Huye Conmigo

Arteterapia

La madrugada de sábado se profundiza en cada conversación, sin embargo, aún cuando todos parecen querer ir a dormir, me siento inquieta. Joan y el primo de Noah, de quien por cierto aún no logro recordar bien el nombre, se excusan y se van a una habitación. Me preocupo, quizás Noah también quiere irse a dormir, pasan de las tres y no logro tranquilizarme.

-¿Está bien si pinto algo?-Digo mirando el lienzo en blanco delante de mí.

-Claro que sí- Dice Noah- Tengo muchos de esos, mis padres creen que tengo alma de artista.

-Debe ser divertido-Digo mientras me le quedo mirando a los ojos, casi como si me fuera durmiendo en ellos.

De pronto me doy cuenta de que me he quedado demasiado tiempo viéndole, no quiero incomodarle. Despavilo y me dedico a elegir entre los pinceles disponibles, sacudo uno y lo tomo entre los dedos mientras pienso qué pintar. Puedo sentir la mirada de Noah sobre mí. Siento la caricia de sus ojos recorrerme y pienso que quizás hay algo de lo que no he querido darme cuenta. En fin, ahora no es momento de pensar en eso.

-¿No piensas ir a dormir?

-No estoy cansado, en las noches soy más creativo-Dice mientras se encoje de hombros- ¿Qué vas a pintar?

-No lo sé. Solo sé que quiero pintar algo, la verdad ni siquiera sé pintar con acuarelas

-No es difícil-Dice mientras se sienta al contrario de la silla- solo debes medir bien el agua que usarás para no arruinar los colores.

De pronto me pierdo en mis pensamientos, sigo muy molesta y eso lleva tiempo empeorando, ¿Qué es lo que debería hacer? Definitivamente me niego a hablar con Nick, debo superarlo, ver mas allá de toda la tristeza que cargo encima. Definitivamente mantenía una cierta esperanza de que quizás después de una conversación Nick y yo podríamos ser una pareja feliz al fin y al cabo, pero jamás esperé verlo en esa situación con esa mujer, me da náuseas solo recordarlo. Nick me ha herido más que ninguna otra persona en lo que llevo de vida y estoy harta de sufrir por él, creo que tengo un corazón de pollo, que tal vez sigue enamorado de él.
-No sé qué sucedió pero no merece está tristeza-Dice Noah acercándose.
-No se trata de eso, bueno sí, pero ya no puedo seguir así.
-¿Así cómo?
-Esperando algo que ya no sucederá.
Puedo sentir cómo se acerca más y más, me mira a los ojos y me revuelve el estómago la emoción. Bebemos vino y pienso que quizás esto terminó hace mucho tiempo y, seguramente no había querido darme cuenta.
Pintamos lienzos hasta que el sol coloreaba la mañana, entre todo lo sucedido, refriego mis brazos en busca de calor, Noah me extiende un sweater y prepara café, miro la pintura que sigue a medias en el caballete. Pienso y a cada segundo mi mente desacelera, todo parece tan sencillo ahora mismo. Sonrío, Noah me acerca una taza de café negro y me doy cuenta de que es todo lo que ahora necesito.
Joan aparece al cabo de un rato, parece contenta y río para mis adentros, me alegra verla así, espontánea. Estoy lista para volver a casa, me ofrezco a lavar algo o ayudar en la limpieza, pero todos me aseguran que es mejor que vaya a casa a descansar. Me despido de todos y junto a Noah camino al ascensor.
-Me alegra haber venido, gracias-Digo mientras froto con desesperación las manos en busca de calor.
-Me alegra que hayas venido.
Sonríe mostrando sus perfectos dientes blancos. Me habría gustado reconfortarme en sus brazos un segundo, sin embargo, estoy algo avergonzada. Me subo al ascensor haciendo un gesto de despedida con la mano.
Las semanas pasan y me doy cuenta de que todo ha terminado con Nick, ya no insiste, Ni me llama y respiro tranquila después de largo tiempo, adiós ansiedad.
Pasan las semanas y todo parece mejorar, pasan los meses y Joan se pone de novia, estoy contenta por ellos, el primo de Noah parece un buen muchacho. Entonces comienza un nuevo camino que jamás me plantee, comienzo a visitar a Noah más seguido y charlamos, a veces pintamos, a veces solo hablamos. Cada vez un poco más serena, cada vez un poco más curada, cada vez el corazón un poco más contento.