Capitulo 33

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[Mark]


De acuerdo. Las 7:45 de la tarde y yo aún estaba en casa de Jeno y parecía que la situación no tenía intención de cambiar de momento. No me hubiera importado en absoluto teniendo en cuenta mi rutina diaria hasta entonces, de hecho, me lo había pasado bien. En realidad, me lo había pasado tranquilo, todo lo tranquilo que puede pasarlo una persona cuando le dan ataques repentinos de ansiedad y pequeñas crisis depresivas cada dos horas, pero no había estado mal y por mí, me hubiera quedado allí mucho más, acogido y sin presión en ese pequeño nido amistoso con mis hermanos de no sangre recién recuperados. Pero había un problema...

Yukhei.

Y en realidad, Yukhei en sí no era el problema. El problema es que yo quería verle. En realidad, quería verlo todo el tiempo, para que ocultarlo, pero por supuesto, eso era algo de lo que Jeno y Haechan no debían enterarse. De lo contrario, me atarían a la pata de la cama y no me dejarían salir de la habitación. La idea de que Yukhei fuera lo que sea mío no les resultaría muy divertida.

Estaba tumbado en el sofá del salón haciendo zapping por el televisor y esperando el momento en que Jeno y Haechan dejarán de pelear por el último trozo de pizza, cuando sonó el teléfono.

—Ya voooy... —Hae fue hasta el inalámbrico justo en el momento en el Jeno devoraba de un bocado el gran pedazo de pizza fría. Habíamos planeado salir a la plaza a tomar algo y pretendían llevarme aunque fuera a rastras.

—¿Sra. Lee? —preguntó Hae, a través del inalámbrico. Se me vino el mundo abajo. —¿Mark? Sí, está aquí... oh lo siento, usted no lo sabía. Parecía bastante alterado. Dijo que se había escapado de casa y no se me ocurrió llamarle, lo siento... —de un salto salí del sofá y abrí la puerta de un tirón. —¿Usted vendrá por él? —mi amigo abrió los ojos como platos. Era ahora o nunca. —Nosotros íbamos a ir a...

Y salí corriendo por la puerta.

—¿Mark? —salí corriendo al mismo tiempo que Hae se asomaba por la ventana con el inalámbrico en la mano.

Crucé la esquina como un loco, sin saber exactamente a dónde iba. Solo sabía que tenía que alejarme lo más pronto de ahí, si no quería un sermón y una visita al psicólogo de nuevo.

En ese momento, un movimiento de cabeza a la izquierda hizo que me encogiera asustado al ver el auto que se me venía encima.

—¡Beeeeep! —Sentí las piernas temblarme y me cubrí automáticamente la cara con las manos cuando el coche frenó de golpe, casi catapultando al conductor contra el parabrisas. Suerte suya que tenía el cinturón puesto. Suspiré aliviado.

—¡Mark! ¿Qué mierda haces? —y... oh sorpresa. No podía creérmelo.

El deportivo que había estado a punto de atropellarme era el descapotable de Yukhei y él mismo era el conductor. Me quedé con la boca abierta. Oh, joder, ¡Que suerte!
Haechan nos observaba, shockeado todavía en la ventana, cuando corrí hasta el asiento del copiloto y me tiré sobre él, sin pararme si quiera a abrir la puerta.

—¡Arranca, corre! —Yukhei sacudió la cabeza, tan en shock cómo Hae cuando vio que me estaba dando a la fuga. —¡Corre! —y el coche salió disparado.

—¡Lo siento, Hae! —y lo había conseguido. Me acababa de fugar con el y había dejado por los suelos a mis amigos...

Mierda, aquello se sentía demasiado bien.

—¿De que trata todo esto? —preguntó Yukhei, con una sonrisita en la boca.

—Por si no te has dado cuenta, acabo de fugarme contigo. Así que mas te vale no cagarla esta noche.

Cherries in the skyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora