Capitulo 25

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[Mark]


—¿¡Que estas haciendo!? ¡Podría haberte matado, anormal!

—¡Lucas! —creo que nunca en la vida me había alegrado tanto de verlo a él, a ese matón que me las había hecho pasar muy mal desde que tenía cinco años y me arrancó la paleta que me había comprado mamá el primer día de guardería de la boca, tragándosela de un mordisco después de que yo le hubiera dado ya los primeros chupetones. Me puse a llorar y mi madre tuvo que recogerme a los cinco minutos de haberme dejado allí con los demás niños para que jugara a los cochecitos de carreras. Desde entonces, Lucas la había agarrado contra mi, gastándome bromas en el jardín de niños, manchándome con las acuarelas, comiéndose mi almuerzo, rompiendo mis ceras de colores y haciendo garabatos en mis dibujos en los que siempre me pintaba a mí, a mamá, a papá y a mi hermano perdido, dándome la mano con carita sonriente.
En aquel entonces,Lucas era considerado un niño travieso. Hoy en día, era mucho más que eso.

—¡Maldito idiota! —fruncí el ceño con semejante respuesta, pero no le repliqué. Sólo me faltaba meterme en una pelea con él encima de que me acababa de salvar.
Un momento... me acababa de salvar... mierda...
Eso era algo más bien difícil de creer...

—¿Qué haces aquí?

—¿Tú que crees?

—¡Pensaba que todavía estabas en cama! ¡No has vuelto ha aparecer por la universidad!

—¡Después de que tu novio se proclamó el dueño de la universidad, lo veo difícil!

—¡Pues no sé que haces en esta fiesta con él paseándose por aquí! —Lucas abrió los ojos como platos.

—¿Tu novio está aquí? ¿¡Y que mierda haces hablándome!? ¡Me romperá otras dos costillas!

—¡Lo estoy buscando! —Lucas me dio la espalda, dirigiéndose a la cocina. Fui detrás de él enseguida, chocándome con varias personas por el camino, intentando abrirme paso entre la muchedumbre. Ni loco me volvía a quedar solo en ese manicomio. —¡Espera, espera! ¿Lo has visto? —Lucas puso los ojos en blanco mientras cogía un vaso lleno de ponche sobre la mesa de la cocina y le daba un sorbo.

—¡Estoy vivo, obviamente, no nos hemos cruzado, así que déjame en paz!

—¡Pero...! —intentó alejarse, pero le agarré del brazo casi en un acto reflejo, colgándome prácticamente de él. Él se giró, molesto. Su cara mala me recordó a Johnny inmediatamente. Creo que hasta me ruboricé imaginándolo frente a mí, con esa expresión que, aunque no deparara nada bueno, en cierta forma me gustaba. Esa cara de bad boy.

—¡Mark joder! ¡Suéltame! —reaccioné con ese grito. No era el momento para ponerme a soñar despierto.

—¡Te soltaré en cuanto encuentre a John!

—¡No es mi culpa si te ha dejado tirado, para empezar, no sé que mierda hacen ustedes aquí! ¡Si yo fuera tú le tendría la guerra declarada a la puta de tu ex!

—¿Qué? ¿Por qué? —empecé a buscar a Johny con la mirada entre el montón de personas que se movían histéricas de aquí para allá. Lucas no parecía tener intención de huir por el momento, así que le solté el brazo. Me miraba con el ceño fruncido.

—¿Cómo que por qué? ¡Por que no sé como puedes entrar por la puerta con tantos cuernos encima! —mis ojos se desviaron de la muchedumbre hacía él instantáneamente. No sabría explicar que cara tendría en ese momento, si de idiota o de imbecil rematado, el caso es que lo miré sin entender nada.

—¿Qué? —Lucas me observó con una ceja alzada. Después, se empezó a reír, negando con la cabeza.

—No puede ser... tú no lo sabes... joder...

Cherries in the skyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora