fin todo está bien.
Las palabras se me atropellan en la boca, veo por fin la verdad y todo cobra sentido. Marc enmudece, parece no creerlo, pero me abraza con firmeza mientras habla.
-Jamás vuelvas a esconderme algo tan grave, estás en la edad de vivir tu vida tranquila, de salir con tus amigos, no de amarrarte a un hombre viejo que ya ha tenido su oportunidad.
-Lo sé, gracias por entenderme, ahora ya me siento mejor.
Faltan tantos detalles de los cuales hablar, pero la verdad es que mantenemos silencio unos minutos, no hace falta ahondar demasiado, ya puedo estar tranquila, sin el fantasma de Nick asomando su sombra sobre mí. De golpe recuerdo a Noah.
-Hay alguien que me espera abajo, es un amigo que me ha ayudado mucho, me enseñó a pintar.
Tomo de mi mesita de noche una pintura de flores en acuarela y se la enseñó a Marc que me observa con detención.
-¿Tu pintaste esto? Estaré contento de conocer a ese amigo tuyo.
Ambos bajamos las escaleras para encontrarnos que Noah conversa a gusto con los amigos de mi hermano, todos ríen y da gusto verlos. Sonreímos y pareciera que todo pasó tan rápido. Cuando vuelvo a la realidad estamos Noah y yo fuera de casa, caminando hacia algún lugar que no puedo recordar. Entonces suspiro una y otra vez, me quedo sin aliento y me doy cuenta de la que me he salvado, es el mejor ataque de pánico que he tenido, no porque sea divertido, sino porque cuando terminó, pude sentir que ya estaba limpia de Nick, limpia de su presencia agobiante y que por fin lograba respirar de verdad.
Noah me contiene mientras me sienta en un banco en el parque más cercano, me dice bellas palabras, me recuerda que todo está bien, que está conmigo y que, aunque no sabe nada de lo que acaba de suceder, me acompañará hasta que yo quiera que se vaya. Lloro y siento el aire entrar a mis pulmones.
-¿Crees que podamos pintar algunas acuarelas?-Digo aún entre sollozos ahogados.
Sonríe ampliamente y asiente suavemente, me mira desde las profundidades de sus intensos ojos azules, definitivamente he salido de una cueva oscura. Me acerca su mano para brindarme ayuda, entonces me abrazo a su cálido torso. Anhelaba tanto este calor que aún ahora me es imposible llorar. Sollozo mientras acaricia mi cabello y susurra palabras de aliento.
-No sé que sucedió con ese hombre pero vas a superarlo, siempre has podido.
Quise reír, pero quizás Noah es un poco más observador de lo que pensé. Quizás confía demasiado en mi propio poder, pero aún con todo, me siento fuerte y conmovida, extremadamente feliz de vivir este momento

Huye ConmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora