Capitulo 15

336 27 3
                                    

[Mark]


¿Quién cuidaba de él? ¿Quién le hacía la cena, quien le lavaba la ropa, quien le había enseñado a hacer las cosas de la casa, quien le regañaba cuando hacía algo que no estaba bien, quien le cuidaba cuando se ponía enfermo, quien le llevaba al médico o al hospital si en una pelea se rompía algo? ¿Y si se caía por las escaleras y se rompía una pierna? ¿Y si le daba un ataque de apendicitis o algo parecido? ¿Y si se caía torpemente en la ducha y se quedaba inconsciente?

¿Quién demonios le había enseñado a ser humano?

En aquel momento, al llegar a la conclusión de que Johnny se había criado completamente sólo, sin un punto de apoyo familiar, su sonrisa me pareció la más extraña del mundo...

Pero también la más resplandeciente en mi mundo.










***********************************






—Buenos días, Haechan —me giré al oír el saludo de John con semejante tonito de superioridad. Haechan estaba lejos, al lado de las taquillas, mirándonos con cara extraña. En ese momento recordé que le debía una buena explicación a él también. Haechan no era como Jeno, Haechan era astuto y sabía leerme la mirada y yo también a él.

—John... —mi hermano me miró con desconfianza.

—¿Quieres que me vaya y te deje a solas con él? —¿Tan obvio era? Johnny gruñó. Haechan y él cruzaron una mirada rápida y mi hermano sonrió con claro desdén, con falsa dulzura. —Vengo por ti luego.

—Te espero —su sonrisa volvió y se inclinó sobre mí, besándome en los labios.











—¡Buenaaaas!

—¿Buenas? Llevo llamándote todo el fin de semana y no me contestas, voy a tu casa y finges no estar y ¿Apareces ahora con tu hermano otra vez y lo único que se te ocurre decirme es buenas? —vaya, estaba muy enfadado conmigo y tenía razones para estarlo.

—Lo siento, pensé que Jeno te lo había contado. Johnny y yo estamos haciendo...

—¡Corta eso Mark! ¡Igual Jeno se cree esa mierda de los celos para Lía, pero estoy seguro de que sabes que esa estupidez no iba a funcionar conmigo, así que escúpelo de una vez! ¿¡Que coño estás haciendo con ese tipo!?— encogí la cara, tragando saliva. Haechan nunca me había gritado. Estaba furioso y no pensaba discutir con él allí en medio de todos, dónde ya se empezaban a oír murmullos sobre rumores de que Haechan estaba celoso o no se qué tonterías.

—Espera, vamos al baño. Todo el mundo nos mira.

—¡Ah, ahora no te gusta que te miren! ¡Pues el otro día parecías disfrutar que John te exhibiera! —me quedé callado, dirigiéndole una mirada furiosa, esperando que se tranquilizara y dejara de gritar. Le hubiera roto la boca sino fuera porque le conocía, sabía que no lo hacía con mala intención, que sólo estaba preocupado por mí y que el fin de semana había estado tan desesperado que ahora, teniéndome delante, había explotado. Sabía también que no hacía falta golpearlo para hacerle reaccionar cuando su cara se relajó. —¿Qué estás haciendo, Mark? —soltó, más calmado.

—Haechan, tengo que entrar a clase ahora y tú también. Luego te cuento.

—No, necesito saberlo ahora. ¿Es que no lo entiendes? El día antes de que tu hermano apareciera, mi mejor amigo salió de un bar agarrado de la mano de un desconocido y no supe nada de él hasta tres horas después. Luego, me entero de que el desconocido era su hermano mayor y ahora, los veo a los dos arrimados por los pasillos de la universidad, ¡Esto es una locura, Mark! ¿Qué mierda pasa? Joder, ¡Dime que no estás haciendo ninguna locura!

—¡No! Es sólo que...

—Mark, lo conoces en persona desde hace unos días y te está cambiando radicalmente.

—Eso no es cierto. Soy el mismo de siempre.

—El Mark de siempre nunca ha guardado secretos a sus amigos y nunca dejaría que un tipo le utilizara para... —suspiré.

—John no me está utilizando, es... otra cosa...

—¿El que, Mark? ¿Qué es, según tú? —entorné los ojos, abriendo la boca para contestarle pero, consternado, ni una palabra salió de mi boca.

Muchas cosas pasaron por mi cabeza y otras miles me llenaron el estómago de fuego y me hicieron encoger el corazón y entonces lo supe, totalmente desconcertado.

—Yo... no lo sé.

No tenía ni idea de qué estaba haciendo ni porqué, pero lo hacía. Hacía cosas que antes nunca hubiera hecho. Mantenía algo con mi propio hermano y me veía incapaz de parar ahora. Johnny arrasaba con mi cuerpo, con cada célula de mí. Era demasiado grande lo que sentía como para encerrarlo en un espacio pequeño de mí cuerpo y no dejarlo salir, eran... demasiadas cosas.

Haechan negó con la cabeza en señal de desaprobación.

—Mark, ¿No te das cuenta de cómo te mira? Es... monstruoso. Como si fueras de su propiedad, como si fueras manipulable, como si pudiera hacer contigo lo que quisiera, como si fueras...

—No —mis labios se movieron solos, negando rotundamente, con una determinación que desconocía en mí. —No tienes de que preocuparte. De verdad. —Haechan entornó los ojos, aún con la sombra de la sospecha en la cara.

—¿De verdad? —asentí con la cabeza lentamente.

—De verdad. ¿Por qué iba a mentirte? —los segundos en los que el se mantuvo en silencio se me hicieron eternos. No sabía si creerme o no, pero algo vio en mis ojos que finalmente, le hizo asentir con la cabeza lentamente, confiado.

—Lo siento, Mark.

—No te preocupes.

Quería pedirle perdón yo mismo por hacerle creer que no ocurría nada, porque lo cierto era que sí ocurría y, si empezaba a sentir por Johnny algo más de lo que creía que sentía... tendría un grave problema.

Mark, eres un estúpido paranoico. ¿Cómo puede pasársete por la cabeza una estupidez tan grande como que estés empezando a enamorarte de Johnny? Es tan absurdo, que no tiene sentido.

"Bueno Mark, ánimo. Un peligroso poste te espera después de clase." ¿No es razón suficiente como para sentirte motivado?

Y no. Deja de darle vueltas. Definitivamente, Mark, no te estás enamorando de él.

Cherries in the skyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora